OPINIÓN

La denuncia de Estrada Fernández le ha venido genial al Barcelona

El árbitro del Colegio Catalán, Xavier Estrada Fernández, durante un partido en 2015./EFE
El árbitro del Colegio Catalán, Xavier Estrada Fernández, durante un partido en 2015. EFE

Todos estaban esperando para poner la denuncia cuando fuera más inteligente y mejor para la investigación. Coincidían los servicios jurídicos tanto de la Federación como de LaLiga en dejar trabajar a los fiscales en Barcelona. ¿Por qué? Pues muy fácil: porque es mil veces más ágil ese trabajo para ellos que cuando se hace desde un juzgado, con jueces sobrecargados de temas y a base de requerimientos e investigaciones mucho más lentas.

Xavier Estrada Fernández, al igual que Enríquez Negreira del Colegio Catalán, decidió (¿él sólo?) actuar por su cuenta. En contra del criterio de Comité Técnico de Árbitros y de la RFEF. Todos sabían que una denuncia individual en un juzgado, si era aceptada, paralizaba a la fiscal de Barcelona para seguir interrogando e investigando el caso.

¿Hay más? Pues sí. Cuando las pesquisas las lleva una Fiscalía, las actuaciones son privadas. No tienen por qué avisar a nadie y tienen más facilidades. Todo esto se ha ido al traste con el movimiento de Estrada. Ahora todas las partes se podrán personar en el caso. Hasta el propio Enríquez Negreira, pero sobre todo el Barcelona. Salvo que el juez de turno decida que el sumario sea secreto, todas las partes tendrán acceso a cada uno de los movimientos que haya en la instrucción. Cuando lo llevaba la Fiscalía, no.

Al final, que este caso terminase en el juzgado es lo normal. Antes o después estaba claro que iba a pasar. Pero todos les estaban dando tiempo a los fiscales para trabajar. Todos menos Estrada. "Ha roto con todo", explicaban fuentes federativas a Relevo durante la comparecencia de los árbitros. "No contesta, va por su cuenta, la sensación que tenemos aquí es que está obstaculizando la investigación".

Ya no prescribe

Esto también estaba claro: la vía penal, al abrirse una instrucción en cualquier juzgado, ya va a prescribir. Tenían hasta el 18 de mayo, de todas formas. La Fiscalía hubiera actuado antes. De hecho la realidad es que tenían ya casi todo preparado para "elevar" el caso a un juzgado, pero la actuación unilateral (si es que lo ha sido) de Estrada ha acelerado el proceso.

La relación de Enríquez Negreira con el Barcelona, desde el palco hasta el banco... y terminado en burofax amenazador, va quedando cada día más clara. Y también, poco a poco, la de su hijo Javier y sus trabajos para la Federación de Villar. Ayer, el que fuera el jefe de todos los árbitros durante el periodo en el que el Barcelona pagó a este colegiado, Victoriano Sánchez Arminio, no apareció. Había confirmado asistencia, pero no estuvo al lado del otro expresidente, Carlos Velasco Carballo, que sí fue para estar al lado de todos sus excompañeros.

Transparencia... pero menos

Explicaciones no se dieron muchas. Se mostró unidad, eso sí. De todos menos de Estrada. Y se alardeó de transparencia arbitral... pero pidiendo un nuevo acto de fe. No dijeron qué ni cuántos árbitros habían aceptado ser "acompañados" al Camp Nou por el hijo de Enríquez Negreira. "No tengas ninguna duda de que se lo diremos... al juez", fue la respuesta, tras una vaga explicación de que no lo podían revelar para no perjudicar las investigaciones de otros. ¿Por qué no? Aquello no quedó muy claro.

Lo que ya es difícil que prescriba es la posición de Estrada Fernández en la RFEF. Más que nada, entre sus compañeros. Allí se actúa todos a una... o no se actúa. La escenificación fue impactante, eso es verdad: 240 hombres y mujeres unidos para dar la cara por la honestidad de su gremio. Cuesta ver cómo va a superar esta situación. Quizá dejando el arbitraje y haciendo informes para el conjunto azulgrana. Sería muchísimo más legítimo que cuando los hacía un vicepresidente en activo del CTA. Y ya sabemos que está bien pagado.

¿Qué pasos viene ahora? La Fiscalía de Barcelona trasladará su trabajo al juzgado que aceptó la denuncia del colegiado catalán. Seguirán trabajando, claro, quizá hasta con la ayuda de Anticorrupción, pero ya bajo la batuta y los tiempos del juez que lleve el caso. Tras la instrucción, si ven la posibilidad de que se cometiera un delito (sobre todo de probarlo), el caso avanzaría e iría a juicio.

¿Qué posibilidades hay de que lleguen a una condena? Pues parece que pocas, la verdad. Una improbable confesión del propio Negreira, o una torpe declaración (también improbable) que dejara en evidencia alguna falta. Lo normal es "no recordar" nada, en este tipo de interrogatorios, y problema solucionado. Hay otra posibilidad: el cúmulo de indicios. Pero es un "tiro al aire", muy subjetivo y que parte con la imposibilidad de demostrar el rastro del dinero. Que fue de las cuentas del Barcelona a las de Negreira está claro. Lo que ya va a ser casi imposible es probar sin lugar a dudas que ese dinero terminó en los bolsillos de otros, y que estaba destinado a la corrupción deportiva. Muchos indicios van a tener que acumular...

Por ahora el único caso de corrupción deportiva que ha salido adelante ha sido el de Osasuna. ¿Por qué? Pues porque empezó con una confesión del que fuera su gerente, Ángel Vizcay. En otros, como el del supuesto amaño del Levante-Zaragoza vimos a investigados desfilar ante la juez sosteniendo teorías como la de Javier Aguirre, que aseguraba que iba al banco y le daban el dinero en un sobre cerrado, que él no abría ni se preguntaba si estaría bien o no. Que él firmaba todo lo que le ponía por delante su amigo de la Caja Rural, sin más. Y funcionó, ojo. Los absolvieron. A todos.

Ahora sólo cabe sentarse y esperar. Mucho, por cierto: mínimo dos años, pero seguro que, con recursos posteriores, sería mucho más. Y tampoco descartar nada: si el Barcelona fue capaz de pagar al colectivo arbitral emitiendo facturas por ello... es posible que vayan apareciendo más sorpresas en esta investigación.