Perotti: "Cuando fichamos a Monchi era como si llegara una estrella. Aquí no hubo paciencia"
El argentino, que pasó 11 temporadas entre Sevilla y Roma, analiza la final de la Europa League.
Diego Ariel Perotti Almeira (Moreno, 26 de julio de 1988) es uno de esos jóvenes futbolistas que captó Victor Orta en su etapa como miembro de la Dirección Deportiva del Sevilla. Junto a Federico Fazio, y tras un breve paso por el filial sevillista, llegaron al primer equipo de la mano de Manolo Jiménez. Su irrupción fue espectacular y Perotti ganó dos títulos con el cuadro andaluz. Se hizo un hombre en el mundo del fútbol. Velocidad, carácter, desborde y gol. Era talento puro. Era un líder. La Juventus puso el foco sobre él ofreciendo 14 millones de euros. "Si el club necesita dinero y la oferta es buena se hablará, pero tengo ganas de seguir en el Sevilla y triunfar", declaró en 2011. Y se quedó en Sevilla. Pero el pozo de las lesiones empezaba a cavarse y en 2014 acabaría forzando su marcha a Boca Juniors para desconectar y volver a disfrutar.
Allí, en el club donde su padre, Hugo Perotti, había triunfado, tocó fondo. Todo hacía indicar que su carrera se había acabado, pero su fortaleza mental una vez más le permitió tener otra bola extra. El Genoa se hizo con su traspaso por tan sólo 350.000 euros y allí encontró a Gian Piero Gasperini, un padre para él. Se reconcilió con el fútbol, con la vida y consigo mismo. Disfrutaba sobre el césped nuevamente y eso le permitió regresar con la selección y fichar por la Roma, donde sigue viviendo a la espera de que, tras un año sin jugar, el fútbol le permita tener una última oportunidad.
¿Son para usted Sevilla y Roma los dos clubes más importantes de su carrera deportiva?
Sí, seguro. Cada uno de una manera distinta. Sevilla fue donde crecí, donde me hice hombre, donde tuve que aprender a pasar de vivir con tus padres a hacerlo solo en un apartamento, aprender a cocinar, tener tu primer coche o donde conocí a mi mujer. Fue un equipo que me marcó mucho y donde tengo grandísimos recuerdos. A la Roma llegué más mayor, con más experiencia. Un equipo que aquí en Italia es muy importante y donde estuve muchos años. Cuando estás muchos años en un equipo, te marca de una u otra manera. Aquí fue el resurgir de mi carrera y el volver a la selección. Seguramente, me quede a vivir en Roma cuando todo termine. Así que sí, son los dos equipos más importantes de mi carrera.
¿Cómo ve la final?
Veo una final con dos equipos completamente distintos, dos estilos de juego muy diferentes. Un Sevilla que levantó moralmente después de un año particular, porque no es normal ver al Sevilla peleando por el descenso. Con muchos jugadores, muchos recambios. Veo un equipo que siempre intenta jugar con pelota al pie, con muchos pases. Por otro lado tenemos a una Roma que con Mourinho logró un sistema defensivo que yo hacía mucho tiempo que no veía. Si bien los italianos suelen ser tácticamente mucho más aplicados y más duros, conseguir que jugadores como Dybala, Abraham o Pellegrini también se adapten a ese sistema de juego es difícil. No es el hecho de saber defenderse, sino de moverse todos en un mismo bloque. Parece armonioso cómo van de un lado hacia otro. No es fácil con ese tipo de jugadores. Por eso digo que va a ser una final linda porque son dos equipos muy distintos.
Veremos si Dybala puede estar pero, ¿las bajas que tiene la Roma le otorga más favoritismo al Sevilla?
Un equipo que pierde jugadores importantes es un plus para el otro equipo. Sabemos lo que supone la Europa League para el Sevilla. Es lo que hubiese sido para el Real Madrid si hubiera pasado la eliminatoria ante el City. Sabemos que el Sevilla en esta competición crece y se agranda. De hecho, en una situación muy negativa a nivel local logró seguir adelante y llegar a una nueva final. Si bien ahora logró remontar y estar en una posición mucho mejor, meses atrás, cuando jugaba partidos con rivales directos para no descender, seguía jugando la Europa League y haciéndolo bien. Por eso sabemos que tiene algo con esta copa. Pero para la Roma sería ganar un título nuevamente, tras conquistar la Conference. Dos títulos seguidos es importante para ellos y con un entrenador que gana todas las finales que juega. Se vienen dos circunstancias juntas que por eso espero una gran final.
¿Le ha llamado la atención la resurrección del Sevilla con Mendilibar?
La resurrección no me ha llamado la atención porque el Sevilla es así, lo ha demostrado en más de una ocasión. No es coincidencia. Casualidad es cuando pasa una vez, dos veces, pero no cuando hay muchos ejemplos donde el club ha remontado o le ha dado la vuelta a una situación negativa... Te puede pasar que pierdas un partido, que te quedes fuera de una competición europea por la mala suerte de jugar mal un partido y el siguiente no lo pudiste levantar. Pero ser algo seguido, como le puede estar ocurriendo al Valencia ahora, sí me sorprendió. Por los jugadores que tiene, por la gran afición era feo verlo en esa situación. Nunca me imaginé que todo iba a ir a peor. Sabía que en algún momento, con el cambio de entrenador, que llegó en un momento adecuado, todo iba a cambiar. Mendilibar lo hizo bien. Yo sigo mucho a los equipos donde jugué y al principio no convenció la llegada de Mendilibar y, sin embargo, hizo que todos cambiaran de opinión.
Tuvo la oportunidad de ganar una Europa League en Turín, aunque no en las circunstancias que le hubiera gustado personalmente. ¿Es el Sevilla un club donde palpan ese amor por la competición?
Es lo que te decía. El Sevilla tiene algo particular con la Europa League. Una vez o dos te puede sorprender. Hoy ya no llama la atención. No puede ser casualidad que un equipo la gane tantas veces, incluso cuando no está haciendo un gran campeonato. No soy mucho de lo místico, de lo mágico, pero no se puede negar tampoco que tiene un aura especial con esta competición y que hay algo que los atrae. Pero la Roma ganar esta copa es algo muy importante. La Conference fue algo lindo, traer un título después de mucho tiempo. Más allá de lo que te genera conseguir la Champions, un título de Europa League, el segundo consecutivo, es algo que la Roma no puede dejar escapar.
Estuvo en las dos etapas con Monchi. No salió bien de Roma. ¿Cómo era el Monchi del Sevilla y el de la Roma?
Es normal. Es como si Totti se hubiera ido a otro equipo. Cuando uno está tanto tiempo en un lugar donde te quieren y te quieren mucho, donde lo hiciste muy bien y eres un referente, es difícil el cambio. No sé cuántos equipos tienen un director deportivo que es una viva imagen de ese club. No se me ocurre ninguno. Este club tiene a esta persona que es más importante que el presidente. Cuando aquí se fichó a Monchi, yo porque lo conocía, pero era como si hubiéramos fichado a un jugador estrella, a un Dybala. Un fichaje que nadie se esperaba. Monchi es una imagen muy importante dentro del mundo del fútbol, dentro de la dirección deportiva, pero los cambios son difíciles. Pasar de un equipo y una ciudad donde lo manejas prácticamente todo, a una ciudad especial. Roma es una plaza difícil, que te exige mucho. Por eso es muy linda también porque transmite ese calor. El cambio de sociedad, el cambio de idioma, aquí vinieron nuevos dueños que eran americanos. Muchos cambios y por más que uno tenga experiencia, que uno sea muy bueno en lo que hace, los cambios se hacen notar. Es muy injusto ir a buscar culpables. No tuvieron mucha paciencia aquí y volvió a su lugar, a donde tiene que estar y donde lo ha hecho siempre bien.
Conociendo a las dos aficiones, ¿habrá espectáculo en la grada no?
Por eso te decía que tienen los dos clubes muchas cosas en común aunque los estilos de juego hoy por hoy son distintos. El otro día, en el derbi, enfocaban al Ramón Sánchez-Pizjuán desde arriba y era espectacular. Quizás otro equipo, si no hubiera tenido esa afición, a lo mejor no supera ese bache negativo en el que estaba. Después, seguramente, el cambio de entrenador, los jugadores que son buenos y ese empuje de la grada todo es más fácil. Aquí en el Olímpico todos los partidos se llena el estadio, incluso en los partidos menos importantes. La llegada de Mourinho generó ese cambio y esa ilusión en la gente. También la llegada de jugadores como Dybala. Hoy ver a la Roma, con esos jugadores, con ese entrenador que siempre hace algo en la banda al hincha le gusta, y los jugadores se han contagiado un poco de eso. Eso hace que se dejen la vida por esa camiseta y por esos colores, por eso va a ser una linda final.
Ha tenido muchos altibajos en su carrera por culpa de las lesiones y supongo que ha tenido que ser fuerte mentalmente. ¿Hay algo que hubiera cambiado en su carrera?
Lo que hubiese cambiado son los músculos que me tocaron en el cuerpo (sonríe). Yo siempre fui muy exigente conmigo mismo, quizás hasta negativo muchas veces. Lo sigo siendo. Al final, miro hacia atrás y los equipos en los que jugué y los compañeros con los que estuve son espectaculares. A mi carrera le pongo una interrogación. No estoy conforme. No estoy conforme con la cantidad de partidos que jugué, ni con la cantidad de partidos que me perdí, las situaciones que me han llevado a tomar decisiones equivocadas. Uno es humano, y cuando pasa por una racha negativa dice cosas que hoy más maduro y llegando al final, seguro que lo hubiera hecho de otra manera. El único año que jugué sin problemas y sin lesiones fue en el Genoa. Por eso me fichó la Roma y volví a la selección. ¿Qué hubiera pasado si hubiera jugado tres o cuatro años sin lesiones, con continuidad? No lo sabremos nunca. Sí creo que tengo una capacidad para levantarme que no es fácil. Una fuerza mental muy buena para unas cosas aunque a veces me ha jugado malas pasadas para otras. Logré resurgir en este momento tan delicado con las lesiones que pasé en el Sevilla, cuando luego me fui a Boca y logré regresar a Europa. Ese agujero en el caí, no sé cuantas personas hubiesen podido levantarse e ir a la selección.
Tras un año sin jugar, ¿por su cabeza sigue pasando seguir jugando?
Sí. Todavía no me retiré. Al menos no oficialmente. Sigo entrenándome duro, esperando mi oportunidad, como me pasó en enero cuando fui a Salerno. Sé que este mercado será el último que aguante y si al final del mercado no encuentro nada habrá que tomar una decisión. Me siento joven, pero el cuerpo es el que es y si no consigo algo será difícil esperar más tiempo porque luego será imposible arrancar.