Lo que aprendió el Albert Riera jugador que ahora pone en práctica de entrenador: "Cuando veo a Lotina le doy un abrazo y le pido perdón 2.000 veces"
El entrenador del Celje y rival del Betis en la Conference, analiza en Relevo su trayectoria en los banquillos.
El duelo de Conference League entre el Betis y el NK Celje nos acerca a Albert Riera (Manacor, 1982), el entrenador español que dirige al equipo esloveno y que atiende a Relevo en una videollamada para hablar de su pasión: el fútbol. Casi sin tiempo para digerir la derrota ante el Olimpija Ljubljana, de la que se siente orgulloso atendiendo a esa concepción del balompié que desgranará durante la conversación, Riera repasa su trayectoria en los banquillos, que, como no podía ser de otra manera, recibió influencias de esa pléyade de entrenadores que tuvo como futbolista.
De Luis Aragonés, que lo hizo debutar en el Mallorca o en la Selección, a Fatith Terim, otro viejo zorro turco, pasando por Ernesto Valverde, Rafa Benítez, Roberto Mancini o Miguel Ángel Lotina. "No hay dos entrenadores iguales y no se puede copiar", dice Riera, que sí recibió lecciones de cada estilo. De los más emocionales a los más tácticos, todos dejaron algo en la mochila del balear, que ahora ejerce su magisterio en un Celje que quiere hacer sonar su nombre en la Conference.
De ese jugador técnico pero quizá de apariencia fría a un entrenador apasionado, que compartió curso de entrenadores de la RFEF con Xavi, Xabi Alonso, Raúl, Capdevila o Marcos Senna... "Todavía compartimos grupo de Whatsapp. Nos prometimos que lo mantendríamos mientras fuéramos entrenadores", relata sobre esa intensa relación que se gestó en aquellas jornadas con largos debates y que ahora continúan con detalles tácticos que demuestran ese amor por la pelota.
¿Durante tu etapa de futbolista tuviste claro que terminarías de entrenador?
A ver, me llamaba la atención, pero cuando estás jugando... Yo les digo a mis jugadores, centraos y que la carrera sea la más larga posible porque la carrera de jugador es muy corta. Entonces, estirarla y estar centrados en eso. Porque es verdad que hay jugadores que a los 32 o 33 empiezan a pensar, bueno, yo seré entrenador y tal. No, no, no, tú piensa en jugar y si puedes estar a los 40, hasta los 40. ¿Por qué? Porque una vez que ha terminado la carrera de jugador ya no vuelve hacia atrás. De entrenador, ¿cuántos años tiene por delante? Muchos. A mí sí es verdad que me picaba, pero nunca me puse en materia de decir, bueno, quiero saber estos conceptos, quiero saber esto, quiero saber lo otro, sino que lo veía más desde el punto de vista de jugador.
Tu carrera fue amplia y diversa y eso se traslada a los entrenadores...
He tenido grandísimos entrenadores, he podido aprender mucho de ellos y de cada uno intentar coger no lo mejor, porque siempre decimos, coge lo mejor. Y lo peor, no lo cojas, ¿no? Yo creo que en las cosas que igual algún entrenador hace menos bien, porque ninguno somos perfectos. Tú puedes tener una idea muy buena de un entrenador, pero igual no va contigo. Como no hay dos entrenadores iguales, no hay copias, y yo siempre lo digo, no se tiene que copiar, lo que tú sientas es lo que tienes que transmitir, porque eso va a llegar al jugador, y el jugador sabe que si tú no estás convencido en algo, te lo va a ver, porque los jugadores son muy listos. El entrenador no puede tener dudas y tiene que estar seguro de lo que está transmitiendo, y para eso tienes que sentirlo y tener las ideas muy claras.
El otro día le leí a Iraola que el entrenador tiene que hacer que el jugador compre el mensaje y no se le puede variar constantemente. ¿Estás de acuerdo con eso?
Por eso mismo, es decir, tú puedes ir progresando una idea, la vas madurando y le vas añadiendo cositas. Nosotros, por ejemplo, este año hemos mejorado mucho a balón parado. Tenemos sensación de que a balón parado somos un equipo que hacemos daño. Entonces, ir añadiendo cositas, ir haciendo cosas que tú creas que en el futuro te pueda ayudar, pero la idea no. Después en el campo está el talento y a veces tú le puedes dar una opción y el jugador, a partir de ese talento que tiene, pues va a hacer alguna cosa que es lo que le sale de él como jugador. Es decir, a mí no me gusta limitar al jugador y decir, no, tú tienes que driblar para la izquierda. Escucha, si tú sabes driblar para los dos lados, oye, dribla para los dos lados, que es mejor todavía.
¿Qué idea sería innegociable para Riera como entrenador?
Para mí hay dos maneras solamente de jugar al fútbol porque podemos entrar en tácticas, en números, el 4-2-3-1, el 4-4-2, el 4-3-3, lo que quieras. Eso, al final, te lo da las características del jugador. Para mí no es lo importante, para mí la idea que es innegociable es: ¿esperas al rival o vas a por el rival? ¿Qué tipo de entrenador quieres ser? Yo soy un entrenador que no sé esperar, no tengo paciencia, mi carácter no va con eso, por lo tanto, yo voy a por el rival. ¿Y qué significa eso? Pues ser protagonista, tener el valor más contrario, hacer pequeño al rival, si se puede llamar así, hacerlo pequeño, que corra mucho y que mis equipos, cuando salen del partido, hayan disfrutado porque nos hemos hecho futbolistas porque hay una pelotita por en medio. Si no hubiera la pelotita, igual muchos no hubiéramos elegido este deporte. Entonces, para mí eso es innegociable, el ir a por el rival, el ser el protagonista, para mí eso no tiene negocio. Yo no me he hecho entrenador para esperar, no voy a esperar nunca, lo veréis contra el Betis, no sé el resultado que va a ser, pero no vamos a esperar, nosotros vamos a intentar competirle al Betis, obviamente.
¿Haber jugado en la Premier te influye en ese tipo de fútbol de ir hacia delante?
Tengo recuerdos de haber jugado con el Liverpool partidos en los que te dicen que eres favorito. Me acuerdo de un partido del Wigan que estaban prácticamente, no sé si estaban descendidos, nosotros estábamos luchando para ganar la liga con el Manchester United. En España se dice esto está ganado ya con la chorra. El primero contra el último, o al segundo contra el último, pues nada, fácil, ¿no? Y en Inglaterra tenía la sensación de que no había la sensación de miedo, no había sensación de que un equipo, por pequeño que sea, te vaya a esperar. Van y van, se vio con el City el otro día contra el Bournemouth, que se dice que el Bournemouth te va a esperar, te va a respetar, sí, sí, te va a respetar, entre comillas, pero va a por ti. Da igual que vaya el Chelsea a casa del Wolverhampton, da igual, si es que da igual, te juegan de tú a tú. Y por eso decimos que ese fútbol es el más bonito, entre comillas, porque tienen esa cultura, tienen esa mentalidad y eso me gusta mucho.
Pero el dinero también aparece...
En fútbol hemos visto muchas cosas. Vas a comparar un equipo, nosotros, de 14 o 15 millones contra un Betis, no sé si estará en ciento y pico, y dirás, ostras, hay diferencias. Claro que sí, pero otras cosas más raras se han visto en el fútbol para que tú le puedas competir, porque al final son 11 contra 11 con una pelotita y vamos a intentarlo. Obviamente, favorito clarísimo es el Betis, pero pueden pasar muchas cosas y no es como el boxeo. Ahí te van a traer uno de dos metros y vas a decir, no puedo ganar en mi vida, es imposible, pero en el fútbol, sí. Eso es una faceta que yo la tengo muy arraigada, posiblemente porque he tenido entrenadores muy seguros de sí mismos, muy confiados, yo creo que mi característica principal es la confianza porque no salgo nunca con miedo a ningún campo, sea el rival que sea, estamos jugando a fútbol, entonces miedo no existe.
Has tenido entrenadores más emocionales y otros más tácticos. ¿Con cuáles te quedas?
He tenido de todo, pero posiblemente el que me haya marcado más que Luis Aragonés, que en paz descanse. Fue el que me hizo debutar con el Mallorca y después el que me llevó a la Selección. No era un entrenador táctico, él era un entrenador de convencimiento, de creer en los jugadores, de ser motivador. Entonces, con 18 años ya crecí con este monstruo, que entonces me llenó mucho. Después, al final de mi carrera, tuve a Fatih Terim, pues más o menos en versión turca de Luis Aragonés, un técnico que es todo motivación, disciplina, creer en ti mismo, ser más fuerte que el rival, creértelo... y la parte táctica un poco menos importante. Por lo tanto, a eso me refiero, ¿qué entrenador es el mejor? No hay mejores, son diferentes, somos diferentes, y no pretendo ser lo perfecto, es imposible ser perfecto. Pero me considero un entrenador que me gusta la táctica muchísimo, me gusta saber por qué pasan las cosas, no creo en las coincidencias y en la suerte, pero, por otro lado, la parte psicológica motivadora también es algo que es muy importante para el jugador.
Tuviste a Benítez. ¿Era el más obsesionado por la táctica?
Sí, sí, ya él fue uno de los pioneros, estamos hablando 2007-2008. Pionero de empezar a pensar dónde está el hombre libre y cómo podemos hacer superioridad en un lado, cómo podemos hacer superioridad en otro, cambiando posiciones, cómo podemos ser mejor que el rival. Antiguamente era, ¿cómo jugaba éste? 4-4-2, nosotros 4-4-2, vamos a hacer espejo y no vamos a complicarnos mucho. Pero sí, es verdad que él empezó ya con el tema de la táctica, que era ya un avanzado, y, obviamente, fue el primero y con quien siempre he dicho que aprendí más a nivel táctico. Después he tenido a Valverde también, que es un entrenador con ideas sencillas y no muchas, pero es muy elaborado dentro de la sencillez. Es un entrenador que también me ha aportado muchísimo y que también le agradezco. He tenido mucha por dónde coger, ¿no? Pero al final, la experiencia de jugador también es importante. Siempre digo que el que ha sido hijo de fontanero creo que tiene más posibilidades de ser buen fontanero, y el que ha sido futbolista tiene más posibilidades de ser entrenador, porque lo has mamado desde muchos años. Eso no quita que otros entrenadores que no han sido futbolistas no sean buenos entrenadores, pero si si tú ves a tu padre que todos los días ha tocado tubo y tú has estado con él, al final sabrás hacer cositas. Cuando entro en un vestuario, a veces sin hablar, ya puedo oler lo que quiere el jugador, y es una ventaja que tiene el entrenador que ha estado tantos años en un vestuario.
Si te encuentras un jugador que te recuerda a ti... ¿cómo te comportarías con él?
Yo les hablo mucho de mis experiencias, sobre todo de mis errores, para que no cometan los mismos. Siempre cuento lo que me pasó con Lotina. Cuando fiché por el Burdeos, no sé si eran 6 millones de euros o así, desde el Mallorca, con 21 años, ya sabes cómo va la cabeza. Fueron dos años allí y voy al Espanyol, con Pochettino de director deportivo y estaba Lotina, que no sé la de años que debe llevar entrenando, llevaba en esa época 30 y ahora lleva 50 entrenando. ¿Quién soy yo con 22 años, 23 años, para decirle que es que yo no juego de carrilero, que es que yo soy extremo? ¿Quién eres tú como jugador para decirle eso? Y yo eso lo aprendí, es decir, lo aprendí después. Ahora veo a Lotina le doy un abrazo y le pido perdón 2.000 veces. Pero el jugador de 22-23 años, se cree que es mejor de lo que es, en ese momento tú dices, no, mira el dinero que he costado, soy un extremo muy bueno y yo no voy a jugar de carrilero. Y la experiencia me dice que es que 7 u 8 años después, cuando jugué en el Galatasaray, Mancini sólo jugaba con carrileros, no con extremos, y me dijo: 'si no juegas de carrilero, no juegas, estarás en el banquillo, ¿qué prefieres?'. Y yo digo, ostras, haber aprendido hace siete años a jugar de carrilero y hoy en día a lo mejor sería mejor jugador. Esta experiencia se la cuento muchas veces a mis jugadores, les digo que tienen que ser abiertos. 'No tenéis que jugar solo con Albert, tenéis que jugar con todos los entrenadores del mundo'.
Vamos, que se premia la polivalencia...
Si sé jugar en tres posiciones, mejor que en dos. Y si sé jugar por la derecha y por la izquierda y por el medio, mejor todavía. Y si eres abierto y entiendes que teniendo esa oportunidad de que un entrenador te usa en diferentes posiciones te va a valer para el futuro, ostras, no seas cerrado, no digas, no, es que el míster me ha cambiado de posiciones. Ya tenemos a uno que ha sido internacional esloveno y no había estado nunca. Me llamó el seleccionador, me dijo, es que le estás poniendo de lateral a un central de toda la vida. Me dijo que tenía bajas en el lateral derecho y que cómo lo veía jugando ahí. Si hubiera sido solo central, no lo hubiera llamado la selección. Hay otro detalles muy bueno para los jugadores, que es que cuando aprendes a jugar diferentes posiciones, entiendes el juego también mejor, porque lo ves desde diferentes perspectivas y diferentes posiciones, y esto te hace pensar. Y los jugadores que piensan y son listos, son mejores que los que no piensan, en eso estoy convencido.
¿Te gusta debatir de fútbol con los jugadores en el vestuario?
Suelo dar poco debate porque sé lo que quiero y soy directo. Las ideas y las pautas concisas, pero sí que es verdad que me gusta tener buena atmósfera, me gusta que el jugador piense, me gusta preguntar el por qué hacemos las cosas, cuando hacemos un ejercicio nuevo, me gusta preguntarles el por qué lo hacemos, a ver si saben por qué lo hacemos, no es porque me he levantado por la mañana y pienso que esto va a ser bonito y ya está. Entonces, me gusta que ellos piensen y podamos hablar, para que entiendan la situación, pero a nivel de lo que se hace, el que manda soy yo y el que van a echar si no sale bien es a mí, eso lo tengo clarísimo.
¿Y en los partidos te consideras intervencionista?
Cuando tenemos semana limpia dedico dos días al déficit del partido anterior y dos al rival próximo que tenemos. Lo parto así. Y de esto suelo hacer mitad y mitad defensiva y ofensivamente, haciendo más pauta en la parte defensiva y la parte ofensiva. Estamos hablando ahora de un equipo donde dominamos la liga, un equipo dominante donde tiene el balón y demás, pero eso no significa que los equipos que dominan no tengan que ser buenos defensivamente. Si tú quieres ser un equipo top, tienes que atacar bien, pero también tienes que defender bien, tienes que evitar goles. Y entonces me gusta incidir en las dos cosas. Y lo que dice, intervencionista sí lo soy durante el partido, porque me gusta... Es decir, yo estoy a 60 pulsaciones, los jugadores están a 200, ellos a veces no ven cosas. Desde fuera yo estoy tranquilo. Soy intervencionista, pero al mismo tiempo, desde la tranquilidad no soy un loco que se pone a correr por la banda.
¿Te gusta tener información en tiempo real del analista o prefieres primero tu visión del partido?
Me gusta leer el partido yo mismo, me gusta verlo por mí mismo, pero tengo mi segundo entrenador que está con el iPad y está en contacto con el analista que lo ve desde arriba, y ven otras situaciones. No les dejo que me lo digan, pero alguna vez pregunto por qué ha pasado esta situación, por qué ha habido esta inferioridad en este lado y hemos tenido un... Éramos un 2 contra 3. ¿Por qué ha pasado esta situación? Entonces la pregunto y me pueden dar esa información. Pero en general no me apoyo mucho en eso, sino más en lo que veo sobre el campo.
¿Cómo manejas el día después de un partido? ¿Influye si has ganado o perdido?
A ver, yo es que lo hago al revés y te voy a decir por qué. Cuando perdemos es cuando doy más amor. Cuando perdemos es cuando vengo y le intento sacar la sonrisa, es cuando hacemos a lo mejor unos ejercicios de risas, pues igual hacemos, yo que sé, ejercicios de tirar al larguero, el otro meterlo dentro del cubo de la basura... Es decir, sácales un poquito el humor, porque yo siempre digo lo mismo cuando uno que trabaja en una oficina, si tú vas a la oficina contento, tú vas a dar más o vas a hacer lo mejor posible. Si tú vas triste, creo que tú no estás dando lo mejor. Por eso me gusta que cuando los jugadores han perdido, y en ese momento vienen un poquito más bajos, darles cariño. Y después al revés. Cuando ganamos es el día que doy más hostias. Es el día que vamos... Preparo un análisis que se creen que voy a enseñar ahí los goles que han hecho, lo bonito que lo han hecho, y es cuando enseño las tres contras que hemos tenido y que por qué hemos dejado esas contras, que no hay que dar al rival ninguna transición. Y se quedan así, con lo feliz que yo estaba.... Pero ¿sabes por qué? Porque el mejor momento para que los jugadores están abiertos a todo y que van a aprender y que van a escuchar es cuando están contentos. Si ellos están contentos van a escuchar el entrenador. Y a veces cuando no estás feliz o no estás contento o estás triste, estás un poco apagado y te da igual.
Volviendo a tus inicios en los banquillos. Tengo entendido que fue importante un curso de entrenador con la RFEF...
Al final de los dos años y medio más o menos juntos, casi tres, todos coincidimos en lo mismo cuando terminamos, que todos hemos aprendido de todos, es decir, no había uno mejor, uno peor. No hay uno que sepa más que otro, sino simplemente somos diferentes. Nosotros poníamos una línea y en la parte izquierda estaba el del Barça y a la parte derecha estaba Raúl. Xavi estaba en un lado y Raúl en el otro lado, totalmente diferente, porque la primera pregunta cuando llegamos es qué es lo que tú llamas jugar bien al fútbol. Y el del Barça, Xavi, te va a necesitar 40 folios para decirte, pues mira, pues es protagonista de hacer 200 pases, terminar, hacer pequeño al rival... Y el del Real Madrid, Raúl, a la derecha, te va a decir ganar. Ga-nar. El cómo, ya veremos cómo, pero ganar. Entonces, ¿qué es mejor? No hay nada mejor. ¿Qué es lo que tú crees? Los demás, que éramos Senna del Villarreal, yo del Mallorca, Capdevila, el Deportivo y del Español, Luis García, decíamos que nosotros nos ponemos en el medio. Y vosotros, uno para acá y otro para allá. Al final, ¿qué? ¿Y dónde hemos terminado todos? En el medio, porque no hay una cosa mejor que otra. ¿Qué es lo que tú puedes transmitir? ¿Qué es lo que tú crees? ¿Qué es con lo que tú disfrutas? No nos olvidemos, esto es una profesión muy bonita, tenemos la segunda profesión más bonita del mundo, la primera es la del jugador, clarísima, pero la segunda es nosotros que podemos manejar a los jugadores, entonces es la segunda más bonita. Y entonces hay que disfrutarla. No es solamente sufrir, no es solamente echarle horas, que le echamos 18 horas al día pensando a ver cómo podemos hacer daño al rival. No solamente es eso, es disfrutarlo. ¿Y cómo vas a disfrutar si tú haces algo que a ti no te transmite, que a ti no te gusta, que tú no lo disfrutas? Nada, yo cuando digo, vamos a hacer este build-up, vamos a hacer esta salida de balón, porque lo disfruto, porque me gusta, porque quiero probarla. Entonces, por eso me he hecho entrenador, no para que me diga lo que tengo que hacer o lo que... Yo tengo claro lo que a mí me gusta, lo hago, y no digo que soy mejor, si no es lo que a mí me gusta y ya está.
¿Mantenéis el contacto entre vosotros?
Sí, sí, nos prometimos que lo seguiríamos para siempre mientras fuéramos entrenadores, porque es una manera de de vez en cuando estar en contacto y preguntar por qué ha pasado esto, y en este partido, mira lo que habéis hecho, y aquí has innovado... Cuando empezó el Bayer Leverkusen de Xabi... ¿por qué ahora has cambiado a cinco defensas? Si no has jugado tú con tres centrales en tu vida. Y el por qué, porque hay que saber el por qué. A veces uno hace cosas, pero repito, si tú puedes explicarlo, si tiene una lógica, adelante. Lo que no puedes hacer es, digo, no, yo hago un 5-3-2, porque me parece bonito, parece una flecha. ¿Por qué lo haces? Y sabes cómo trabajarlo y sabes qué es lo que te puede dar ese tipo de sistema, y esa formación y ese posicionamiento, sí, perfecto, si tienes la idea y sabes cómo hacerlo, adelante. No hay una mejor, porque no existe un posicionamiento que vas a decir, con esto te aseguro ganar el partido. Todos haríamos lo mismo. Si tú me prometes que con un 4-4-2 vas a ganar todos los partidos, ¿tú crees que yo voy a cambiar? No voy a cambiar nada, voy a decir, vamos a jugar todos los partidos así. Pero eso no existe, no hay una pócima para eso. Por lo tanto, la que te haga disfrutar es la que tú puedas transmitir mejor.
El salto a entrenador lo diste en Eslovenia, aunque antes estuviste de ayudante de Fatih Terim y Domenec Torrent, dos técnicos muy distintos.
Totalmente diferentes. Me saco el curso de entrenador y enseguida tuve la suerte de que me llamó Fatih Terim, porque en ese momento él tenía dos asistentes que ya llevaban muchos años. Él quería dos exjugadores que él había tenido como asistentes para estar más cerca de los jóvenes. Tuve la suerte de poder trabajar con él, un entrenador muy carismático y con mucha disciplina. Pero, lo que digo, en la parte táctica igual era un poco menos importante. ¿Por qué? Porque él tiene una cosa muy clara. Si con el 4-3-3 de toda la vida he ganado todo durante 30 años en Turquía, ha sido seleccionador de Turquía, y le ha llevado a estar en la Fiorentina y en el Milán... ¿Qué tengo que cambiar yo? Y me parece fantástico. Al siguiente año con Domenec Torrent, que ha estado 15 años de asistente con Guardiola, es otro mundo. La parte táctica y la posición, que es muy importante. Entonces, ¿qué jugadores tengo? ¿Qué bandas tengo? A ver si puedo hacerle asimétrico, si no puedo hacerlo asimétrico, si juego con un punta y dos dieces o juego un diez y dos puntas. ¿Por qué? Porque la posición, dependiendo cómo está el rival es muy importante. Es otra cosa, ya te da a pensar y, claro, ya le vas cogiendo el gusanillo. Entonces, tuve a los dos como asistente, digamos, todo lo opuesto y para mí fue muy bueno porque si hubiera tenido solo una cosa, igual me faltaría algo.
Y diste el paso a Eslovenia...
Después de estos dos años sentí que estaba preparado para ser primero, de hecho, ellos lo saben, yo como segundo por el carácter que tengo me cuesta un poco. Algunos dicen es que es un mandón. Yo salí así, no sé si será el gen de mi madre. Notaba que estaba preparado, me salió la oportunidad del Olimpija, ganamos liga y copa, no fue mal el empezar. Pero las experiencias nunca son suficientes, hay que tener más y más. Me consideraré siempre un novato, hay que seguir aprendiendo, nunca lo sabes todo. Hay que tener la mente abierta para progresar dentro de la idea que tengo como entrenador.
¡Vaya primer día en el Olimpija con aquella famosa rueda de prensa!
Si me hubieran dicho lo que me esperaba hubiera dicho 'ahí vais vosotros'. Ellos tampoco se esperaban la situación hasta ese punto. Prosinecki aparte de haber jugado allí y ser muy buen jugador, es un icono balcánico. No estaban en contra mía. Me encontré con eso, y dije que era una situación que teneís que arreglar vosotros, yo soy sólo el entrenador de fútbol, pero si me dejáis trabajar y demostrar para obtener los resultados, si no, levantaré la mano y seré el primero en marcharme si no funciona.
Y los resultados trajeron la calma.
Es un lado lo bonito y feo del fúbol al mismo tiempo, ganamos ocho partidos seguidos. Olimpia venía de tres años seguidos siendo tercero en esta liga. Estaban asqueados, no querían ni ver fútbol. A partir de ese momento corean tu nombre y eres el mejor del mundo. No me sabe mal, lo he vivido de jugador. Cuando ganas te aplauden, cuando no te silban. El que no esté a gusto con eso se ha equivocado de profesión. Yo se lo digo a mis jugadores, que no esté preparado para un silbido, no vale para esto. Eres una persona pública, la gente paga billetes, compra entradas para veros jugar. No ganas, silbado; ganas, muy bien. Es lo que hay. Cuando vas al teatro quieres ver una buena escena. No pagas para ver cualquier cosa y puedes protestar. Lo tengo tan interiorizado, y lo veo tan normal, que no me afecta. El fútbol va así, si pierdes te silban.
¿Marcharte a Burdeos fue un tema sentimental?
Sí, te viene exequipo, que me acogió muy jovencito. Fueron dos años muy buenos, pero siempre tuve la sensación de que había costado más de lo que había rendido en Burdeos. Lo dije al volver, tengo la sensación que no he tenido en otros clubes, de que no he dado lo que creo que como jugador podría haber dado. Era devolver un poco como entrenador. Luego, en mi opinión, otra gente dirá otra cosa, mejoramos el equipo. Desde que lo cogimos hasta que lo dejamos en mayo, en esos 9 meses el equipo mejoró en la manera de jugar, los hábitos, la manera de apretar, muchas cosas… Al fútbol te traen para mejorar. Que podría haber sido mejor, sí. También podría haber sido mejor el mercado de invierno, que no pudimos fichar y nos quitaron dos jugadores. Que en verano ya sabíamos que no podríamos fichar y que igual nos íbamos a tercera porque no iban a poder presentar el aval o el budget. Al final es lo que terminó pasando, no hubo posibilidades económicas y el club estará ahora en cuarta. Desearle lo mejor al club, histórico es una pena que esté en es asituación, ojalá pueda volve cuanto antes donde se merece pero para eso tiene que haber gente que sienta el club. Si sientes el club, vas a hacer las cosas mejor o lo vas a intentar. Si sólo estás por dinero… Siempre digo lo mismo, el dinero es muy importante, pero primero es el fútbol, es hacer las cosas bien. Luego, el business, vender jugadores, estar en competiciones europeas… Si el dinero acaba viniendo, pero no pienses al revés. Primero tener un buen equipo, invertir y luego lo otro.
¿Es un problema del fútbol actual dirigir un club desde la distancia?
Ves propiestarios a que están 7000 kilómetros y que no hacen las cosas que harías si estás en tu casa. Esto es lo mismo. Es así de fácil de entender. El ejemplo lo ponemos en España con el dueño de un restaurante. Si lo eres, procúrate de estar, si no estás muchas veces, igual no va a ir tan bien. Es así, Es tan fácil de entender como la vida misma.
¿Esperabas que te llegase alguna oferta de una gran liga después de esas experiencias?
Contactos con clubes, me hubiera gustado liga holandesa, belga… Ligas donde las ideas dejan transmitirlas, tengo una idea muy clara de lo que quiero. Francesa, es más difícil de ver, o la italiana. Puse la prioridad ahí, Alemania sería la hostia. Pero llevaba meses en contacto con el presidente del Celje, que quería que volviera aquí. Firmo por el Burdeos por la mañana, luego tenía la llamada del presidente. Es un sitio donde he estado a gusto, donde puedo hacer un buen proyecto, a corto-medio. La idea es terminar ganando la liga y el año que viene estas preparado para la clasificación de Champiosn. A ver dónde llegamos, julio-agosto, y ya decidir si seguimos el año siguiente juntos.
¿Y entrenar en España?
España, claro que me gustaría, pero quiero Pero venir preparado, en el sentido de con tiros pegados. Mira, tengo el crédtio que lo que estoy haciendo da resultados. El haber estado primer año como entreandor, ganar una liga y copa, sea la que sea, que tienes las condiciones de Eslovenia, no vienes con el Barcelona. Te da confianza de trabajar en la misma forma
Golear al Basaksehir ya es una buena carta de presentación en Europa...
Es un equipo de un presupuesto de 50 millones, obviamente, cuatro veces más que nosotros. Es lo que hablábamos antes, al final el dinero ayuda, pero no lo es todo. Y demostramos de que podemos competir contra cualquiera. Obviamente, estoy convencido de que el Betis tiene más nivel que el Basakşehir y va a ser mucho más difícil y va a ser un partido complicado. Por ejemplo, contra el Vitoria Guimaraes, que es un equipo que le gusta jugar mucho al balón, un equipo que, a lo mejor, igual se puede comparar un poco más al Betis, nos hizo mucho daño. Nos hizo mucho daño porque nos costó mucho coger el balón. Es decir, nosotros lo queríamos tener, pero ellos no nos lo daban. Entonces, bueno, esperamos un partido difícil contra el Betis, pero es verdad que ganar un partido de estos te refuerza la moral y te sigue, por lo menos, dando a pensar que hay que seguir. A veces el fútbol te da estas oportunidades de que puedes competir contra equipos de este calibre.
Antes comentaba que tienes poderes para fichar. ¿Te gusta ser manager aparte de entrenador?
Es que yo creo que debería ser así. Te voy a decir por qué. Porque el que pone los jugadores es el entrenador. Es que no es el presidente. Imagínate que el presidente, por mucho que se gaste cinco millones en un jugador, pero el que lo tiene que poner soy yo. Tendré que saber yo a quién fichamos. Entonces el entrenador tiene que participar en esto sí o sí. Yo creo más en el modelo inglés que es el de manager. Porque el que tiene que poner el jugador es el entrenador. Y al que le tiene que gustar en su modelo de juego y con las características que tiene el jugador es el entrenador. Por lo tanto, yo estoy metido y obviamente aquí en el club no haría ningún movimiento sin que yo lo confirmara. Porque el que tiene que decidir después si juega ahí a mí, si me encaja ese tipo de jugador soy yo. Por lo tanto, harían un error fichar un jugador que no lo decidiera yo.
Pero hay entrenadores que dicen que no conocen tanto mercado.
A mí me gusta conocerlo. Y tengo mis apuntes porque como te digo, tengo la idea muy clara de cómo quiero jugar. Pues me hago mis apuntes, mis tres columnas mis posiciones, mis características de los jugadores y apunto a los jugadores que a mí me gustaría tener.
Y haber jugado en tantas ligas te da un conocimiento más cercano del tipo de futbolistas...
Obviamente sí, el haber estado en seis ligas, obviamente Grecia, imagínate países que a lo mejor la gente controla menos, Chipre o Grecia. Como yo he estado en estos sitios pues los conoce. Incluso Rusia o Ucrania o Bielorrusia que también he estado por ahí. Francia, España e Inglaterra por lo mismo. Siempre hay gente que ofrece un jugador al directo deportivo y lo que hace él es que me filtra. ¿Por qué? Porque él sabe el tipo de característica que yo quiero del jugador. A partir de ahí él sí me ofrece un jugador sabiendo las características que yo quiero de los jugadores. Mira, me viene a la cabeza la figura del portero, que para mí debe tener tres características. La primera de todas es que sea bravo. Es decir, que salga, que no tenga miedo. Con los brazos en alto no hay ningún jugador que pueda saltar más que tú. Ninguno. Entonces para mí es la primera condición que yo pongo. Es decir, yo no quiero un portero en la línea. A mí me gusta un portero que salga. Me gusta un portero atrevido. Y si cometes un error porque has salido y te has equivocado, dices que es el entrenador el que te lo manda y que el error es mío. Pero yo quiero un portero que prevenga situaciones de remate, si puede ser. La segunda, que pare bien, obviamente. Y tercera, que vaya bien con los pies. Si hace las tres cosas, conmigo hasta el fin del mundo. Pero yo voy poniendo características de lo que quiero de cada posición. Hago lo mismo con los defensas y los centrocampistas. Y a partir de ahí es como fichamos.
¿Investigas tanto a los futbolistas como Benítez hizo contigo?
¡Dos días estuve en Melwood, en la ciudad deportiva del Liverpool, esperando para fichar, dos días! ¿qué quieres buscar? Hasta en la sangre... A ver si me vas a encontrar. Algo me vas a encontrar seguro. Dos días estuve para poder fichar. Al final era también un tema de papeleo. La parte deportiva, él ya viene a ficharte porque sabe lo que das en el campo. Pero a él le gusta saber también lo que es fuera del campo. E igual he aprendido un poco de él eso y me gusta. Y ahora lo entiendo más que antes porque antes decía escucha, si sabe que yo sé centrar fenomenal, que soy buen asistente, que soy rápido, que driblo bien... ¿Para qué quieres saber tantas cosas? Y lo entiendo porque es el carácter del jugador. Si es ganador, cómo es en el vestuario, cuando juega y cuando no juega, porque cuando no juega también hay que saber a ver cómo es. Entonces son muchas características que es importante saberlas porque al final es con quién vas a estar trabajando.
¿Fue tan especial vivir aquella época de un Liverpool lleno de españoles?
El Spanish-Liverpool surge desde que firmó Benítez, que fichó a Núñez, Reina y Morientes, Luis García,... Ya fueron tres o cuatro con él. Después ya fueron viniendo los que estuvimos en mi época que fueron Reina, Arbeloa, Xabi Alonso, Torres y yo. Éramos los cinco. El Spanish Liverpool obviamente también por el entrenador, pero es que los jugadores que teníamos al lado ojo, es que teníamos no de español pero como si lo fuera a Mascherano. Después tenía a Carragher y a Gerrard, que eran los dos capitanes y eran los dos jugadores que yo diría que se entrenaban mejor. No necesitarían entrenar mejor porque sabían que los dos capitanes el fin de semana van a jugar, entrenen como entrenen. Pero eran los dos que daban más ejemplo. Llegas ahí con veintipocos años y dices, ¿cómo? Gerrard hace ese trabajo y no lo voy a hacer yo, y quién soy yo, ¿no? Entonces todo este contagio suma y entonces el haber estado con jugadores yo los llamaría profesionales, pero en todos los aspectos. Profesional como la palabra entera, al 100%, tanto dentro del campo como fuera. Y eso te contagia, eso te hace mejor, eso te hace ver mejor las cosas y te hace mejorar. Agradezco mucho a muchos compañeros de los que te hemos nombrado porque te hacen mejor futbolista y te hacen mejor persona también. Y mejor jugador de equipo que al final esto es un deporte de equipo.
Decía que Aragonés fue su primer entrenador y eso siempre es especial. ¿Qué enseñanza le dejó que utiliza ahora como técnico?
Estábamos hablando del tema del mood, de la atmósfera del equipo. Yo eso lo considero muy importante. Que en un grupo se sienta importante todos. Tú no puedes tener a catorce contentos nada más. Luis Aragonés era el primero. Llegaba el lunes que Carlitos, el que jugó en el Sevilla, no había jugado. ¿Por qué? Porque jugaba Etoo. Y Carlitos decía, ya lo sé. Pero el lunes Luis Aragonés estaba con Carlitos. No estaba con Etoo. ¿Por qué? Porque Etoo ha jugado de titular. Y está contento. Y Carlitos no ha jugado. Entonces tienes que ir a ese al que no está contento. Porque tienes que seguir apoyando a ese jugador que un día no vas a poder tener al otro y vas a usarlo. Y lo necesitas.
¿Utilizas alguna herramienta para convencerlos?
¿Y cómo lo hago esto? Primero porque gracias a Dios todavía estoy para entrenar un poquito. Porque la cabeza me va rápido, las piernas un poco menos. Y los lunes entreno con los jugadores que no han jugado. Esa es mi rutina. Yo entreno con ellos. ¿Por qué? Porque cuando ven que está el míster ahí igual lo hacen mejor. Igual no. Intentan hacerlo mejor. Que el míster no estuviera mirando... Así, así. Y es un día que tienes que levantar mucho a los jugadores, al grupo. Lo considero muy importante para que después del martes ya todo el mundo esté al mismo nivel. Ya todo el mundo empiece a competir durante la semana para poder ver quién juega el fin de semana. Entonces eso es algo que yo cogí. Luis Argonés, por ejemplo, no podía entrenar. No estaba entrenando. Pero sí tenía eso. Y eso lo cogí. Y es algo que me gusta hacer. Y creo que nos está yendo bien. Para poder tener el grupo todos contentos, felices.
Lo difícil no es tener contentos a los 11 que juega sino a los otros...
Los campeonatos los gana el equipo. No los ganan 11 ni 14. Los gana el equipo. Entonces en muchos momentos de la temporada el otro día puse en el partido de Copa. Obviamente 11 cambios. Jugamos contra un equipo de cuarta división, tercera o cuarta. Ganamos 0-8. No tuve que decir nada. No tuve que protestar nada. Estaban todos metidos. Y no son los que están jugando habitualmente. Pero están metidos y quieren enseñar que están para jugar. El típico partido de Copa que haces 11 cambios. Vaya embarque. Tenemos que ir a jugar contra una tercera división. Tener que ir ahí. Y ya sabes cómo van estos partidos. Al final se termina liando el partido. Fuimos ahí serios, concentrados. Obviamente me llevé a todo el equipo. No sabían hasta el último momento si jugarían titulares o no. Jugaron los que habitualmente no son titulares. Pero ganamos 0-8 y, como te digo, actitud excelente de todos. Y eso yo lo valoro mucho.
Para el jueves llega otro partido importante en Europa...
Nosotros vamos a ir con todo lo que tenemos. Y si no ponemos más, es que no hay más. Créeme. A full. Nosotros vamos a intentar competirle al Betis, obviamente. Y el respeto de sabiendo la calidad que tiene, de que nos va a hacer daño en muchas situaciones, que tendremos que sufrir muchísimo, pero intentando jugar a esto lo mejor posible. Lo vamos a intentar, que podamos o no, eso es otra cosa. Hay dos maneras de verlo. La primera es aceptar o dar ya de hecho de que tú no vas a ganar el partido y que eres un poco víctima. Pero yo no tengo esa mentalidad y no me he hecho entrenador para eso, y lo que le hace daño a esos equipos es precisamente quitarle el balón. No les gusta correr detrás del balón, no les gusta que tú tengas el balón, porque la única manera de hacer daño en el fútbol es con el balón. Si tú no tienes el balón, hablando o pegando puñetazos, no vas a ganar. Todo el tiempo que le quites ese tiempo el balón, no te van a hacer daño. Entonces, nosotros vamos a intentarlo.