Cañizares desvela algún detalle más de la táctica 'secreta' de Lunin en la tanda de penaltis contra el Manchester City: "Kepa lo recordó..."
El tertuliano profundizó en la actuación del meta ucraniano, que se vio "obligado a quedarse quieto" en un lanzamiento.

Real Madrid y Manchester City se enfrentarán de nuevo en la Champions League, en lo que ya es un nuevo clásico de la máxima competición continental. El cruce, repetido en las tres últimas ediciones, llena de picante el sorteo y, también, la temporada de ambos clubes, con más altibajos que de costumbre.
En la habitual tertulia posterior al sorteo de Movistar Plus+, Cañizares aprovechó para desvelar algún detalle más del último enfrentamiento entre blancos y citizens. Tuvo lugar en abril del curso pasado, cuando Rüdiger, desde los once metros y en una tanda de penaltis agónica, superó a Ederson en el Etihad Stadium. Antes, eso sí, Lunin detuvo dos penas máximas: la primera, a Bernardo Silva y la segunda, a Mateo Kovacic. El disparo del portugués, lanzado al centro, catapultó al portero ucraniano y puso en valor su poso e intuición en un momento de tensión máxima. El exmeta del Valencia, también con pasado en la entidad merengue, adelantó: "Voy a confesar algún detalle más, la intrahistoria, ahora que puedo...".
"Lunin lo tenía previsto [hablando sobre quedarse quieto en el medio en un lanzamiento]... Decidieron quién era el jugador para quedarse quieto y eligieron a Bernardo Silva porque Kepa, que había jugado en la Premier League, recordó que Bernardo había tirado alguno así [al centro]", inició el tertuliano de Movistar Plus+. El relato se ciñe a lo que ocurrió, con Lunin quieto e impasible en el lanzamiento del luso, centrado y a una altura poco exigente. El rostro del internacional portugués, después de errar su pena máxima, fue de incredulidad.
Del mismo modo, Cañizares destaca la valentía de Lunin, pues "no es fácil" quedarse quieto en momentos de máxima tensión en los que el cuerpo e incluso la intuición llena a los porteros a vencerse a uno de los lados, normalmente al de seguridad. En el caso de Bernardo Silva, por ejemplo, lo normal hubiera sido que el ucraniano apostase por tirarse a su izquierda (derecha del luso). "Le tuvieron que convencer porque para un portero en esa situación no es fácil quedarse parado", explica.
Sin embargo, el mérito no fue solo de Lunin. Kepa, suplente en aquel momento, recordó que Bernardo Silva, uno de los lanzadores del cuadro mancuaniano, acostumbraba a lanzar sus penas máximas al centro, a una altura normal. Llopis, entrenador de porteros, fue el encargado de convencer al ucraniano, que ya había realizado paradas de mérito en el encuentro y se creció desde los once metros, en un escenario imponente que, gracias a varias intervenciones de nivel, hizo suyo. "Fue un trabajo de equipo, de Llopis, Kepa y Lunin", sintetiza Cañizares.