ROMA 1 - FEYENOORD 1 (4-2)

Svilar se viste de héroe en la Ciudad Eterna

La Roma accede a los octavos de final de la UEFA Europa League tras apear al Feyenoord en la tanda de penaltis con dos paradas del portero.

Svilar celebra una de las paradas en la tanda./REUTERS/Ciro De Luca
Svilar celebra una de las paradas en la tanda. REUTERS/Ciro De Luca
Marcos Durán

Marcos Durán

Roma.- El ambiente del Olímpico de Roma en una noche europea es lo que tiene aspirar cualquier equipo que se dice ser grande. La Roma recibía al Feyenoord en una de las eliminatorias más bonitas del playoff de los dieciseisavos de final de la Europa League.

La Roma celebra la clasificación ante el Feyenoord.RELEVO | MARCOS DURÁN

De un lado Daniele De Rossi, del otro lado Arne Slot. En la ida, un 1-1 dejaba todo abierto para esta vuelta, y, a pesar de que el partido se desniveló para el lado visitante a los pocos minutos, Pellegrini, el capitán de la Loba, igual el partido con un golazo de Champions League.

A partir de ahí, mejores momentos de los italianos y mejores momentos de los neerlandeses, pero nadie acertaba de cara a puerta y el protagonista, aunque sin errores claros, el español Jesús Gil Manzano.

Los minutos pasaban, la igualdad seguía y los jugadores se les notaba cansados. Comenzaba el carrusel de cambios y a los pocos minutos nos íbamos a la prórroga.

A partir de ese momento, con las piernas flaqueando, cualquier error era peligroso y cualquier error dejaba a un equipo fuera de la competición. Los entrenadores se cuidaban y los penaltis estaban cada vez más cerca.

El ambiente espectacular que se estaba viviendo en el Olímpico de Roma durante todo el partido se iba diluyendo más que nada por miedo a quedar eliminados, cualquier paso falso generaba runrún en las gradas y los jugadores lo iban sintiendo.

Faltaban tres minutos para el final del partido, de los 120 reglamentarios y parecía que ambos tipos se daban la mano y se decían: "Vamos a jugarnos esto a los penaltis, por favor, no damos más". No era tan así, porque no seguían intentando quería buscar alguna jugada de ataque aislada, pero un poco sí, porque el miedo a perder era más grande que las ganas de ganar.

Gil Manzano añadió un minuto y, en ese minuto, pasó más que en toda la prórroga. Lukaku tuvo la victoria en su pie derecho pero Wellenreuther sacó una mano milagrosa que lo llenaba de confianza para lo que se venía, los penaltis.

De cara o cruz, nada

La Roma eligió tirar primero y Paredes marcó, el Feyenoord eligió la curva contraria a la local, la Nord, y también marcó. Lukaku falló, Hancko también. Cristante no, los visitantes sí. La La Roma no, los neerlandeses tampoco y Zalewski no falló. Svilar fue el gran protagonista, se llevó todos los aplausos y la gente de la Roma vivió una alegría europea.