CHELSEA 0- REAL MADRID 2

Rodrygo reina en Londres y el Real Madrid vuela a semifinales

El brasileño marcó un doblete y certificó la clasificación de los blancos, a los que Courtois salvó en la primera mitad.

Rodrygo celebra su primer gol ante el Chelsea. /AFP
Rodrygo celebra su primer gol ante el Chelsea. AFP
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Basta un dato para acercarnos a reconocer el material del que está hecho el Real Madrid en la Champions, una competición de la que es parte fundacional y que la considera casi como propia: once semifinales en trece años. Ha transitado tantas veces el camino que se conoce los atajos y los peajes, demasiado altos. Los blancos se impusieron en Stamford Bridge después de sufrir el agobio de un Chelsea con más ardor que delanteros. Courtois les sostuvo con el milagro de cada noche. No hay Champions sin su apuro, sin ese mal rato que, cuando se supera, obliga a valorar el camino, qué bello es vivir.

«El equipo está a tope, soñamos con otra final»

Y se sobrepuso a las apreturas esperando su momento. Toleró los embistes y dominó la escena como los clásicos, a lomos de un Valverde que ha recuperado el vuelo y con un doblete de un jugador espléndido, Rodrygo. El brasileño oye el himno de la Champions y en su cabeza todo encaja. Ya lo hizo el año pasado, en ese canto a lo impensado. Y lo ha repetido esta noche. No hay nada como la experiencia para saber dónde están enterradas las minas. El Madrid está de nuevo en las semifinales de la Champions. Puede parecer una rutina. Pero la verdad es que es extraordinario.

RODRYGO

💯 Mis 'dieses'

La adaptación al medio es el mejor atajo para sobrevivir. En el fútbol y en cualquier trabajo en el que ustedes piensen. También cuando la labor escasea. Rodrygo se ha revelado como uno de los jugadores más aptos para este Real Madrid porque, su talento, evidente, está acompañado de una fuerte predisposición a asumir cualquier rol. El brasileño ha pasado de ser agitador en las segundas partes a tener una continuidad en el once que está reforzando su confianza. Antes jugaba movido por el ánimo de hacerse ver, de reivindicar su altura como jugador. Ahora lo hace liderando. Sentirse fuerte encoge cualquier obstáculo. Si no, que testifique Chalobah, el defensa del Chelsea que salió a cortar el contragolpe de Rodry.

Rodrygo mete su segundo gol.  REUTERS
Rodrygo mete su segundo gol. REUTERS

Sólo pudo ver su imagen desde el suelo, ingrávido. El madridista llegó a la línea de fondo, alzó la mirada, soltó el balón a Vinicius, se introdujo hacia el centro del área y batió a Kepa tras asistencia de Vini. Una jugada extraordinaria y otro partido con traje de luces de Rodrygo, a quien la Champions le sube la bilirrubina. Es intuir el olor de la competición y da la sensación de que en su cabeza todo encaja. En el 76' selló su doblete a pase de Valverde y con celebración a lo Cristiano. Factor esencial en las remontadas de la temporada pasada, en esta está dando continuidad a su idilio. Después del de Cádiz, Rodrygo también ofrece un recital en Londres.

Rodrygo, al acabar el partido.REAL MADRID

 

COURTOIS

😎 Me reafirmo

Courtois volvió a ser providencial. Ya se han agotado todos los calificativos con él y sólo ha quedado el de Santo porque Tibu se ha convertido en una estampita a la que se agarra el equipo contra el pecho cuando la realidad agobia. Y al final de la primera mitad, angustiaba, con el Chelsea volcado en su área y los blancos, en un nuevo ejercicio de resistencia. Fue justo antes del descanso cuando Courtois se apareció con su inabarcable anatomía a Cucurella. La sombra deslumbró al español, cuyo disparo repelió el cuerpo del guardameta en una parada bárbara. La reacción de sus compañeros, imantados a su camiseta, refleja la trascendencia de su figura y la importancia de esa parada.

El madridista, que jugó con la presión de los abucheos de Stamford Brigde, es la certeza. Cuenta con ese aura de los grandes porteros que hacen al rival debatirse entre tres opciones antes de rematar. Y ante esa inseguridad, siempre (o casi) vence el aplomo. El que impulsó al Madrid a la Decimocuarta. El que sostiene al equipo como éste se aferra a él.

Paradón de Courtois a Cucurella.  REUTERS
Paradón de Courtois a Cucurella. REUTERS

LAMPARD Y HAVERTZ

🤔 Poco se habla de...

El último bandazo de Lampard tampoco funcionó, pero acercó al Chelsea a meterle en planta. El técnico aterrizó cambiando el esquema de tres centrales de Potter, regresó a él en el Bernabéu y repitió en la vuelta, con un sistema más defensivo. Metió tres mediocentros más Gallagher, alineó a Havertz, que se lo ahorró de inicio en la ida, y dejó en el banquillo a Sterling, Mudryk, Pulisic y João Félix. El plan llamó la atención. Se explicó pronto. El equipo blue salió con colmillo, presionando muy alto y minando el centro del campo. El Madrid se enredó, sufrió y resistió hasta que Rodrygo rompió el tablero de madera de Lampard.

Havertz salta ante Militao.  REUTERS
Havertz salta ante Militao. REUTERS

El equipo de Londres lo tenía ciertamente complicado. Confeccionado a golpe de impulso y de millones, demostró que la actitud es mucho y alinear el talento, el resto. A Havertz aún le falta coger ese punto maligno que pasean los futbolistas rencorosos con su pasado, canalla y rebelde en la adversidad, pero es el que más calidad atesora de la plantilla. Su suplencia en el Bernabéu fue un regalo de Lampard. Ahí empezó a perder la eliminatoria el Chelsea.

VALVERDE

💬 Tengo un WhatsApp para ti...

"Bienvenido de nuevo, Fede". La estampida vuelve a ser cosa de Valverde. Rema y rema, corre y corre. Y se atreve otra vez yéndose arriba con una zancada propia de un documental de La 2. El uruguayo, después de unas semanas apagado y entre el ruido, está sacando partido de nuevo a todos los recursos y talentos de los que uno dispone. Contra el Chelsea desplegó toda su capacidad física y pulmonar. En uno de esos golpes de autoestima, Valverde se animó, cogió la pelota, se plantó en el área y le dejó en bandeja plateada el doblete a Rodrygo. Valverde remonta el vuelo en el momento indicado.

Fede Valverde, contra el Chelsea.  REUTERS
Fede Valverde, contra el Chelsea. REUTERS

MILITAO

🚨 Hay runrún

Hay pocos runrún tan sonoros como el que genera una mala noticia en el cuerpo de uno de los mejores futbolistas del equipo. Sucedió en el minuto 21 con Militao. El brasileño midió mal cuando fue a despejar un balón en posesión de Havertz y golpeó en la suela del futbolista alemán. Orsatto le mostró la amarilla. El colegiado, "el peor" en palabras de Modric, fue demasiado riguroso con esta tarjeta que impedirá al central jugar la ida de semifinales de la Champions. Un revés para Ancelotti porque el brasileño es uno de los futbolistas más en forma de la plantilla. Un seguro atrás. Lo demostró de nuevo en Stamford Bridge, con anticipaciones y vigilancias, con juego aéreo y despejes, como el que evitó el gol de Kanté cuando el segundo tiempo despertaba. Le sustituirá Rüdiger.

Militao le disputa una pelota a Gallagher.  REUTERS
Militao le disputa una pelota a Gallagher. REUTERS

KANTÉ-CAMAVINGA

📀 Mi 'bonus track'

Lampard ha recuperado a Kanté, que es algo así como sentir de nuevo el latido. El francés es el corazón de este equipo, una puerta acorazada y una aparición porque no paró de personarse en todo el frente de ataque blue. Instalado por el técnico justo detrás de Havertz, Kanté se percató de que podía encontrar tesoros en la parcela de Camavinga y acuchilló la banda izquierda buscando constantemente la espalda de su compatriota. Incluso estuvo a punto de adelantar a los suyos en la primera parte con un remate que pellizcó al césped antes de salir escupido cerca del palo de Courtois. En el segundo tiempo, la cadera de Militao se interpuso en su alegría.

Kanté es un jugador admirable en el esfuerzo, agresivo en el juego y con un gran sentido táctico. Los problemas físicos le han empequeñecido esta temporada, pero con el nivel que demostró en la vuelta seguramente el camino del Chelsea hubiese sido distinto. Convengamos, también, que Camavinga facilitó muchas de sus subidas porque volvió a mirar más adelante que atrás, incrustándose en la media y sufriendo un dos contra uno contra Reece James y el propio Kanté. No fue la mejor noche del lateral madridista, que dejó tantas apariciones de mérito como indecisiones. Courtois y Rodrygo lo dejaron en anécdota.