EUROCOPA | ESLOVENIA - DINAMARCA

La impronta de Xavi en el Barça se extiende hasta Dinamarca

La madurez y el nivel de Christensen en el FC Barcelona puede dotar de un recurso clave a la selección danesa.

Christensen, en un entrenamiento con Dinamarca. /AFP
Christensen, en un entrenamiento con Dinamarca. AFP
Miguel Ruiz

Miguel Ruiz

Dinamarca mira de nuevo a una Eurocopa con héroes similares a las de la última cita en 2021. Pocas caras nuevas, pero un mundo de cambios tras el susto de Eriksen en el Parken. Una selección que no ha buscado una revolución, sino nuevas sinergias que dieran garantías competitivas a un equipo con demasiados altibajos. Una de esas asociaciones, entre los centrales y el portero, parece poder sustentar el proyecto actual de los daneses y quita el sueño al seleccionador, Kasper Hjulmand. Las lesiones de Kjær y Christensen tienen en vilo a Dinamarca.

La veteranía de Simon Kjær y Kasper Schmeichel, mezclada con los galones y el nivel que Andreas Christensen ha ido mostrando desde su llegada al FC Barcelona, es una de las grandes esperanzas a las que el técnico danés quiere poner muchas de sus fichas. El central del Barcelona ha sabido adaptarse a las circunstancias, siendo a menudo el elegido para el difícil puesto de pivote que ha traído de cabeza a Xavi esta temporada. Ese paso adelante ha significado un impulso tremendo para los culés, que han visto cómo el ascenso de Pau Cubarsí no ha velado el rendimiento del danés en el once inicial. Sólo las lesiones frenaron al futbolista, que encara ahora otro reto importante, esta vez con su país.

Precisamente, son esas dudas las que podrían torpedear las buenas sensaciones de esos tres elementos defensivos. La irregularidad física que han mostrado, especialmente Kjær y Christensen, jugadores con una alta necesidad de fondo y forma, preocupa a Dinamarca. Ninguno de los dos ha podido pulir su estado con suficiente celeridad antes de la llegada de la Euro. Algo que el propio Hjulmand ha admitido en varias de las ruedas de prensa en las que ha comparecido. Si consigue encontrar el punto de nivel y forma física necesarios para los efectivos que forman el triángulo, podrá sentirse mucho más cómodo, sabiendo que la estructura básica a nivel defensivo está sana.

Algo nada sencillo, por cómo llegan tanto el central culé como el rossonero. "Hace tiempo que no juega los 90 minutos", se preocupaba Hjulmand por Christensen hace apenas unos días. Una situación que puede complicar el equilibrio de la asociación creada en torno a la zaga. Algo que también sucede con su pareja en la defensa, de quien indica que lo importantes es que "se prepare y se encuentre a sí mismo y a sus piernas", sabiendo que es fundamental para el equipo.

De todos es sabido que de la complicidad y encaje de los centrales con el portero puede salir gran parte del éxito que coseche un equipo. Por la necesidad de entenderse y complementarse, son figuras relevantes para poder mostrar estabilidad al resto del equipo. En este caso, la mezcla tiene herramientas de sobra para garantizar, si no el éxito, sí la confianza de su técnico en cada una de las piezas que configuran ese triángulo clave en Dinamarca.

Hjulmand parece haber encontrado un acomodo interesante para la estabilidad de una selección que, aunque no acaba por desgajarse del camino de los veteranos, parece poder involucrarlos con cierto tino a los talentos emergentes que pueden rendir ya en los retos actuales. Y, aun así, de todos es sabido que esta Dinamarca tiene piezas insustituibles que parecen haberse hecho fuertes en sus roles dentro del combinado nacional, incluso habiendo perfiles muy interesantes y con proyección preparados a dar el salto. 

Otro equipo pendiente del relevo generacional

Y tan cierto es que la base estructural de esta selección es la defendida por los tres jugadores daneses citados, como que Dinamarca, como muchas otras selecciones en la Eurocopa 2024, parecen estar pendientes de un relevo generacional que va evolucionando de manera lenta y segura, pero que no permite un cambio drástico para la cita en Alemania.

Con un mediocampo muy reconocible, lo cierto es que los cambios en esta ocasión vienen más a modo de alternativa en la defensa, pendientes de Christensen y Kjær y en el ataque. Jugadores como Alexander Bah o Kristensen son valores seguros para poder sumar en esa zona defensiva, además del muy veterano Zanka o el más joven, Kristiansen, que ha brillado a las órdenes de Motta en el Bologna y que parece que puede sumar en Premier League en la 24/25 con el Leicester. En ataque, perfiles interesantes como los de Damsgaard o Skov Olsen se unen al de Rasmus Højlund, la pieza más preciada de una Dinamarca que arde en deseos de ver explotar al 'Haaland danés'. El jugador con el futuro más prometedor de todos los que lleva Hjulmand a Alemania.

La selección danesa, campeona en 1992, deberá seguir mirando a sus opciones desde un bloque bastante conocido, con un ojo en la enfermería y otro en la capacidad para sacar el mejor fútbol posible con una generación que parece que está ante la última ocasión para dar guerra. Como en otras muchas llamadas de la Eurocopa, las convocatorias parecen hablar más de puente que de revolución, siempre mirando a los mundiales para los cambios verdaderamente significativos y generacionales.