FÚTBOL

Las 11 historias de un equipo de fútbol de Barcelona que remueven conciencias: "Me desperté en la patera y todo era azul, solo ves el azul..."

El proyecto 'Goals For Change' retrata las vidas de los futbolistas del Darna, migrantes que durante un año fotografiaron su día a día.

Fotografía tomada por uno de los jugadores del Darna./(c) Proyecto Goals for Change de Ofelia de Pablo y Javier Zurita con Pablo Tosco
Fotografía tomada por uno de los jugadores del Darna. (c) Proyecto Goals for Change de Ofelia de Pablo y Javier Zurita con Pablo Tosco
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Darna significa hogar en árabe y desde hace algún tiempo se ha convertido en una casa para varias personas. El FC Darna también es un equipo de fútbol que nació en el Raval y compite a nivel federado. Solo uno de los futbolistas tiene papeles. El resto llegó a España para tener derecho soñar, algo inimaginable en sus países. Goals For Change es un proyecto creado por Ofelia de Pablo, Javier Zurita y Pablo Tosco que trata de cambiar la narrativa negativa que pesa sobre las personas migrantes. A muchas se le da voz, pero esta vez se quitaron los marcos y fueron ellos mismos quienes se reflejaron para contar un pasado tatuado y el futuro que quieren escribir.

¿Qué fotografiarías si te dejaran una cámara durante un año? El mar. Un pájaro volando. Una cama. Un plato de comida. Unas botas de fútbol. Son algunas de las imágenes hechas por once futbolistas del Darna. Por Zakaria, Buba, Hamza o Sallah. Todas las fotos se pueden ver en la exposición, en la Nau Bostik, hasta el 22 de noviembre. Es un proyecto impulsado gracias a la beca Art for Change de Fundación La Caixa.

Respeto, tranquilidad, ilusión y oportunidad. Son las cuatro palabras que dan la bienvenida. Detrás de ellas, once fotografías que esconden once historias contadas por ellos mismos. El fin es humanizar vidas y relatar caminos y planes de futuro. Porque dejar atrás a la familia implica también obligarte a no fallar. Esta vez, el fútbol es el elemento vertebrador de cada una de sus historias. "Todos ellos migraron a Barcelona y montaron un equipo de fútbol para agarrarse a la vida", cuenta Sergi Llamas, el entrenador.

Algunas de las fotos que hizo Buba fueron del césped. Es un mensaje, dice que le recuerdan "a los jardines donde aprendí a cuidar de las plantas con mi madre". Ahora estudia jardinería en la que es la segunda parte de su viaje. Antes tuvo que cruzar el mar, como Zakaria. "Después de cuatro días en la patera me despierto y seguimos sin llegar, es todo azul, no hay ni tierra ni nada, no ves ningún color diferente del azul, todo es azul. Al llegar aquí empieza otro viaje difícil, un nuevo viaje del que no sabes el final", escribe Zakaria. "Tus padres ven el peligro en la travesía pero tú ves otras cosas", añade Khalid, que está estudiando un grado de mecánica.

Proyecto Goals for Change de Ofelia de Pablo y Javier Zurita con Pablo Tosco.
Proyecto Goals for Change de Ofelia de Pablo y Javier Zurita con Pablo Tosco.

Las fotografías de Hamza también deslizaban un anhelo: tener un techo. Capturó su sofá o su cama. Hace un tiempo entró a vivir en un piso de Cáritas tras haberse visto obligado a vivir de okupa durante algún tiempo. "Una persona que no ha pasado por la calle, que tiene familia y lo tiene todo, no sabe lo importante que es tener tu propia cama", dice. En este proceso está Moha, que ha vivido en una tienda de campaña —y le han robado en dos ocasiones— a la espera de entrar a un albergue. Trabaja fregando platos.

El fútbol tiene en común para ellos ser un lugar en el que hablar su lengua, compartirse y hacer clic, que durante un rato solo exista eso. Porque hay vida después de llegar a tierra. Soufiane, por ejemplo, cada día durante seis años, cuando salía del colegio, se metía debajo de un camión para intentar salir de Marruecos. Tardó seis años en conseguirlo. "El viaje se ha parecido a la muerte", cuenta Moha. Ahora solo buscan hacer vida normal.

"El racismo nos quita la propiedad de nuestras vidas. Muchos nos tratan como si no pudiéramos hablar por nosotros mismos", critica Zakaria. Por este motivo, cuentan mediante sus fotografías su historia. Cada una de las imágenes evidencia que de vez en cuando el fútbol vuelve a alejarse del negocio, proyectos como este vuelven a darle sentido, a comprender su fondo. "¿Y si me he equivocado? Hay días en los que echo muchísimo de menos a mi familia. Pero no puedes dejarte vencer. Hay que sacar lo positivo para poder seguir luchando", cierra Zakharia.