Así fue el emotivo entierro de Luis Suárez
La leyenda española fue despedida entre aplausos, una camiseta del Inter y el calor de su hinchada.

Ayer se celebró en Milan, en la parroquia de San José de Calasanz, un funeral de cuerpo presente en recuerdo de Luis Suárez, el primer Balón de Oro del fútbol español. La ceremonia se celebró a solo unos pocos metros de San Siro, el estadio que comparten Milan e Inter y donde triunfó como futbolista. La leyenda fue despedida por decenas de personalidades del fútbol y por aficionados del Inter, que le brindaron un cariñoso adiós. La iglesia se llenó en una calurosa tarde en Italia, en la que se llegaron a alcanzar los 40 grados.

El Real Madrid y el Barcelona estuvieron representados en el entierro. Asensi y Yuste fueron los que acudieron por parte del club blaugrana; mientras que Butragueño y Pirri viajaron por la entidad madridista. Este último, aunque no haya sido anunciado oficialmente, apunta a ser el próximo presidente de honor, tras el fallecimiento de Amancio Amaro.

Dani Garrido, director del Carrusel Deportivo de la Cadena SER, promovió una iniciativa para lograr enviarle una camiseta especial de Iribar.En sus últimos años, Luis Suárez colaboró frecuentemente con el programa, donde comentaba los partidos del Barcelona. El Athletic, junto a los dos clubes mencionados, envió una corona de flores. También el sindicato AFE.
El entierro tuvo varios momentos cargados de emotividad. Su hijo Luis le despidió en italiano y en español. Acudieron sus tres nietas y toda su familia. Se habló de su sentido del humor, del vivir día a día rodeado de amigos y seres queridos y de la cultura del esfuerzo que siempre les inculcó. Massimo Moratti, hijo del presidente que le fichó, pronunció unas sentidas palabras que despertaron la emoción de los presentes. También Daniela, a la que Luisito conoció desde que ella era pequeña y que, tras el fallecimiento de su padre, le ayudaba en todo lo que necesitaba.

En ella, los históricos del Inter paraban a repostar y siempre tomaban café con ellos. Cuando el dueño murió, Giada fue acogida por el futbolista español, que siempre la ayudó en todo. Fue otro de los momentos más emotivos. El ataúd entró a la iglesia junto a la camiseta que Luis Suárez vistió en el Inter y una ronda de aplausos. Un homenaje a la altura de uno de los mejores jugadores españoles de todos los tiempos.