Qué le espera a España con Francia: dudas, ruido y medio Mbappé
El equipo galo no ha ofrecido su mejor versión, no ha marcado de jugada y se habla más de política que de juego.

Hamburgo (Alemania).- La Selección española que ha brillado en la fase de grupos, que disipó la efervescencia de Georgia y que se cargó a la anfitriona en el último minuto de la prórroga sin Lamine Yamal y Nico Williams tendrá como siguiente rival a Francia, que ha pasado sufriendo ante Bélgica y gracias al acierto en la tanda de penaltis ante una mejor Portugal. Y solamente han marcado tres goles en este campeonato, ninguno de ellos de jugada: un penalti de Mbappé y dos convertidos por los rivales. Es la Francia de Deschamps, que no juega pero gana, que no recibe goles y los marca, ya sea de rebote o en una tanda de penaltis.
¿Qué Francia se encontrará España? Sin duda, no en su mejor versión. Por dudas futbolísticas y ruido político. Dista mucho de su puesta en escena, en ocasiones exuberante en lo físico, en los dos anteriores Mundiales. Primero a nivel colectivo. El equipo de Deschamps ha ido perdiendo cierta seguridad, y Portugal no logró rematar el encuentro porque Cristiano Ronaldo ya no es aquel delantero infalible y porque a sus delanteros les faltó mordiente. Pero Rafa Leao fue un dolor de cabeza para Koundé, MVP ante Bélgica, superado ante la velocidad del extremo luso (una buena noticia para Nico Williams), y el mediocampo no se impone. A diferencia de este encuentro en Hamburgo, ante España volverá Rabiot al mediocampo, sancionado ante Portugal, por lo que Camavinga volverá al banquillo. Francia ganará algo más de juego interior.
Y falta que le hace, porque sus problemas aparecen después. Antoine Griezmann, que alterna la posición de extremo derecho con la mediapunta, no acaba de estar fino. Sus pases no encuentra compañero ni tampoco ha estado acertado en los remates. Deschamps lo sustituyó por Dembélé, el verdadero revulsivo, un futbolista que, con espacios, rompe líneas y está en forma, incluso transformó el primer penalti de la tanda que allanó el camino galo. Kolo Muani y Thuram se han ido alternando en la punta de ataque, más en forma el primero que el segundo, a quien Kylian Mbappé le pidió explicaciones antes de los penaltis por no pasarle un balón a Dembélé en una acción de peligro.

Pero es Mbappé la mejor noticia para España. Aunque Carvajal y Le Normand estén sancionados, el diez de Francia no está a su 100%. Este viernes acabó sustituido por fatiga y dos golpes en esa nariz que le ha sacado del torneo, que le resta visibilidad y que le impide sentirse cómodo. Si España le controla los espacios, el impacto de Mbappé se reduce. El jugador no ha encontrado puerta con sus golpeos habituales de rosca, ni tampoco ha participado demasiado en el juego. Hasta el asistente de Deschamps, Guy Stéphan, comentó públicamente que ha sido para él un año agotador.
Dembélé como revulsivo y las subidas de Theo Hernández...
Extramotivado, eso sí, el delantero afronta la recta final de la competición ante España, el que será el país donde jugará cuando acabe esta Eurocopa, pero ha demostrado hasta el momento que está lejos de su nivel óptimo. Francia ha perdido gol, punch, no le importa que los rivales la sometan; de hecho, ante Portugal se encontró más cómoda cediendo la posesión y encontrando los espacios para que Dembélé guiara los contraataques y activar a Thuram o Mbappé. Las subidas de Theo Hernández por la izquierda son letales, sin duda el jugador más en forma de la línea defensiva.
El ambiente en Francia no ha sido el mejor hasta este encuentro. A Deschamps le llueven las preguntas por el juego del equipo, por la falta de gol, por el estado de Mbappé, y a este, su posicionamiento político, que está más en los titulares que sus goles. Pero ahí está de nuevo Francia, que lleva toda la Eurocopa en Paderborn, entre Düsseldorf y Hamburgo, mojada por la lluvia, lejos de su nivel, pero en semifinales. Y lleva ya más de dos décadas así.