CRISIS EN LA RFEF

La Federación sondea a Miguel Galán para que no impugne sus elecciones: "A ver qué se puede hacer..."

Jordi Aparisi, subdirector de jurídico, tanteó a su entorno "por el bien del fútbol", y quedaron en hablar en los próximos días para que dejara sus denuncias.

El presidente de CENAFE, Miguel Galán, durante una entrevista con Relevo./RELEVO
El presidente de CENAFE, Miguel Galán, durante una entrevista con Relevo. RELEVO
Sergio Fernández

Sergio Fernández

Por rocambolesco que pudiera parecer hace no mucho tiempo, la realidad institucional de las elecciones a la Federación de fútbol está en manos del presidente de CENAFE, Miguel Galán. El hombre que está friendo a denuncias a la RFEF, "Querellator"... como quieran llamarle, pero resulta que está encontrando respaldo legal legítimo en sus quejas. Mientras el equipo de Pedro Rocha va colocando sus peones para convocar este miércoles elecciones a la presidencia, en el fondo todos saben que lo que ocurra depende de él: si impugna esta convocatoria de forma razonada, como tiene pensado hacer, es complicado jurídicamente que le vayan a discutir la razón. Eso obligaría a otro parón del proceso electoral que tenía que haber arrancado en septiembre y estar ya resuelto en su totalidad, pero que parece imposible de desatascar. Y, claro, esto no pasa desapercibido ni a FIFA ni a UEFA que, si no tienen más remedio, tendrán que intervenir para solucionarlo.

Vamos por partes. El problema de fondo está en que Galán parece tener razones de sobra para impugnar las elecciones que se van a convocar. Con base legal sólida, es decir, que los diferentes tribunales no suelen tener más remedio que atender a sus quejas, al menos parcialmente. Nadie le tomó en serio cuando dijo que Rocha tenía que haber convocado estas elecciones en septiembre del año pasado y ha resultado el gran error de Pedro Rocha durante su mandato. Tan es así, que todavía no está claro que pueda costarle el puesto...

Ahora la situación está llegando a ser límite. Con FIFA y UEFA pensando seriamente intervenir la Federación por la incapacidad que tienen de conseguir una gobernanza legítima y con los presidentes de las Territoriales casi deseando que esto ocurra, para que se pueda aclarar el panorama y desatascar la situación. El equipo que rodea y asesora a Rocha, principalmente Elvira Andrés (Gabinete), Alfredo Olivares (Secretaría General) y Marisa González (Comunicación), intentan crear un ecosistema que permita estas elecciones iniciales, sólo a la presidencia, sin olvidarse de que en 2024 tienen que convocarse otras, las de verdad, que renueven toda la Asamblea. Y que van con ocho meses de retraso.

La situación roza lo desesperado: no pueden dar, otra vez, la imagen de que son incapaces de llevar a la institución a elecciones y no conseguirlo. La última vez, cuando parecía inminente que se iban a convocar, la Guardia Civil entró en la RFEF para llevarse documentación dentro de la Operación Brody. Ahora, apartados ya los investigados de la Federación, quieren convocarlas de nuevo... pero saben que se las pueden tumbar. Y, si esto pasa, es como reconocerle a FIFA y UEFA: no somos capaces, intervenid.

Sobran los motivos

Razones no le faltan para plantear una impugnación a Miguel Galán, y es muy complicado que jurídicamente no atiendan al menos a alguna de ellas: una mezcla de la antigua orden ministerial y la nueva que dejaría fuera el voto femenino, unos 40 asambleístas cuya legitimidad es discutible, una actuación de Pedro Rocha (más bien de su equipo) durante todos estos meses muy alejada de sus competencias llegando a firmar patrocinios, intentar renovar al seleccionador, despedir cargos directivos y sobrepasar la misión de lo que es: un presidente de la Gestora. Nada más. Él ha actuado como presidente de la RFEF, siendo solamente presidente de la Gestora. Aunque se haya puesto el mismo salario que un presidente "de verdad", cerca de los 700.000 euros. Para eso no hubo "temporalidad".

Miguel Galán, durante una entrevista a Relevo.Relevo

¿Hay un poco de inquina personal en todas estas denuncias contra la RFEF? Desde luego. Seguro que sí. Es algo que el propio Galán no esconde: lleva años pidiéndole a la RFEF la licencia UEFA Pro para entrenar en el extranjero para su escuela de entrenadores, independientemente de dónde se hayan formado, Y la Federación no se la concede. Al menos no en las condiciones que él quiere. Desde ahí, pasó a convertirse en el azote de Villar, Rubiales y ahora Rocha. Tampoco esconde el propio Galán la solución: "No quiero que resulte que quiero coaccionar a alguien. No es mi intención. Cuando se solucione lo de licencia pararé", aseguró en una entrevista a Relevo. "Quien quiera ser presidente de la Española lo primero que tiene que hacer es sentarse con Miguel Galán, que es el que le mete en problemas. Si no, le voy a hacer la vida imposible. Punto".

El contacto

Y aquí (era necesaria la "breve" introducción anterior) hemos llegado: la RFEF sondeó la pasada semana al entorno de Miguel Galán para que parase. Evidentemente lo hizo de forma sutil, no grosera, y sin concretar nada. El que ahora pasa por ser la cabeza visible del departamento jurídico de la RFEF (acaban de suspender a su director, Pedro González, detenido en la operación Brody), Jordi Aparisi, durante una conversación con el entorno de Galán, le vino a transmitir que, "por el bien del fútbol", parase de obstaculizar las elecciones.

De hecho, en un momento dado, incluso desliza que deberían reunirse más adelante, para "ver qué se podía hacer" para que Miguel Galán no mantuviera esta actitud. No se llegó a cerrar una cita ni se concretó nada, pero quedó clara la voluntad conciliadora. En la Federación miran con desesperación a estas elecciones como la última opción clara de evitar que FIFA o UEFA intervengan para sacar adelante el proceso. Y lo están intentando salvar como mejor pueden.

Villar ya lo intentó y Rocha habló con él

No es la primera vez que la RFEF intenta acercarse a Miguel Galán para valorar un "alto el fuego". Sin ir más lejos el propio Ángel María Villar le llegó a ofrecer la validación de su licencia CENAFE, pero no así con el resto de escuelas. No llegaron a un acuerdo.

Después también hubo un cruce de correos electrónicos (siempre todo esto siempre a iniciativa de Galán), ya sin Rubiales, con el exsecretario general de la RFEF, Andreu Camps, dentro de un tono de cordialidad que, sin embargo, no llegó a concretarse en nada entre otras cosas porque Camps resultó despedido por Rocha.

El propio presidente de la Gestora, Pedro Rocha, al inicio del todo, le mandó un mensaje cuando Luis Rubiales señaló como su sucesor: lo dejó como único vicepresidente para que fuera la única elección viable tras su suspensión, el pasado mes de septiembre.

Ninguno de esos intentos fructificó y Galán siguió poniendo sus querellas cuando le parecía oportuno. No muchos se lo tomaron en serio, de hecho anteriores secretarios de Estado para el Deporte como Franco o Francos, dejaban sus quejas en un cajón hasta que el propio perjudicado les enviaba un burofax amenazándoles con querellarse penalmente contra ellos.

Ahora la situación está en un punto de no retorno. La RFEF, Federación responsable de una candidatura al Mundial 2030, está teniendo muchísimos problemas para llegar a unas elecciones legítimas. Si vuelven a fallar en su intento, parece inevitable que instituciones de rango superior (FIFA o UEFA porque el CSD no parece por la labor...) solucionen la papeleta. Y eso, ahora mismo, pasa por convencer a Miguel Galán para que pare sus denuncias.