NEWCASTLE 4 - PSG 1

El PSG se la pega en un St James' Park que vibró con su vuelta a la Champions

El equipo inglés pasó por arriba de los de Luis Enrique, que intentaron reaccionar en la segunda parte.

Luis Enrique tras el tercer gol del Newcastle. /AFP
Luis Enrique tras el tercer gol del Newcastle. AFP
Marcos Durán

Marcos Durán

Vuelta a la Champions League en St. James Park, donde una presión de su número '10', Gordon, a los tres minutos, se festejaba como un gol. Aquella última temporada, un tal Faustino Asprilla le metió tres goles al Barcelona en esta misma competición y aquel día había alguien sobre el césped que hoy repetía: Luis Enrique Martínez, en aquel entonces futbolista y hoy entrenador del PSG.

Además de Newcastle contra PSG, también era un Arabia Saudí contra Catar. Los dos países árabes son propietarios de ambos clubes y siguen empecinados en su lucha por dominar no tan solo el fútbol europeo, si no también el fútbol mundial.

Gesto de Mbappé tras el error de Marquinhos

El Newcastle estaba viviendo el partido como si fuese el último de su vida, sus aficionados así lo demandaban y ellos respondían. Se celebraban hasta los saques de banda, para que se hagan una idea. Entonces Marquinhos quiso salir jugando de abajo, tuvo un error que no puede cometer nunca y Miguel Almirón, tras una gran parada de Donnarumma, marcó el primer tanto del partido, para celebrarlo con furia, con ganas, al igual que todo el estadio. El primer gol del Newcastle en su vuelta a la élite europea.

Donnarumma no puede con todos

Del primer tiempo, el único que se salvó del equipo de Luis Enrique fue Donnarumma, que mejoró sus anteriores actuaciones para evitar una catástrofe de su equipo en la primera parte, aunque ni por esas pudo evitar tanto el gol de Almirón como el de Dan Burn tras una jugada en la que el guardameta evitó el gol hasta en tres ocasiones, pero que en la última no pudo hacer nada. El experimento de los cuatro delanteros no le salía bien a Luis Enrique.

El 4-2-4 no funciona

Todo lo que había parado el italiano en la primera parte, se fue por la borda en la segunda mitad. Porque con movimientos inteligentes, pases y desmarques, el Newcastle se plantó dentro del área del portero italiano que pudo hacer más ante el disparo de Longstaff con la pierna derecha. St James' Park se volvía totalmente loco, Luis Enrique animaba a los suyos, moviendo los brazos, intentado buscar reacción.

La posesión era de los parisinos, pero las oportunidades, no. Los cuatro delanteros que puso el español no generaban situaciones claras y en el medio del campo, Zaire-Emery y Ugarte sufrían ante la eterna e increíble presión del equipo local. Gonçalo Ramos era el mejor del cuartero atacante, pero él solo no conseguía marcar las diferencias, algo que corresponde a otros futbolistas como Mbappé y Dembélé.

Mbappé se lamenta durante el partido.  REUTERS
Mbappé se lamenta durante el partido. REUTERS

Reacción... tardía

El PSG intentaba despertar y lo conseguía, de manera momentánea. El gol de Lucas Hernández tras un gran pase de Zaire-Emery desde fuera del área, en el primer acercamiento del joven futbolista. Si los delanteros no marcan, lo tienen que hacer los defensas y el lateral izquierdo definió como un nueve de área.

A partir de ahí, el PSG empezó a soltarse y buscar el segundo gol. Aunque la sensación era de que el equipo parisino intentaba que llegase primero el tercer gol antes que el segundo, algo que en el fútbol no suele salir muy bien como norma.

El golpe letal

Antes que el segundo del PSG, llegó el cuarto del Newcastle. Un Newcastle que aguantó como un equipazo y disfrutó del golazo de Schar desde el borde del área. Las banderas del tifo inicial ondeaban un estadio que volvía a disfrutar de unas noches europeas míticas, que los nuevos dueños quieren que dure muchos años. El proyecto del Newcastle hoy se doctoró contra uno de los protagonistas de los últimos años en Europa y se ganaron el derecho a soñar.