SELECCIÓN

Fallece Manolo 'el del bombo', icono de la afición de La Roja, a los 76 años

El emblemático aficionado de la Selección española, a la que acompañaba a los campos, ha fallecido en Vila-real.

Manolo ' el del bombo' en un partido de la Selección. /REDES
Manolo ' el del bombo' en un partido de la Selección. REDES
Equipo Relevo

Equipo Relevo

Mayo entra con una triste noticia para el fútbol español. Manuel Cáceres Artesero, conocido popularmente como Manolo 'el del bombo', ha fallecido a los 76 años de edad en la localidad de Vila-real. Nacido en San Carlos del Valle, localidad de la provincia de Ciudad Real, un 15 de enero de 1949, se ha confirmado su muerte este jueves 1 de mayo por causas que aún se desconocen.

El pintoresco personaje que se dejaba ver por las gradas de los estadios a los que acudía La Roja, ha acumulado a lo largo de todos estos años diez Copas del Mundo y ocho Eurocopas. Era icónico por el enorme bombo con el que animaba a la afición en su apoyo a la selección y que con el paso de los torneos le hizo ganarse la popularidad que le acabó otorgando su inconfundible mote.

Su último partido apoyando a su querido combinado nacional fue el España - Países Bajos que el equipo de Luis de la Fuente se llevó en los penaltis y que confirmó su presencia en la Final Four de la UEFA Nations League. Fue el pasado 23 de marzo en Mestalla, donde atrajo la mirada de aquellos que acudieron a Valencia.

Sus inicios siguiendo a la Selección se remontan al Mundial de 1982, precisamente cuando España albergó su primera y última Copa Mundial de la historia. "En el Mundial del 82 hice 15.000 kilómetros en autostop, con el bombo. Salí desde Huesca, donde vivían mis hermanos y mis padres. De Huesca a Lérida, de Lérida a Barcelona… Así fui yendo a los partidos más importantes de España y del Mundial, donde jugamos muy mal. Después, acabó el Mundial y yo lo había perdido todo. Había perdido el trabajo, porque tenía un bar en Huesca y lo dejé todo por el fútbol", relató a Relevo sobre esos inicios.

Desde aquella cita hasta hoy, con la excepción de la última, la de 2022 en Catar, no paró de apoyar a La Roja, incluyendo el pletórico momento en el que Iker Casillas levantó al cielo de Johannesburgo el trofeo que bordó la estrella que España luce en su pecho. Precisamente su inasistencia a este último torneo en tierras asiáticas despertó un episodio polémico por su desacuerdo con la RFEF, que si bien le proporcionó entradas para los partidos y vuelos al país, no le costeó alojamiento, cosa que el mítico aficionado no se pudo permitir. "Me enfadé un poquito, porque son once Mundiales. Ahora llevo diez. Con ése eran once, ¿sabes?, y me molestó mucho".