FÚTBOL

El grupo de Whatsapp que une a Xavi y a Raúl: "Estamos pendientes de lo que hace todo el mundo"

López Rekarte, Iago Bouzón y Eli Ibarra comparten sus vivencias en el curso de entrenadores del 2018.

Los alumnos del curso de entrenadores del 2018. /EFE
Los alumnos del curso de entrenadores del 2018. EFE
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Cuando Eli Ibarra, Iago Bouzón y Aitor López Rekarte hablan del curso de entrenadores del 2018, se les dibuja una sonrisa en la cara. Los tres recuerdan aquella época como quien añora sus mejores años en la universidad. "Fue muy enriquecedora. A Saray García -la otra alumna de la promoción- y a mí, también nos sirvió para conocer su mundo (el fútbol masculino) que, aunque sea el mismo, no tiene nada que ver", recuerda Eli. "Fue volverme a juntar con la gente que quiero y eso es imposible de describir", añade López Rekarte. "Todos tenían una capacidad increíble para aprender, para dejarse ayudar, para apoyar, etc. Te das cuenta de que, justamente, eso es lo que les hace grandes", zanja Bouzón al otro lado del teléfono.

Ese curso les unió tanto que sus integrantes todavía comparten un grupo de Whatsapp. Xavi Hernández, Raúl González, Xabi Alonso o Víctor Valdés lo integran. "Mira, ese grupo habla del buen ambiente que teníamos. Han pasado cinco años y ahí sigue. Lo usamos para darnos la enhorabuena cuando alguien logra un resultado importante, para apoyarnos o para felicitarnos los cumpleaños. Estamos pendientes de lo que hace todo el mundo", comenta Bouzón. "Nos sirve para mantener ese nexo de unión y para saber un poquito de todos", añade.

Durante las seis semanas que duró el curso, a algunos de ellos, como a él y a López Rekarte, les dio tiempo a forjar una gran amistad. "Cuando hables con él, pregúntale cómo nos llamaban", dice el exfutbolista de la Real Sociedad antes de colgar el teléfono. "¡Zipi y Zape!", recuerda entre risas Bouzón. "Los dos veníamos desde lejos -Galicia y el País Vasco- y vivíamos en la residencia de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas e hicimos muy buenas migas. Teníamos un grupito -los que nos alojábamos allí- que pasábamos mucho tiempo juntos hablando del fútbol, de la vida, de todo. También estaba Xavi, que estaba en venir y venía", destaca.

Mucha exigencia: «Tenías que meterle bastante caña»

Otro de los puntos en los que coinciden es en la "intensidad" del curso para sacarse la licencia UEFA PRO, la más alta. Las 21 asignaturas que lo formaban requerían muchas horas de estudio y de concentración y abarcaban desde la gestión de un club, a las redes sociales o el Big Data. "Fue exigente. Yo me quede allí y, al principio, cuando estás allí, piensas que por las tardes vas a aprovechar para estudiar... Pero ¡ostras!, las horas pasaban muy rápido y las semanas se hacían durillas", recuerda Eli Ibarra, leyenda del Athletic y embajadora del club, con cariño. "No te diría duro, lo asociaría más a la intensidad y a la emoción. Pero sí, tenías que meterle bastante caña", complementa López Rekarte, que ahora es agente de futbolistas.

Y como en todos los cursos que se precien siempre había alguna asignatura que se atravesaba. "La que más me costó fue la de Análisis, hacer los cortes, buscar esa información. Te das cuenta del trabajo que hay detrás de todo eso", destaca Eli. "Quizá, las más alejadas del fútbol, como Medicina. Tienes que estudiar más, pillas los conceptos, fijarte bien en todas las palabras", recuerda Rekarte.

Los más destacados, los que tenían un don, los que mejor comunicaban...

En ese curso había jugadores del Barça, del Real Madrid, campeones de Europa y del mundo y leyendas de sus respectivos clubes. "Es un grupo en el que había gente que venía de tener éxito muy recientemente. Y no es que me sorprendiese, pero sí que fue bonito corroborar y ver que todos tenían la humildad suficiente, por muchos títulos que hubiesen ganado, de sentirse uno más y de querer aprender de todo el mundo. Al final, te das cuenta de que ser grande es justamente eso. Es gente que había alcanzado los mayores hitos del fútbol y que tenían un capacidad para escuchar, aprender y seguir mejorando muy grande", comenta Iago Bouzón orgulloso.

Entre todos ellos, también había quien empezaba a apuntar maneras de entrenador. "A Xabi Alonso o Xavi ya se les veía. Pero, bueno, también lo veías en el campo, cómo mandaban, cómo organizaban al equipo, etc. Después, Víctor Valdés tenía una manera muy especial de explicarse y de transmitir su modelo de juego. Raúl, por supuesto, ya se le veía que tenía ese don para poder dedicarse a esta profesión", subraya Eli Ibarra. "Yo creo que cada uno a su manera. Sí que es verdad que algunos comunicaban con más facilidad. Me gustaba mucho Luis García, el del Espanyol o Xavi Hernández, por supuesto", añade Rekarte.

Una experiencia «espectacular» y «enriquecedora»

"Decidí estudiarlo porque, como nos pasa a muchos exjugadores, se acababa una etapa maravillosa -que es la de jugador- y luego, pues quieres, de una manera u otra poder transmitir todos esos conocimientos que adquiriste en tu carrera. Nace de una necesidad de poder expresar cada uno el fútbol cómo lo siente y cómo lo ve", destaca Iago Bouzón que, antes de emprender la aventura, ya tenía una empresa de asesoramiento y servicio a los jugadores y a los clubes, además del título de Director Deportivo.

Tanto Eli Ibarra como Aitor López Rekarte y Iago Bouzón compitieron al máximo nivel y protagonizaron carreras destacadas. "Es verdad que la perspectiva cambia desde el otro lado de la línea de cal. Antes, no eras consciente de lo que suponía la gestión de un grupo para un cuerpo técnico. Cuando eres jugadora, miras mucho más por lo tuyo. En cambio..., entrenador solo hay uno", reflexiona Eli. "Los futbolistas íbamos de lo individual a lo colectivo y los entrenadores van justo al revés. A veces, puede parecer algo insignificante, pero nada", añade Iago Bouzón.

"Cuando nos vamos haciendo mayores, con lo que nos quedamos es con la nostalgia de lo que hemos vivido y para mí fue una experiencia espectacular, te lo prometo", recuerda López Rekarte. "Me quedo con esos momentos en la residencia, cuando campeones del mundo y de Europa te contaban sus anécdotas. Fue muy enriquecedor", finaliza Eli Ibarra.

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