Es lo que hay, pero ganando parece más

Señoras, señores, niños, niñas, youtubers, influencers y militares con graduación porque sin graduación deben quedar pocos... Es lo que hay. Ni más, ni menos. Es la Selección que tenemos, pero ganando así, a Italia y en el último minuto, parece que es más y mejor. Superior al rival fue, al menos en la segunda parte, pero tampoco es para presumir, que diría el Sabio Luis Aragonés. Mirando a la botella, a estas alturas de temporada y con las fuerzas que quedan, es mejor ver el vidrio medio lleno que medio vacío. Como lo vieron los jugadores y los técnicos con su apasionada y un poco desmedida celebración.
En la derrota, posiblemente, habría que haber sacado el látigo de la autoflagelación, pero ya en la final contra Croacia lo que hay que intentar es que Luis de la Fuente sepa darle una vuelta más a la tuerca del equipo y no se repitan más errores como los del primer tiempo en los que España pecó de inocente y en su afán de presionar en el área contraria se pegó varios disparos en los pies.
Se envalentonaron tanto los de 'rojo' con la recuperación de Yeremi a Bonucci en el borde del área italiana que acabó en el primer gol, que pensaron que habían acertado con el plan y no cambiaron de criterio hasta pasado el descanso, donde y cuando, cabe suponer, que alguien, el técnico o los propios jugadores, o todos juntos, se dieron cuenta de que el bloque se partía en dos y los pobres Le Normand y Laporte quedaban a los pies de los caballos.
Mejor no pensar qué hubiera pasado si esos balones largos a la espalda de los dos centrales 'franceses' no hubieran caído en los pies de Inmobile y Zaniolo y sí en los de otros delanteros más concretos y certeros... Pura especulación. La realidad fue que se mejoró en la segunda mitad. Tanto como para haber sentenciado en los quince primeros minutos. Justo cuando al equipo le corrió el balón y en tres minutos se sucedieron tres ocasiones para haber sentenciado. Los cambios mejoraron el panorama. Líneas más juntas y mejora física. Buena receta para pasar por encima de una Italia paupérrima, sin juego, sin físico... y se podría decir que hasta sin ilusión. Da que pensar que ellos lo tienen bastante peor que nosotros.
Empujar, ahora, hasta el altar a Joselu después de sus tres goles en tan pocos minutos con la 'Roja' es fácil. Las portadas ya están todas en la calle. Ya es el ídolo que se necesita cuando no es oro todo lo que reluce, pero también parece evidente que este treintañero tiene gol porque sabe buscarlo, sabe dónde y cómo colocarse para conseguirlo. Y si a lo que ya viene de fábrica se le suma que tiene un hambre desbocada, se podría pensar que el Real Madrid ha fichado algo más que un delantero de acompañamiento.