El AS Mónaco en el que pescó el Barça previo a Guardiola
El Barcelona de Rijkaard encontró en el conjunto monegasco una fuente de talento para reforzar a los culés.
A las puertas del verano de 2003, la vida sonríe al Mónaco. Aupado por un puñado de jugadores notables, su escalada al liderato parece cada día más seria. Al final de la temporada 02/03, el Olympique de Lyon ganó el título liguero con el molesto aliento de los monegascos en la nuca. Ese año, Rafa Márquez ha sido uno de los elementos clave del sorprendente equipo del Principado, entrenado por el hoy seleccionador nacional, Didier Deschamps. El mexicano es algo más que un líder de juego y domina con clase, ya sea como defensa central o como pivote.
Justo un año después, con Márquez lejos del Louis II, el equipo tampoco lograría hacerse con la Liga, que volvería a caer del lado de Lyon, pero alcanzó la siempre deseada meta de una final europea. En mayo, Gelsenkirchen acogería una final de Champions League con Mónaco y Porto como protagonistas. Ludovic Giuly, capitán por parte de los monegascos, fue una de las máximas estrellas del equipo, que acabaría por retirarse lesionado en el minuto 23, siendo sustituido por el croata Prso. Desde el banquillo, el galo debería sufrir por los suyos, que acabarían cayendo contra el equipo entrenado por José Mourinho.
En estas dos historias, hay un elemento de unión que en esta nueva edición de la Champions League 24/25, volverá a presentarse con fuerza. El FC Barcelona se hizo, en los veranos de 2003 y 2004 respectivamente, con Márquez y Giuly, procedentes del equipo monegasco. El Barça que antaño se alimentaba de los éxitos del brillante AS Monaco de los 2000, se enfrentará en esta nueva edición de los pupilos de Adi Hütter, que ya saben lo que es ganar al equipo culé esta temporada. En pretemporada y en Montjuic, el equipo monegasco supo encontrar las cosquillas a los de Flick, que con toda seguridad esperarán mejorar sus prestaciones en el Louis II.
Márquez, el 'káiser' mexicano que cautivó a Rijkaard
El mexicano fue el primer jugador del país norteamericano en llegar a Can Barça. Un líder para el vestuario de un Barcelona que empezaría a carburar de manera muy seria en lo que sería los primeros pasos de la brillantez construida por Frank Rijkaard. Como exjugador, el neerlandés, ex del Milán, Ajax o Zaragoza, podía ver representada su función en los movimientos de un Márquez que supo ser el encargado de transmitir orden, templanza y visión táctica a un equipo superdotado a nivel ofensivo.
De su calidad se extrajo gran parte del gen ganador de un Barça que supo ver el talento del mexicano para ordenarlo todo desde la defensa, pero sin tener complejo alguno a la hora de sumarse a la fiesta en ataque. Cumplidor y extraordinario táctica y técnicamente, los años de Márquez lideraron la renovación de una posición clave para el Barcelona, primero en el puesto de central, dejándole el hueco a un tal Piqué, y en el pivote, con la base esencial de un rol que pedía rigor defensivo y solvencia organizativa, predecesora de esa sombra tan alargada de Busquets en clave azulgrana. Como azulgrana, el de Michoacán logró jugar 242 partidos en todas las competiciones, entre 2003 y 2010.
Giuly, el extremo que dejó paso a Messi
En una pelea continua con Crusat, Giuly parecía poder aspirar a ser el jugador más bajito de la historia de LaLiga. El francés, una bala en banda, fue otro refuerzo llegado de ese gran Mónaco de los 2000. Técnico, rápido, luchador, con capacidad para subir y bajar en banda y con el gol entre ceja y ceja, su periplo por el Barcelona estuvo marcado, no sólo por la calidad de sus minutos y los títulos ganados, sino por la jugada que el destino le tenía preparada. Con una calidad enorme, un pipiolo de la cantera tuvo la capacidad de desbancar al galo de la banda diestra del equipo de Rijkaard.
"¿Sabes lo que les digo a mis hijos? Que he jugado con Messi. Y no me creen, pero he jugado allí tres años y él vino después a ocupar mi lugar"
Exjugador del FC Barcelona y del AS MonacoDe nombre Lionel y de apellido Messi, un muchacho con el '19' a la espalda sería responsable de quitarle protagonismo y empujarlo a salir de un club que amaba profundamente. Con ganas de seguir jugando a buen nivel, el extremo derecho tomó ruta a Roma y, más tarde, a París, donde jugaría todavía a buen nivel. Otro capricho del destino que, cuando ese muchacho dejara el Barcelona muchos años y títulos después, optara también por tomar dirección a la Ciudad de la Luz. Las fintas de Giuly aún se recuerdan, aunque quizá menos de lo que deberían, en una etapa marcada por las lesiones, pero que dejó, entre 2004 y 2007, 125 partidos jugados, 26 goles y 16 asistencias, en los más de 7000 minutos jugados con la elástica blaugrana.