El Real Madrid ya empezó a organizar la final en diciembre: tres chárter y cien habitaciones de hotel con un requisito estratégico
La experiencia de seis finales en la última década le permite al club blanco declinar el alojamiento propuesto por la UEFA. Ya lo hizo en París en hace dos años.

Cuando preparas la organización de la sexta final de Champions en 10 años cabe suponer que todo debe ser un poco más sencillo... dentro de la complejidad. Es el caso del Real Madrid. Puede pisar sobre sus propias huellas y mantener unas pautas de conducta ya vividas en experiencias recientes y que repite con meticulosidad, pero siempre atento a las exigencias de última hora que suelen ser imprevistos que tiene que solucionar sobre la marcha. El de las entradas, ahora informatizadas, suele ser de los más complicados. A última hora, los compromisos se reproducen por esporas.
Una final de Champions comienza a organizarse por parte de la UEFA dos años antes, incluso antes de anunciar la sede definitiva ya han trabajado sobre los lugares candidatos. En cuanto en el mes de diciembre se conoce el nombre de los equipos que van a disputar los octavos de final en febrero, el organismo europeo manda a todos los clubes clasificados información sobre la sede elegida: características del estadio; hoteles; aeropuertos; espacios para ubicar las 'fan-zone'; campos de entrenamiento por si fuera necesario; distancias entre los lugares más significativos que tengan que ver con la propia organización...
Con los cuartos de final, comienzan las primeras reuniones entre los clubes que continúan adelante en la competición. Se va trabajando sobre la documentación enviada en diciembre y con las eliminatorias en la mano se van asignando a los participantes determinadas cuestiones que sabrán que les afecta directamente si van pasando obstáculos y se plantan en la final: reparto de entradas, uniformes, horarios de entrenamiento y conferencias de Prensa, tecnología que se aplicará en el partido, planes de seguridad...
Para el Real Madrid será su primera final en Wembley y por lo tanto en Londres. Atrás quedan cuatro finales en París... tres ganadas (1956, 2000 y 2022) y una perdida (1981); dos en Ámsterdam, una con victoria (1998) y otra con derrota (1962); dos en Bruselas (1958 y 1966) y en Glasgow (1960 y 2001), las cuatro conquistadas; y con una final jugada se encuentran Madrid (1957), Stuttgart (1959), Viena (1964 derrota), Lisboa (2014), Milán (2016), Cardiff (2017) y Kiev (2018).
Lejos del centro
En la última final de París contra el Liverpool en el Stade de France, el club blanco decidió alejarse a las afueras de París y se concentró en Chantilly, mientras el Liverpool lo hacía en el centro de la ciudad y tuvo problemas para llegar al estadio el día del partido, hasta el punto que tuvo que modificar su itinerario y aumentar la protección policial para llegar a tiempo. El Real Madrid ha priorizado instalarse en un hotel con buena comunicación con el estadio y por ello ha renunciado al alojamiento que le ofrecía la UEFA en el centro de Londres, el Biltmore Mayfair en Grosvenor Square y ha elegido el hotel The Grove en Chandler's Kross, a cuatro kilómetros de Watford, una ciudad situada al noroeste de la capital, a 27 kilómetros. Las previsiones para el día 1, a pesar de ser sábado, es que desde el centro a Wembley, en coche o autobús, se pueda tarde una media de dos horas.
El hotel escogido, situado en el centro de un campo de golf, tiene un campo de entrenamiento y canchas de tenis y suele ser lugar de concentración de bastantes clubes de fútbol, entre ellos la mismísima selección inglesa. Al margen de sus instalaciones, una de sus ventajas es que se encuentra a 15 kilómetros de Wembley, o lo que es lo mismo 30-35 minutos de camino salvo imprevistos. Uno de los finalistas de la final de la FA Cup, que el sábado disputan los dos clubes de Manchester, se queda tradicionalmente en este hotel y otro de sus últimos visitantes ilustres ha sido la selección de Brasil, que disputó dos amistosos en Londres en el mes de marzo.
El club ha reservado un centenar de habitaciones. Al ser unas instalaciones de gran capacidad no ha podido reservar el hotel al completo, como, por ejemplo, hiciera en Chantilly hace dos años. Eso sí, la zona acotada será de uso exclusivo del equipo. Además de los dormitorios, distribuidos en dos plantas, tendrá una sala habilitada como comedor, una zona de convivencia y otra para realizar la activación física, que Ancelotti dispone para el mismo día del partido. Como suele ser habitual, todas las zonas comunes serán decoradas con fotos motivadoras de ex jugadores del club y momentos estelares de la historia. No faltarán los recuerdos de las otras 14 Copas de Europa.
Aunque no tenga nada que ver con la final en sí, el club local, el Watford, fundado en 1881, ahora juega en la Championship (Segunda inglesa) después de su descenso hace dos años y ha sido destino de bastantes entrenadores y jugadores españoles. Entre los primeros han estado Quique Sánchez Flores, en dos etapas, Javi Gracia, Óscar García, Xisco Muñoz... y entre los segundos: Almunia, Mario Gaspar, Delofeu, Kiko Femenía, Jurado, Mario Suárez, Albert Riera, Bellerín...
Siempre con el estadio como principal referencia, la realidad es que en ciudades más pequeñas que estas macro urbes, como París o Londres, el equipo, en otras finales, sí ha optado por hospedarse en el mismo centro. En Kiev (2018) se quedó en el Hotel Opera, donde había estado concentrada la selección española cuando ganó la Eurocopa 2012; en Cardiff (2017) ocupó el Hotel Mercure; en Milán (2016) el hotel Radisson, vecino a San Siro; en Lisboa (2014) en el Tivoli... Retrocediendo en el tiempo, en las finales de 2000 (París) se concentró en Versalles y en 2002 (Glasgow) también a las afueras, aunque en ambos casos celebró la fiesta por el título en el centro de la ciudad, ya que se decidió hacer noche en la sede de la final y regresar al día siguiente.
El programa
La expedición oficial partirá de Barajas el jueves por la tarde (30 de mayo) para llegar al hotel y directamente cenar y descansar. El aeropuerto asignado a los dos aviones que transportarán a los dos equipos ha sido el de Luton. En el caso del Real Madrid ha tenido que ajustarse a una aeronave más pequeña de la habitual porque el aeródromo de esa ciudad no tiene capacidad para que aterricen aviones de gran calado. La distancia entre el aeropuerto y el hotel The Grove es de 25 kilómetros... sin tocar para nada el centro de Londres.
El viernes, víspera del encuentro, el equipo no realizará ninguna actividad hasta por la tarde, que se desplazará a Wembley para realizar el entrenamiento y las conferencias de Prensa de rigor. El día del partido, lo normal es que el equipo realice ejercicios de activación, bien dentro del hotel o en el exterior, si el cuerpo técnico lo decide. La salida para el estadio está prevista para las 18:30 de la tarde, después de la última charla del técnico y la merienda. Antes, el presidente, Florentino Pérez, se despedirá de los jugadores uno por uno prácticamente a pie de autobús. Para cada uno tendrá una frase. Esta despedida ya es un clásico de anteriores finales y lo que funciona no se cambia.
En un principio, el Real Madrid ha fletado dos aviones, sin contar el oficial del equipo. En ellos viajarán los familiares, los patrocinadores y los propios invitados VIP del club. Ellos se hospedarán en el centro de Londres.
El rival, el Borussia, se hospedará en el centro de Londres, en el hotel reservado por la UEFA, el Landmark, en Marylebone Road. Los aficionados del Real Madrid que se desplacen en vuelos charters aterrizarán en Stansted, en Essex, a 50 kilómetros al noroeste de Londres y que durante la Guerra Mundial fue una base aérea. Ahora es uno de los cinco aeropuertos de la capital, donde suelen aterrizar, como en Luton, las compañías de bajo coste. Los aficionados alemanes tienen reservado el aeropuerto de Gatwick, a 45 kilómetros al sur.