REAL MADRID

La factura de las fiestas en Cibeles: ¿cuánto cuesta celebrar una liga en una fuente?

El Ayuntamiento de Madrid detalla el coste de la celebración del Real Madrid tras haber sido campeón del campeonato español.

Imagen aérea de la Cibeles. /EFE
Imagen aérea de la Cibeles. EFE
Gonzalo Cabeza
Darío Ojeda

Gonzalo Cabeza y Darío Ojeda

Nacho y el resto de la comitiva del Real Madrid bajan del autobús descapotable y empiezan a subir una pequeña rampa colindante con la estatua de La Cibeles, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad de Madrid. Es domingo por la mañana y llevan entre las manos el trofeo de LaLiga que un rato antes les ha entregado Pedro Rocha. Antes de todo ello han visitado la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento.

Esa es la liturgia que, si el año ha ido bien, el Real Madrid repite una o dos veces en la temporada. Solo en las grandes ocasiones, Liga, Champions, incluso Copa a falta de algo mejor. Y la liturgia, sobre todo cuando se institucionaliza y se hace protocolaria, alguien tiene que pagarla.

En el pasado era todo un poco salvaje, los jugadores llegaban, se subían como podían, le ponían a la estatua una bandera, una bufanda o lo que saliese por ahí, con cuidado de no caerse. También los aficionados solían subirse. Un año incluso desprendieron un brazo de la estatua.

Hoy no es así, hay un acuerdo con el Ayuntamiento para que la cosa sea más institucional. Se plantan un perímetro de seguridad con vallas, un pasillo para que entre el autobús y una pasarela blanca, bien rotulada, para llegar hasta la espalda de la diosa y, ahí sí, que los capitanes se suban y la vistan de fiesta.

Es el Ayuntamiento quien paga el montaje. Según ha podido saber Relevo gracias a una petición de transparencia atendida por el consistorio madrileño, el montaje y enmoquetado de ese escenario cuesta 2.649,11 euros, con IVA incluido, abonados por la Coordinación General de la Alcaldía.

Junto al montaje de la estructura, se suministró y colocó también un vinilo con la leyenda "La Liga EA Sports 23/24" que supuso para las arcas municipales un desembolso de 350,90 euros. Además, el Ayuntamiento realizó un pequeño obsequio al club, una pequeña estatuilla del oso y el madroño, el emblema de la ciudad, que costó 211,75 euros con IVA. Las compras como tal costaron, por lo tanto, 3.211,76 euros.

El gasto computable al consistorio no acaba ahí. Junto con lo aportado por Coordinación General, también hay algunos gastos que se imputan a la Dirección General de Comunicación. Se entiende que hay un gasto de 3.494,60 euros que son imputables dentro del contrato que ya tiene suscrito el centro denominado "servicios de sonorización, streaming, iluminación proyección de vídeo y asistencia técnica en los actos públicos organizados".

Del mismo modo, también hay un gasto añadido de 162,56 euros que corresponde a la "Realización de reportajes fotográficos y audiovisuales en el ámbito de la política informativa del Ayuntamiento de Madrid y promovidos por la Dirección General de Comunicación". Es decir, estos dos gastos forman parte de contratos preexistentes que utiliza el gobierno de la capital con frecuencia.

Esto haría un total en el gasto del Ayuntamiento de 6.868,92 euros por esos minutos de madridismo en la Cibeles, en los que se incluyen los actos previos. En todos estos gastos no está contemplado, lógicamente, lo que corresponde a la Comunidad de Madrid por el rato en el que el equipo pasó por la Puerta del Sol.

Tampoco se especifica el coste del dispositivo de seguridad. En otra resolución, la Dirección General de la Policía explica que no puede cuantificarlo porque "el desarrollo del servicio de seguridad y protección que se derivó del mismo fue desempeñado por funcionarios policiales que ejercieron dichas funciones de acuerdo a los turnos establecidos en sus respectivos servicios, percibiendo las retribuciones ordinarias que les corresponden por el ejercicio de sus funciones habituales".

Todos estos gastos se refieren solo a la celebración de LaLiga en la plaza, aunque es de suponer que no serán muy distintos al desembolso que tres semanas después se tuvo que hacer para celebrar que un equipo de la ciudad acababa de proclamarse campeón de Europa por decimoquinta vez.