SHAKTHAR-REAL MADRID

El exilio del Shakhtar: ¿por qué juega en Varsovia y no en Ucrania?

El equipo ucraniano lleva desde 2014 sin jugar en su estadio, el Donbass Arena.

El Shakhtar celebra un gol en el Estadio del Ejército Polaco. /GETTY
El Shakhtar celebra un gol en el Estadio del Ejército Polaco. GETTY
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

En el año 2009 se estrenaba en Donetsk el Donbáss Arena, un estadio que costó más de 400 millones de euros y que se construyó con dos objetivos principales. El primero, ser la casa del Shakhtar, equipo emergente del fútbol europeo. El segundo, ser una de las sedes más importantes de la Eurocopa de 2012, que organizó Ucrania junto a Polonia. Con capacidad para 52.525 personas, albergó, entre otros encuentros, una de las semifinales de aquel torneo (España-Portugal). La UEFA llegó a catalogarlo en la categoría Élite como uno de los mejores del continente. Sin embargo, lo que prometía ser el campo en el que presenciar muchos éxitos del Shakhtar, se convirtió en pocos años en un estadio en desuso por los conflictos bélicos que asolan esa parte del país.

Donbáss Arena, en 2014. GETTY
Donbáss Arena, en 2014. GETTY

En abril del año 2014 estalló la denominada guerra del Donbáss. Grupos de manifestantes, con el apoyo de Rusia, iniciaron diferentes protestas, algunas de ellas violentas, con el objetivo de conseguir la separación de la región del este del país. Se trataba por aquel entonces de la más poblada de Ucrania solo por detrás de la capital, Kiev, gracias a dos grandes ciudades: Lugansk y Donetsk. Esto desató un conflicto que ha durado hasta ahora y que se ha acrecentado con al invasión rusa iniciada el pasado febrero. El 23 de agosto de 2014 dos bombas explotaron en el majestuoso estadio del Shakhtar, en lo que fue el desencadenante de que el club abandonase la zona y mudase sus centro de operaciones a Kiev.

Tres 'casas' en seis años

Desde entonces hasta 2020, el equipo jugó en dos estadios lejos de su 'casa'. Primero se mudó a Lviv (también conocida como Leópolis), ciudad al oeste de Ucrania. Más concretamente en el Arena Lviv, recinto donde juega sus partidos el FK Karpaty. En invierno de 2017 la directiva decidió cambiar de sede y jugar sus partidos como local en el Metalist Stadium, en la ciudad de Járkov, a algo más de 200 km de Donetsk. El objetivo era acercarse que sus aficionados. Eso sí, sus oficinas y sus campos de entrenamiento se mantuvieron en Kiev todo este tiempo para tratar de afianzar al máximo la seguridad de todos sus trabajadores.

Con el comienzo de la pandemia, una nueva mudanza. El Shakhtar llevó sus partidos al Estadio Olímpico de Kiev, el más grande del país con capacidad para 70.050 espectadores. Allí ha jugado desde entonces, incluidos dos partidos contra el Real Madrid: uno en la fase de grupos de la Champions League 2020/2021 (2-0 sin público) y otra en la misma fase de la 2021/2022 (0-5).

Legia-Real Madrid, en el Estadio del Ejército Polaco. GETTY
Legia-Real Madrid, en el Estadio del Ejército Polaco. GETTY

En Champions League tuvo que buscar 'asilo' fuera de Ucrania. Lo encontró en Polonia, más concretamente en Varsovia. En esta ciudad está concentrado el Shakhtar desde el pasado jueves, ya que tras jugar en el Bernabéu fueron directamente a Polonia, sin pasar por Ucrania. Negoció con el Legia disputar en su campo los encuentros de la máxima competición continental esta temporada ante la inestabilidad que vive su país. Hace de local en el Estadio del Ejercito Polaco, donde el Real Madrid jugará mañana y donde ya jugó un partido contra el Legia en 2016 (a puerta cerrada por sanción a los locales).

Sin fecha de regreso

La peor noticia para el Shakhtar y para el pueblo ucraniano es que el conflicto no tiene visos de terminar pronto. La invasión rusa ha complicado la situación hasta tal punto que la liga del país, resistiéndose a la suspensión, solo se juega en siete ciudades, todas ellas en el este, lejos de la zona más 'caliente': Kiev, Lviv, Odesa, Uzhgorod, Kovalivka, Petrove y Mynai. Algunos de los campos eran, hace no mucho, centros en los que dar asilo a refugiados. Los del Shakhtar se mantienen en el Estadio Olímpico, pero ninguno de los partidos se está disputando con público ante el riesgo de ataques aéreos por parte del ejercito ruso.

Existe un fuerte protocolo de seguridad. Todos los partidos son supervisados por el ejercito y los estadios tienen una alarma antiaérea que, una vez suena, obliga a todos los participantes del encuentro a meterse en un búnker, también obligatorio en los campos (nunca a más de 500 metros). No es extraño que los partidos se paren por el riesgo de un ataque ruso. Además, los horarios cambian dependiendo de la situación bélica en cada momento. Una inestabilidad que hace de la Permier League Ucraniana una competición difícil e impredecible.

Momento para el talento joven ucraniano

Esta situación, que empezó en 2014 y que se ha ido agravando con el tiempo, ha provocado que la mayoría de extranjeros abandonen el país. El Shakhtar ha visto como todos sus jugadores brasileños, que habían sido la base del proyecto en este siglo XXI, se han marchado. Han conseguido la cesión de Lucas Taylor, procedente del PAOK de Salónica. Tienen otros dos extranjeros en la plantilla: el croata Djurasek y el burkinés Lassina Traoré.

Once del Shakhtar contra el Celtic. GETTY
Once del Shakhtar contra el Celtic. GETTY

Una situación inusual que el equipo minero está salvando sobre el terreno de juego. En Champions se mantiene segundo del grupo tras haber sumado cuatro puntos en tres jornadas. En el torneo doméstico está invicto con cuatro victorias y un empate para ocupar la segunda posición de la clasificación, detrás del Dnipro. Ha encontrado soluciones en jugadores ucranianos de mucho talento como Trubin, Sikan o Mudryk. En su nueva 'casa', con el apoyo de muchos refugiados ucranianos que han tenido que establecerse en Varsovia, tratarán de darle una alegría a su gente.