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Messi deja solo ante el peligro a Mbappé

Messi deja solo ante el peligro a Mbappé

Ni con Neymar, ni sin Neymar. No es un problema de individualidades, es una cuestión de colectivos. De equipos. De once contra once más los cambios de rigor. Valdría la misma retahíla de los conceptos utilizados en el partido de ida. La eliminatoria estrella de los octavos de final, con permiso del Real Madrid-Liverpool, se decantó del lado del mejor. Inapelable. Este Bayern, hoy por hoy, es mejor que el PSG en todas las facetas del juego. Táctica y físicamente. También en el aspecto anímico, de confianza, de seguridad en un estilo más que fiable. De diez partidos, ¿cuántos le ganaría a los franceses? Entre siete y nueve.

Cuando se pensaba que sin Neymar, a lo mejor el PSG se mostraba más como un bloque equilibrado y competitivo, tampoco ocurrió. Galtier llenó de centrocampistas su once pensando que ahí podía ganar la batalla a un Bayern que, en determinados momentos de los partidos, se parte en dos mitades y se queda solo con los dos mediocentros (Kimmich y Goretzka) en una zona tan decisiva. Ni por esas. Tres por dentro (Vitinha-Verratti-Fabián) y dos por las bandas, los laterales, Achraf y Nuno Mendes. Cinco... más Messi. El '30' jugó muy lejos de Mbappé. O lo que es lo mismo, alejadísimo del área rival. En esas zonas, el argentino es capaz de mejorar la circulación del balón, pero es evidente que ya no puede comenzar la jugada y terminarla como hacía en sus tiempos del Barça con sus socios Busquets, Xavi, Iniesta.... y Jordi Alba.

El Bayern afrontó el partido a lo suyo. Como si no hubiera ganado en el Parque de los Príncipes. Sin prisa, pero sin pausa. Prioridad para frenar a Mbappé. Encima de Kylian el internacional croata Stanisic, que parece haber adelantado por la derecha a Cancelo y Pavard. Y justo por detrás suyo, el purasangre Upamecano que, como no tenía delantero centro de quien preocuparse, se dedicó a hacer apoyos y coberturas a su compañero como si no hubiera un mañana. Y si Kylian, aburrido de estar tan solo, se asomaba en la búsqueda del balón, por allí estaba Kimmich para cerrar la jaula. Otro año será.

En la segunda parte fue cuando los bávaros terminaron por soltarse las bridas y se llevaron al contrario por delante. El aspecto físico tuvo mucho que ver, pero también que Messi y Mbappé quedaran abandonados a su suerte y el equipo se agarrara a los cabezazos de Ramos como único recurso ofensivo. Cada sustitución de Nagelsmann era una demostración de poderío. Desde Sané a Cancelo pasando por Mané y Gnabry. Una muestra de que este equipo tiene 16 titulares y ya ha presentado oficialmente su candidatura al título de la Champions.

Enrique Ortego
Enrique Ortego

Colaborador

Enrique Ortego Rey nació en Madrid en 1956. Licenciado en periodismo por la Complutense, comenzó su carrera como corresponsal de la Gaceta del Norte en Madrid, para posteriormente pasar por