El insólito vídeo con el que el Alfaro pide la eliminación del Tenerife de la Copa por una alineación indebida
El CD Alfaro ha presentado un recurso ante el Comité de Competición por considerar que el Tenerife cometió alineación indebida al permanecer con 11 jugadores tras la expulsión de su jugador Enric Gallego.
La Copa del Rey es, por excelencia, el torneo donde los equipos más pequeños tienen la oportunidad de competir de tú a tú con los más grandes. El día de ayer ya se vio que el Real Ávila dejó en la estacada al Real Oviedo y casi llegó la sorpresa en el CD Alfaro contra el Tenerife.
El club riojano forzó una prórroga contra un Segunda División después de 90 minutos de poco fútbol y menos ocasiones. En el tiempo añadido, el Tenerife demostró su categoría: dominaron y chutaron más. La papeleta se le complicó mucho al conjunto isleño, ni dos expulsiones a los locales ayudaron a acercar esa victoria. Sergio González abrió la lata en el 113' de penalti.
Todavía con el partido abierto, Enric Gallego realizó una entrada con demasiada fuerza que terminó con una roja directa. El jugador del Tenerife tardó en salir del terreno de juego y cuando el árbitro reanudó el curso del partido todavía estaba dentro del rectángulo verde. Esto es lo que reclama el CD Alfaro con un vídeo en el que se señala con rótulos y zooms la posición de Enric Gallego.
Además, el club riojano explica que uno de sus jugadores, viendo que el futbolista del Tenerife seguía en el campo, fue a cerrar ese espacio, haciendo que se desentendiese de la jugada. El vídeo, que la entidad ha elevado al Comité de Competición al considerar que el Tenerife cometió alineación indebida al permanecer con 11 jugadores, pese a la expulsión de Gallego, no tendrá el efecto deseado para el Alfaro.
El futbolista no participa en la jugada e incluso el error sería del árbitro por retomar el juego sin que el futbolista se hubiese ido del campo. Se aprecia que no hay ninguna conducta dolosa por parte del Tenerife y ese aspecto tendrá peso en la decisión del Comité de Competición. Según la literalidad de la norma, el Alfaro tendría razón, pero el tribunal no se rige de manera tan estricta.