CAMISETAS

El escudo de las camisetas también genera negocio, pero los aficionados tienen una nueva línea roja

Emblemas reciclados, interactivos, iridiscentes o monocromáticos. El aficionado lo prefiere bordado.

Montaje con camisetas de fútbol en España. /RELEVO
Montaje con camisetas de fútbol en España. RELEVO
Alejandro Mendo

Alejandro Mendo

Sobre las camisetas de fútbol actuales conviven escudos iridiscentes, lenticulares, realizados con material reciclado, termosellados, monocromáticos… Algunos son efímeros, no vaya a ser que el cliente se enfade y deje de consumir. Otros tienen un aspecto pegatinoso y se acaban despegando para desesperación del hincha. Solo los emblemas bordados y con los colores de siempre ponen a todos de acuerdo, como demuestra la buena acogida de las camisetas de Málaga, Tenerife o Real Sociedad. El escudo cosido es simbología pura. Una nueva exigencia del consumidor. Y es que salta a la vista que, más allá de gustos, a las marcas les falta tacto. Pero ¿cómo hemos llegado hasta aquí?

Montaje camisetas del Málaga y Real Sociedad.  RELEVO
Montaje camisetas del Málaga y Real Sociedad. RELEVO

El escudo con distintas versiones aparece sin hacer demasiado ruido en la primera mitad de los 2010. Como si se tratase de un archivo digital, el emblema juega con el efecto de las transparencias y los clubes lo aplican a la ropa en modo PNG, generalmente alternando el blanco y el negro. Algunos pioneros de esta implementación sigilosa fueron: Arsenal en la 2011-12, Manchester United en la 12-13, Valencia en la 13-14 o Real Madrid en la 14-15.

Hasta entonces, las modificaciones se habían ceñido a Centenarios u otras ocasiones especiales. En aquellas instancias, se solía adornar el emblema con laureles o con inscripciones internas o externas y solo algunos clubes cambiaban su emblema por completo. La reciente ola de 125º aniversarios deja ejemplos variados: el enfoque clásico de Italia (laurel y detalles dorados) o Manchester City (sobrio bordado exterior), la optimización del West Ham (jugando con colores para resaltar elementos del escudo) o la creación de un logotipo separado que conviva con el habitual, como parece que hará el Barça en la 2024-25.

Camiseta del Arsenal 125 aniversario. ARSENAL SHIRTS.
Camiseta del Arsenal 125 aniversario. ARSENAL SHIRTS.

El viento heráldico cambia a partir de 2015. Empezaría a ser complicado encontrar una Third (tercera camiseta) sin un escudo modificado cromáticamente. Las marcas se acostumbraron a proyectar logotipos que combinasen con la ropa de calle en un momento histórico, recordemos, en el que el fútbol aún no había sido absorbido por la moda y sus códigos. Los lanzamientos del periplo 2015-2020 experimentan una mutación lenta, pero segura. Poco a poco, los futbolistas son reemplazados por modelos. El pantalón corto o las medias desaparecen y llegan los vaqueros, los pantalones cargo o las faldas. En medio de esta transición de la performance (rendimiento) hacia el streetwear (ropa de calle), el escudo modifica su apariencia. El emblema de al menos una de las tres camisetas de cada temporada pasa por chapa y pintura.

La tendencia del escudo iridiscente toma velocidad hacia 2021, con Nike y Barça o Puma y Manchester City como propulsores. De nuevo, la camiseta alternativa acoge una forma de disrupción que no causó demasiado enfado porque los emblemas llevaban ya una década mutando. Históricamente, la innovación futbolera ha tenido que rendir cuentas al reglamento, que se adapta al cambio con parsimonia (probablemente deliberada). Por ejemplo, el Barcelona tuvo que eliminar el texto Tots Units Fem Força en el costado de su camiseta lila, así como el sutilísimo hilo iridiscente que remataba la prenda. Por el momento, escudo y logotipo de marca están exentos, como demuestra la visitante de Noruega. UEFA observa y prohíbe solo el "material reflectante o que cambia de color en dorsal, nombre o patrocinador".

En paralelo, desde 2020 se instala la moda de los blackout kits, término que suena a grupo de música pero alude a las equipaciones completamente negras. Posteriormente, se experimenta con otros colores, pero el resultado es el mismo. Aparecen cada vez más escudos invisibles o visualmente apagados. Abren camino camisetas como Umbro Hull City, Hummel-Dinamarca, Kappa-Deportivo o Puma-Borussia Dortmund.

Camiseta del Deportivo para la 22/23 con el escudo casi invisible RC Deportivo
Camiseta del Deportivo para la 22/23 con el escudo casi invisible RC Deportivo

En 2022, New Balance y la Roma introducen un recurso efectista: el emblema holográfico que cambia en función de la perspectiva. En 2023, Umbro-Nacional repiten una fórmula que parece más destinada al cliente —añadir una feature al producto, hacerlo más apetecible— que al futbolista. Aunque su paso por Roma (de 2021 a 2023) se haya visto eclipsado por la inmensa popularidad de Adidas, cabe destacar que New Balance desplegó un admirable abanico de recursos dedicados al escudo. Experimentó con el efecto piel sobre el famoso Lupetto, no dudó en jugar con transparencias, cambiar al emblema clásico ASR para el derbi local contra la Lazio, alterar colores o lanzar el citado logo lenticular.

En 2023, Nike aplicó a los escudos de sus selecciones femeninas el llamado Grind, una serie de materiales reciclados sobrantes de la fabricación como la espuma, la goma o distintos restos de tejido. La marca norteamericana llevaba tiempo apostando por el reciclaje (os podría sonar, por ejemplo, de las zapatillas Nike Crater) y daba un paso más al combinar mensaje sostenible y rendimiento. Solo un año más tarde, implementaría los escudos fundidos con la camiseta. Los denominados Liteflex Crests están compuestos por silicona y un tejido de malla que aumenta la transpirabilidad manteniendo la ligereza de las prendas. La carrera tecnológica entre fabricantes y una narrativa siempre pasada de tono generan dudas: ¿acaso la sostenibilidad pasó de moda en un año?

Imagen de varios escudos de federaciones.  FOOTY HEADLINES
Imagen de varios escudos de federaciones. FOOTY HEADLINES

Muchos productos, una paradoja

Los escudos cambian a la vista y al tacto. E inevitablemente, cada cual tiene sus gustos. Si aislamos por un momento las connotaciones sentimentales, se diría que los logos sobre la ropa son hoy más bonitos que nunca. Y sin embargo, tienen al aficionado en alerta por lo que simboliza su alteración sistemática. Además, los escudos bellos en apariencia han de pasar una prueba: la durabilidad. Los fabricantes 'olvidan' (nótense las comillas) que no solo producen para el deportista de élite, que suda su camiseta transpirable 90 minutos, la intercambia con un rival y no debe preocuparse del mantenimiento. Por el contrario, el hincha invierte en un producto que lucir con orgullo, que llevar en las buenas y en las malas. El feedback de las aficiones no deja dudas. Prefieren el escudo bordado, por lo que significa y porque… no se despega después de pocos lavados.

El escudo está inmerso en una de las tantas paradojas que rodean al fútbol. Las innovaciones se centran en la camiseta versión jugador, convertida en los últimos años en costoso artículo de lujo que ronda los 150€. La brecha de calidad y aspecto respecto a la versión estadio (algunas marcas la denominan Stadium, Replica, Fan) es insalvable. Mayor que los 50-60€ de diferencia en el precio. Aun así, la incoherencia supone quizá una oportunidad para el cliente si queremos ser optimistas. La gama inferior incluye un escudo bordado, opción favorita del futbolero medio. La gama superior, deliciosa al tacto y con pvp desmesurado, propone un escudo pegatina.

Escudo bordado de la selección de fútbol de Francia  Nike
Escudo bordado de la selección de fútbol de Francia Nike

El aficionado actual está obligado a elegir sus batallas. Sus quebraderos de cabeza primordiales son la esencia de la camiseta local y la forma del escudo. Marcas y clubes han escuchado, en parte, al consumidor. Las equipaciones titulares están recuperando la sencillez perdida y los cambios de escudo viven un frenazo necesario. Dicho esto, un aviso a navegantes: en cuanto se estabilicen ambas tendencias, cobrará protagonismo un problema secundario como el material del escudo sobre la ropa. 

De hecho, el fenómeno ya está en marcha. Es habitual encontrar reacciones a los lanzamientos de camisetas que se centran específicamente en la composición del emblema. El hincha ya ha dejado claro que no le importa la optimización de un escudo (quiere el suyo). Naturalmente, tampoco le preocupa que sea transpirable o reciclado, ligero o termosellado. Ese espacio de la camiseta donde a menudo se decide el partido tiene que ver con la simbología, no con el rendimiento. Las marcas que escuchen, lo bordarán.