El mapa de las marcas del fútbol en Europa: Inglaterra tiene mejores contratos que camisetas, Italia lidera y en España se van quitando los complejos

Cada temporada, un mercado de fichajes paralelo configura la parrilla de salida de las principales ligas europeas. Contratos de larga duración, promesas de personalización y buenas intenciones para vestir mejor que nadie. En la 2024-25, el nivel camisetero sigue subiendo gracias, sobre todo, al empuje de una clase media que empieza a ser tratada como realeza modista. ¿Cómo queda la indumentaria en las principales ligas europeas?

Adidas gana fuerza en la Premier League (siete clubes de 20) gracias al ascenso del Leicester y a tres fichajes multimillonarios y estratégicos. Aston Villa y Newcastle han cambiado Castore por las tres franjas y el Liverpool se sumará al grupo élite de la firma alemana desde la 2025-26. Los Reds llevaron a cabo un proceso de licitación del que Adidas salió como mejor postor, superando los 50 millones de libras por temporada (unos 58 millones de euros) que paga actualmente Nike, pero muy por debajo de los 105 millones de euros que recibe el Manchester United de la propia Adidas. Varios escalones por debajo en lo económico encontramos a Umbro, clara dominadora de las divisiones menores inglesas con diseños frescos que no olvidan la tradición. La marca del doble diamante resiste en la máxima categoría (cuatro equipos de 20) y presenta algunas de las mejores equipaciones del curso. West Ham o Bournemouth son sus principales exponentes. Nike mantiene el 20% de cuota (cuatro clubes de 20), aunque ha finalizado su patrocinio como balón oficial del torneo, que es Puma desde esta temporada, y ya prepara la era post-Liverpool. A propósito de Nike, sus camisetas para Tottenham, Brighton y Chelsea —especialmente disruptivas las de los Blues— llevan años siendo reconocibles, un piropo que no podemos dedicar a todos los fabricantes. Completan la parrilla de salida la desconocida Sudu, que se estrena con buenas intenciones tras consultar a los jugadores del Wolverhampton sobre la calidad y el ajuste de las prendas, una poco fiable Castore que sigue perdiendo peso en todas las ligas, la excelente Macron y Puma, que se encargará de un histórico como el Southampton además de equipar al gigante Manchester City.

Puma lidera la cuota de pantalla en Bundesliga (seis equipos de 18) gracias a los recién ascendidos Holstein Kiel y St. Pauli, club que abandona la autoproducción iniciada en 2021 a través de la marca DIIY. Los nuevos diseños para Dortmund, Mönchengladbach y Leipzig mantienen un buen equilibrio entre sobriedad y atrevimiento, pero con Puma siempre reina la sensación de que el próximo batacazo estético está a la vuelta de la esquina. Las gigantes Nike y adidas (tres y dos clubes de 18, respectivamente) no consiguen dominar una competición caracterizada por el buen hacer de la clase media, tendencia extendida en todo el continente europeo. Y es que en las últimas temporadas, Hummel con Werder Bremen, Jako y Stuttgart o Mizuno con Augsburgo, entre otras colaboraciones, han elevado el listón de la exigencia. El campeón Leverkusen sigue de momento con la maltrecha Castore, pese a que ya circulan rumores sobre una posible rescisión anticipada del contrato como hemos visto en Newcastle o Aston Villa. A los problemas de calidad de las prendas se ha unido este verano una falta de stock que enfada al Bayer, que estaría valorando pasar a New Balance (la mejor posicionada) o Adidas.

Mizuno ha sido la gran protagonista de la pretemporada en Alemania, sobre todo gracias al Roman Kit (equipación romana) del Augsburgo, que se agotó a los pocos días del lanzamiento. La camiseta se inspira en los orígenes de la ciudad, en su día parte del Imperio Romano, a través de inscripciones en relieve y jugando con el efecto brillo. El club tuvo que abrir una segunda fase de preventa para satisfacer la enorme y comprensible demanda.

La Serie A se confirma como el campeonato más variado e interesante desde el punto de vista de la indumentaria. Hasta 12 fabricantes para 20 equipos garantizan personalización, riqueza en los diseños e identidades bien construidas. Destacan el sublime trabajo de Macron y Bologna en las últimas temporadas y la propuesta rompedora de Armani con el Napoli, un patrocinio que sigue madurando y evolucionando con cada lanzamiento (y son muchísimos). Se establecen la nueva elegancia de Mizuno y Lazio y la fórmula ganadora de Kappa, que consigue que Genoa, Fiorentina y en menor medida Empoli se sientan clubes afortunados. Joma despliega sus mejores recursos con Atalanta, Torino y Verona y Puma viste a dos ilustres como Milan y Parma, ambos con equipaciones sobrias para la temporada que acaba de empezar. Nike presume de fidelidad con el Inter en una colaboración que supera los 25 años y que no deja de sorprender con reinterpretaciones arriesgadas de las tradicionales franjas. Por su parte, Adidas progresa adecuadamente con la Roma en su segundo año de contrato, necesita mejorar con el recién patrocinado Como y obtiene, por fin, el sobresaliente con una Juventus que llevaba demasiado sin reconocerse ante el espejo.

Mención especial para el Venezia, que se despide de Kappa después de una exitosa relación de tres años que posicionó al club en la cúspide mundial camisetera. El rapero Drake y Nocta, una subfirma de Nike, toman las riendas de un proyecto que tendrá difícil estar a la altura de su predecesora. Lo demuestra la primera equipación de este novedoso patrocinio, a la que otorgamos un simbólico aprobado y concedemos el beneficio de la duda.

La Ligue1 es una competición sin un claro dominador camisetero, pero con identidades muy definidas entre clubes y fabricantes. Nike y PSG avanzan en su proceso de 'reconversión local' tras recuperar la clásica franja Hechter en la equipación titular, un anhelo de su hinchada en los últimos años. También nos sorprenden gratamente con un guiño sostenible, una visitante retro con un diseño de la Torre Eiffel que los parisinos mantendrán dos temporadas. Puma y Marsella, Adidas-Lyon o Kappa-Mónaco son ya patrocinios establecidos que mantienen un nivel alto año tras año y enriquecen la liga francesa. Macron brilla en otros países, pero aún tiene deberes con Nantes (va por el buen camino) y sobre todo Auxerre. Destacan las prendas de Joma-Le Havre, una colaboración que viene creciendo sin hacer mucho ruido, y merece un apartado especial Le Coq Sportif-Niza, un binomio que nos regala la que probablemente es la dupla más sólida de la 24-25 en Francia.

LaLiga presenta una de las tartas mejor repartidas del viejo continente; diez fabricantes para 20 equipos en una competición que en el último lustro va claramente a más en cuanto a la vestimenta. Es una de las ligas donde resulta más evidente el auge de la clase media, con marcas como Hummel, Macron o Kappa que han derribado la puerta de los patrocinios. Así las cosas, los clubes españoles están aprendiendo que es más conveniente ser cabeza de ratón y recibir el cariño de una firma medianaque sufrir siendo cola de león y vestir plantillas reutilizadas o impersonales. El nivel global de las camisetas titulares es quizá el más alto en toda Europa, con propuestas complementarias y para todos los públicos. El toque retro de Hummel-Betis o Las Palmas, las prendas esenciales de Castore-Athletic Club o Sevilla, la sobresaliente indumentaria de Macron-Real Sociedad u Osasuna… Barça, Madrid, Valencia, Leganés o Real Valladolid, entre otros, no desentonan en un catálogo que solo cuenta por borrones la camiseta del Rayo (sin franja en su Centenario), el Mallorca (otro template heredado del Friburgo alemán) o el Girona (un diseño excesivamente complejo).

Una de las reacciones del verano entre aficionados ha sido bromear con el lanzamiento de algunas equipaciones domésticas e imaginar qué se diría si fuesen de un club extranjero con mejor prensa. La muletilla "Ay, si saca esta camiseta el Venezia…" explica la trayectoria ascendente del fútbol español, cuyas camisetas escalan puestos en la clasificación global gracias al Castellón o al Huesca, al Real Valladolid o al Málaga, a la Real Sociedad o al Almería, entre muchos otros. Toca abandonar cualquier tipo de complejo.