FC BARCELONA - REAL MADRID

Los secretos del trofeo de la Copa del Rey: una de reserva en el asiento trasero, un último chequeo en el túnel de vestuarios y una celebración donde "sufro bastante"

Desde hace 50 años, la Joyería Alegre es la encargada de diseñar el trofeo. Federico Alegre, su actual propietario, charla con Relevo. "Estoy igual de nervioso que si me jugara yo el título", cuenta.

Federico Alegre, propietario de la Joyería Alegre. /Relevo
Federico Alegre, propietario de la Joyería Alegre. Relevo
Isabel Pacheco

Isabel Pacheco

Cuando sobre el césped de La Cartuja, los jugadores de Real Madrid o del Barça empiecen a festejar como 'locos' la consecución de la Copa del Rey, en el túnel de vestuarios del estadio sevillano habrá alguien que no le quitará el ojo de encima al trofeo. "En las celebraciones sufro bastante. En este caso en particular, la Copa del Rey tiene un cuello bastante estrechito. El zarandeo que le dan los jugadores cuando ganan... Yo que estoy en el campo lo paso mal como cualquier padre que está preocupado por su hijo. Estoy muy pendiente de ella, pero es normal que la zarandeen y la disfruten, que para eso la han ganado", apunta desde su despacho, situado a escasos metros de la Puerta del Sol, Federico Alegre a Relevo. Desde 1940, con su abuelo al mando, la Joyería Alegre es la encargada de diseñar, entre otros tantos trofeos, el de la Copa de S.M. el Rey.

Federico Alegre y lo que sufre en las celebraciones. Relevo

"¿Qué si estoy nervioso? Pues igual que si me jugara yo el título", confiesa risueño Federico. La misma Copa que el 6 de abril de 2024 levantó el Athletic bajo el cielo de Sevilla, ya está pulida, abrillantada y con todos los retoques necesarios para que este sábado pase a manos de un nuevo dueño. "Treinta días antes de la final, el Athletic me la mandó a Madrid para que la retocara. La han mandado bastante bien y solo tenía algún golpecito, que también era normal por todo el tema de La Gabarra. Es lógico y yo hasta lo prefiero porque eso significa que la han disfrutado", señala. Hasta la fecha, para que el club que resulte vencedor pueda quedarse con ella en propiedad, tenía que haberla ganado tres ediciones consecutivas o cinco de manera alterna. Con el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Rafael Louzán, la regla cambiará ya en esta edición para el que la gane la pueda lucir en sus vitrinas por tiempo indefinido.

Si la que levantarán Barça o Real Madrid aguarda desde hace días bajo llave en Sevilla, el segundo entorchado llegará el mismo día de la final en el asiento trasero del coche de Federico. "Siempre llevo conmigo una Copa de reserva por lo que pueda pasar. Es la que yo, como entrenador, no quiero que juegue", señala entre risas. Casualmente, en una final copera entre Barça y Real Madrid hace 14 años, el joyero tuvo que tirar de ella por un incidente de Sergio Ramos durante la celebración. "Al día siguiente tuve que convocar una rueda de prensa de todos los periodistas que me llamasteis". La anécdota, que terminó con la Copa totalmente aplastada, la recordaremos en profundidad en los próximos días.

De vuelta al presente, Federico madrugará de lo lindo para estar el sábado en Sevilla. El madrileño prefiere dormir en casa y estar descansado para un partido que, aunque muchos no lo crean, no puede sentarse a ver. "Tengo que estar pendiente a otras cosas. Muchas veces me pierdo los goles y me entero por el grito de la gente", cuenta. Aficionado del Real Madrid desde que su abuelo le hizo socio, su corazón quiere que en esta ocasión la victoria sea para los de Ancelotti. "Soy muy profesional, pero a mi corazón no lo puedo engañar".

La Copa del Rey de repuesto aguarda en la Joyería Alegre.  Relevo
La Copa del Rey de repuesto aguarda en la Joyería Alegre. Relevo

La llamada de los representantes para que fabriquen más Copas

Un trofeo del que prefiere no desvelar su valor, "no me gusta hablar de precio, pero para lo que maneja el mundo del fútbol es insignificante", concluida la final Federico tiene que hacer un último chequeo de la copa. "Como suelo estar por el césped, cuando la entregan, de ahí me meto al túnel de vestuarios. Allí el jugador o el delegado del equipo, como algunos ya me conocen de todos estos años, me dejan la copa para que le eche un último vistazo. Miro que todo esté bien. Me quedo más tranquilo y ya les dejo que se vayan con ella a disfrutarla".

Además de la ansiada copa, cada jugador se lleva a casa una réplica en miniatura. A muchos, el detalle se les queda corto y piden algún objeto más a la joyería. "Hay de todo. Desde que personalmente me llama el jugador para pedirme una réplica más a tamaño real de la Copa, a que me llame el club o el representante del futbolista, que es lo que normalmente suele suceder". Leo Messi o Cristiano Ronaldo fueron algunos de los que, en su momento, le llegaron a pedir alguna.

Federico y la Copa de reserva que lleva en el coche. Relevo

Con respecto al diseño del trofeo, que sigue siendo el mismo desde que se celebrara la primera edición del torneo bajo el reinado de Juan Carlos I en 1976, Federico no es partidario de hacer modificaciones al entorchado. "Cuando veo a los ingleses levantar trofeos que tienen 125 años, se me eriza el pelo al verlo. Qué bonito es mantener esa tradición tantísimos años. No soy partidario de cambiar, pero también te digo que no soy la persona que toma esa decisión, yo soy un mandado. Pero es bonito que la gente, cuando ve la Copa del Rey desde lejos, sabe qué trofeo es. No tienen que acercarse a mirar la chapa. Conseguir que la gente identifique la silueta es algo bastante importante", dice de una Copa que pesa 15 kilos y que tiene 77 centímetros de altura.

Un negocio que podría quedarse sin relevo generacional

Al frente del negocio familiar desde 1990, el futuro podría apartar a la joyería Alegre de seguir fabricando los trofeos más importantes del deporte español. Federico tiene dos hijas y ninguna tiene intención de seguir con la gestión. "Tienen unas profesiones totalmente diferentes a estas. '¿Qué va a pasar?' Pues yo, mientras que pueda, aquí estaré, pero evidentemente vamos cumpliendo años. Alguna solución le daré, pero, de momento, aquí seguimos".

Federico y el último chequeo que le hace a la Copa. Relevo

Una persona a la que le gusta estar en un segundo plano ("Yo soy de los que saco el córner, nunca remato"), Federico se sigue emocionando cada vez que un equipo levanta al cielo el trofeo fabricado por una joyería que vio la luz tras la Guerra Civil y que empezó como un negocio de compra de alhajas. "Me da igual que sea el de la Copa del Rey, el de la Liga, la Supercopa... Para mí, es el mismo orgullo ver cómo levantan un trofeo femenino, que también los diseñamos nosotros, que uno de baloncesto o el que sea. Mi abuelo fue el que empezó todo esto y siempre me acuerdo de ellos".

Ya con el cosquilleo en el estómago por que todo salga bien, Federico se subirá en unas horas a su coche para poner rumbo a Sevilla. Con el deseo de que sea Luka Modric el que eleve la Copa, el joyero solo pide una cosa: "Que me la cuiden, que para eso la pongo bonita".