Un Clásico con demasiados frentes abiertos en plena apocalipsis mediática entre Barcelona y Real Madrid
Xavi y Ancelotti tendrán que conseguir que sus jugadores se olviden de todos los entornos antes de desplegar su batalla táctica sobre un escenario olímpico: Montjuic.
Otro Clásico, pero no parece uno más. Demasiados frentes abiertos. Futbolísticos y no futbolísticos. No es una situación al uso. Se antoja imposible poder vestirse de azulgrana y de blanco, saltar al terreno de juego y evadirse del cirio montado por unos, por otros y por los de más allá. 'Caso' Negreira; las últimas polémicas arbitrales; el 'madridismo sociológico'; la ausencia de Florentino Pérez en el palco; los twits del directivo de turno... Borrar todo de la memoria para presentar este partidazo en sociedad, como si no pasara nada, también entra en el terreno de la entelequia, la ficción y la fantasía, pero habrá que intentarlo. Vayamos a ellos. Solo fútbol.
Por si no tuviera ya de por sí múltiples alicientes se juegue donde se juegue, cuando se juegue y en la competición que se juegue, hasta en los amistosos, este Clásico estrena escenario para la ocasión. Y no un marco cualquiera. Se trata de un estadio Olímpico, el de Montjuic (Lluis Campanys). Desde que LaLiga viniera al mundo allá por 1929, azulgranas y blancos han dirimido sus cuitas futbolísticas y menos futbolísticas en una media docena de estadios. Cuatro madridistas: Chamartín (15 partidos); el viejo Metropolitano prestado por el Atlético (2); el Santiago Bernabéu (75) y el Alfredo di Stéfano de Valdebebas (2). Y en tan solo dos recintos barcelonistas: Les Corts (26) y Camp Nou (67). Ahora, abre sus puertas un nuevo coliseo inaugurado, precisamente, el mismo año que el campeonato español comenzara a andar y que siempre respirará el espíritu de haber acogido unos Juegos Olímpicos, los de Barcelona-92.
Cuando un Clásico asoma, el universo futbolístico se acelera y se ralentiza por igual. No es para menos. La máxima igualdad se mantiene viva después de 93 ediciones. Después de 186 enfrentamientos ligueros, la diferencia de victorias es tan solo de tres a favor de los blancos, 77 por 74 y en lo que a goles se refiere, la desigualdad es aún menor, un tanto más favor del Real Madrid, 299 por 298.
Con la mirada en el presente más actual, atentos a esos lesionados de Xavi que se han puesto todos buenos de repente y a cómo Ancelotti solucionará su puzle táctico, con o sin Camavinga en el lateral izquierdo, también es el momento para tirar de archivo, recuperar experiencias y acordarse de aquellos que se pasaron toda la vida disputando Clásicos y ya no están. Por lo tanto, en esta previa, es imposible no dejar constancia de que ya no estará el jugador que más jugó (48), Sergi Busquets, aunque no marcara ningún tanto y solo diera un pase del gol. La suya era otra dimensión. Se trataba de hacer jugar a todo un equipo. Y cumplió con creces. Tampoco pueden esconderse en el olvido, los 46 de Karim Benzema, inundados de 16 goles y de 11 pases de gol.
Entre los que por primera vez pueden inhalar la esencia de un Barcelona-Real Madrid de Liga, un buen puñado de novatos. Entre los locales: Cancelo, Iñigo Martínez, Oriol Romeu, Fermín López (jugó uno amistoso en el verano con gol incluido), Gundogan, Joao Félix y Lamine Yamal, más alguno de esos canteranos de moda que puedan estar en el banquillo. En los visitantes, primera vez para Kepa, Fran García, Bellingham y Joselu... que si juega, a sus 33 años, será el futbolista con más edad en estrenarse en un Clásico.
Los dos equipos más protagonistas
Con el permiso del Girona que, a su manera, también intenta ser protagonista de los partidos, Barcelona y Real Madrid suelen dominar y controlar todos sus encuentros, más allá de la identidad del rival. Son los dos equipos del campeonato que tienen mayor porcentaje de posesión, más largas y elaboradas las azulgrana, y también una mayor iniciativa de juego a través de que son los que promedian y completan más pases en el último tercero del campo. Su actitud ofensiva les permite ser dos de los tres máximos goleadores del campeonato con 22 y 21 goles respectivamente, solo superados por los 23 del Atlético. Los blancos rematan más veces por partido, pero los azulgrana son más eficaces a la hora de materializar sus ocasiones.
Pizarras con diferentes dibujos... ¿o no?
Tácticamente, Xavi ha vuelto a apostar en los últimos partidos por el 1-4-3-3, que es el sistema que más ha utilizado esta temporada. Las lesiones siempre le han marcado el paso. Sin Pedri y sin De Jong, han sido Romeu, Gundogan y Gavi los tres hombres del centro del campo, con Fermín como cuarto mosquetero. Ha sido costumbre que la amplitud por la derecha la diera un extremo (Lamine, Ferran, Raphinha) y por la izquierda, el lateral, casi siempre Balde. Independientemente de los jugadores, este Barça de Xavi siempre intenta posicionarse muy adelantado y ocupar el mayor terreno posible en campo contrario. Su línea defensiva es la que juega más alejada de su portería del campeonato, tanto en la fase ofensiva como en la defensiva.
Para este partido no se puede descartar que Xavi recupere su idea de los cuatro centrocampistas que le permite fortalecer el centro del campo y, de paso, mantener a Fermín en el once y aprovechar su extraordinario momento de forma. Todo dependerá de si De Jong es o no titular. Entonces el sacrificado sería un extremo, el derecho y Joao Félix y Lewandowski serían los dos delanteros.
A balón parado el Barça ha marcado cuatro tantos, los cuatro de córner y solo ha recibido uno.
Ancelotti comenzó la temporada con una modificación importante en relación a la temporada anterior. De su clásico 1-4-3-3 pasó a un 1-4-4-2 en rombo propiciado para la falta de un delantero como Benzema y la masiva presencia de centrocampistas en su plantilla. Bellingham ocupaba el vértice superior del rombo. En los últimos partidos, el inglés arranca más desde la banda izquierda, desde el carril del '10' y desde allí despliega todo su potencial ofensivo. Sobre el campo se planta con un dibujo poco simétrico, que en ocasiones parece, incluso, un poco desorganizado tácticamente, con muchos cambios de posiciones. Sin embargo, es capaz de sacar provecho a ese ramalazo de anarquía posicional. Otra de las novedades de este nuevo curso es que se presenta como un equipo mucho más profundo, muy escalonado en sus líneas.
El Real Madrid es el equipo del campeonato que más goles a balón parado: cinco. Cuatro de córner y uno de falta. Por contra no ha recibido ninguno en esta situación del juego. Sin embargo, sí ha fallado dos penaltis.
El Barça en defensa
En cinco de los diez partidos ha mantenido su puerta a cero. Cuatro de ellos en casa, donde se muestra intratable. Solo ha recibido gol en un partido y ha sumado los 15 puntos en juego. No se puede analizar la faceta defensiva del equipo sin destacar la trascendencia de las paradas de Ter Stegen. No aparece entre los mejores en el porcentaje global de paradas, pero gran parte de sus intervenciones salvan puntos. En su rendimiento prevalece la calidad sobre la cantidad. Uno de los defectos colectivos del equipo, es que en su afán por presionar siempre tan arriba, se convierte en un bloque muy largo a la hora de defender y deja muchas espacios al descubierto. La posición tan adelantada de Balde, provoca, defensivamente, una gran vulnerabilidad por esa zona.
El Barça en ataque
Siempre que ha marcado primero, ha ganado. Su fuerte ofensivo está en el juego interior. Además de los centrocampistas, junta a muchos hombres por dentro buscando crear superioridades constantemente. En esa fase se transforma en un equipo muy corto, bien preparado para ejecutar la presión y la recuperación rápida cuando pierda el balón. Se asocia bien y busca las llegadas desde atrás y los desmarques de ruptura por dentro para aparecer en situaciones muy ventajosas en el área. La pared rápida es una de sus acciones preferidas, siendo la zona del campo en la que más aceleran las acciones.
El Real Madrid en defensa
Es el equipo menos goleado del campeonato. Solo siete goles en contra. Parece una contradicción: no contiene bien a sus rivales, pero defiende muy bien su área. La claridad con la que a veces parece que le llegan los contrarios no tiene una relación directa con los goles que recibe. Durante muchos de sus partidos, la sensación es de cierta fragilidad defensiva, pero, sin embargo, tiene una gran capacidad para no recibir goles, hasta el punto que las estadísticas apuntan a que es el equipo que mejor defiende su área del campeonato y el más sólido desbaratando ocasiones del rival. También es el que más remates del rival necesita para recibir un gol. En parte porque su portero registra el mejor tanto por ciento de paradas de la Liga.
También habría que tener en cuenta que le faltan Courtois y Militao, una garantía ambos en el juego aéreo, y que en el lateral izquierdo se están dando muchas variantes: Mendy, Fran, Camavinga. De lo que no cabe duda es que su punto débil son los centros laterales, escenificados sobre todo en el partido contra el Atlético en el Metropolitano y también el último contra el Sevilla. Le rematan uno de cada tres centros desde las bandas. De los siete goles que ha encajado, cinco han llegado tras una jugada con origen en un centro lateral, los últimos cuatro llegaron de este modo.
El Real Madrid en ataque
Ha tenido que remontar en cuatro de sus diez partidos. Es el único equipo que ha marcado en todos los encuentros. Un equipo de izquierdas a la hora de plantear su juego de ataque. Allí se juntan el lateral de guardia, Bellingham y Vinicius y planifican sus llegadas al gol. Una de las grandes virtudes del equipo está siendo cómo ataca la profundidad, tanto en acciones de pase a los espacios con llegadas desde la segunda línea, como con las conducciones que casi siempre superan líneas y llegan a posición de remate. Es un conjunto más perpendicular que horizontal. Valverde, Bellingham, Vinicius... conducen con sentido. Son 'carteros' con motor.
Cuando el rombo era una realidad, aparece todavía en algunos momentos cuando Bellingham interioriza su posición, los laterales jugaban más adelantados, sobre todo Carvajal por la derecha. Ahora, con el 1-4-4-2 más en línea, Carvajal llega más que está, hasta el punto de convertirse en una de las mejores armas ofensivas. Está eligiendo bien cuando tiene que incorporarse y su influencia ofensiva es superior cada jornada. Precisamente, el juego exterior está siendo otra de las virtudes del equipo y el recurso del centro al área le está siendo rentable. Así ha marcado siete de sus 20 goles. Bellingham con ocho goles es el máximo goleador del campeonato y el jugador que más remata a puerta, 15 de sus 22 remates fueron entre los tres palos.