Ander Herrera y el "error" que viene arrastrando el PSG en la Champions: "La hemeroteca es muy mala"
El centrocampista analiza sus años en la capital francesa, en los que coincidió con Messi, Neymar y Mbappé en un equipo al que se le examina por su rendimiento continental.
Ander Herrera es un libro abierto. Sus experiencias en Zaragoza, Athletic Club, Manchester United y PSG le permiten conocer bien los entresijos del fútbol y hablar con conocimiento de causa de un mundo que, cada vez más, pulsa los éxitos y fracasos en función de los títulos. Una realidad que en París, que esta noche se recibe al Atlético de Madrid, se ha multiplicado en los últimos años, donde la Champions se ha convertido en una obsesión que arrasa con todo. Por allí han pasado muchos entrenadores de primer nivel que han dejado el club con la cruz de no haber levantado la Orejona. Una paradoja para una entidad que nunca la ha ganado y la única vez que la rozaron fuese en 2020, precisamente con Herrera como timón de un centro del campo que soñó con un título que acabó ganando el Bayern de Múnich de Hansi Flick.
La presión se sentía. Lo reconoce el jugador del Athletic. Más, incluso, que en una entidad con la historia del Manchester United. "Era absolutamente desproporcionada", responde Herrera en cuanto se le pregunta por ello. No lo duda. "Yo lo sentía", dice, haciendo una comparación cruda: "Empezaba la competición y, junto con el Real Madrid, quizá éramos los únicos que teníamos la obligación de ser campeones de Europa. Habiendo ganado cero. La obligación era enorme", reflexiona el centrocampista, que atendió a Relevo hace unas semanas y aceptó recordar su etapa en París como cierre de aquella entrevista en la que desgranó su momento actual.
En ese sentido, Herrera tiene claro qué momento fue clave y marcó la vara de medir el rendimiento parisino en los años siguientes. Lo hace de manera elegante, sin ningún reproche y recordando lo bien que le trataron y, en más de una ocasión, poniendo por encima de todo la buena experiencia de sus tres años en la capital francesa. "Me parece un club súper elegante y estoy súper agradecido con Nasser (Al-Khelaifi), del que además me llevo un gran trato, pero creo que cuando llegó la nueva propiedad a París, poner en la primera rueda de prensa el objetivo de ganar la Liga de Campeones fue un error". Desde ese momento, la exigencia fue máxima.
"Seguro que lo hicieron desde el corazón y con la mejor de las intenciones, pero no puedes… Todavía en aquel entonces no eran ni el equipo más laureado de Francia y te estás poniendo una meta que luego la hemeroteca es muy mala y te va a castigar por ello si no lo consigues", analiza años después de aquella puesta de largo. Fue en junio de 2011 cuando el fondo catarí se hizo con el PSG y, tras una temporada en la Europa League con fichajes ya de relumbrón como Javier Pastore, iniciaron un proyecto muy ambicioso. Un proyecto que ha ido sumando entrenadores y súper estrellas siempre en busca de reinar en la máxima competición continental. "Es necesario ganar la Champions de aquí a cuatro años", repitió Al-Khelaifi en 2014.
Declaraciones muy ambiciosas y que demostraban el potencial de un club que ha reinado sin discusión en la Ligue1 con diez títulos -hasta su llegada solo habían ganado 2-, además de otros 23 trofeos entre Copa, Copa de la Liga y Supercopa francesa. Sin embargo, una de las consecuencias indirectas de marcar la Champions como objetivo es que desde fuera se minusvaloren esos éxitos conseguidos por el camino. "Si ganas la Liga parece que es normal que la ganes porque tú dijiste que el objetivo era la Champions. Era exagerada la presión por ser campeones de Europa", puntualiza.
El cambio de rumbo con Luis Enrique
Hoy, el conjunto francés busca el éxito con Luis Enrique, tras una primera temporada del técnico asturiano que volvió a ser evaluada desde su rendimiento en la máxima competición continental. Pese a que solo las han alcanzado en tres ocasiones en estos años de poderío económico, las semifinales conseguidas el curso pasado también fueron poco para la crítica, aunque algo ha cambiado en el seno del club. Al menos, así lo entiende el entrenador español. "Nunca había sido una de mis opciones el PSG por esa política de fichar a los mejores jugadores. Creo que hay un cambio muy claro y así me lo han expresado. Básicamente, quieren hacer un equipo", asegura 'Lucho' en el comienzo de su documental "No tenéis ni p*** idea".
También recuerda esta afirmación como cierre del trabajo audiovisual, ya con la marcha de Mbappé segura: "Tener un jugador que se movía por donde él quería implica que hay situaciones del juego que yo no controlo. El año que viene -por esta temporada- las voy a controlar todas. Todas, sin excepción". "Nuestro equipo dependía de individualidades, ahora no", ha dicho también recientemente, considerando que sin grandes figuras en la plantilla puede trabajar en un bloque y en un sistema coral que se asemeja más con su idea de fútbol.
Ander, aunque respeta mucho al exseleccionador español y así lo afirma antes de responder, tiene claro que incluso con Neymar y Mbappé en la plantilla, y más tarde con Leo Messi, sí había un trabajo coral. "Lo entiendo y él pone sus normas, para eso es el entrenador del equipo, pero yo sí creo que teníamos un equipo. Es imposible ganar títulos o ser subcampeones de la Champions sin ser un equipo".
Razona su respuesta aferrándose a la mejor temporada de la historia del club, en la que el bilbaíno estuvo presente como pieza fundamental en el centro del campo: "Fuimos campeones de Copa, de Copa de la liga, de la liga y subcampeones de Europa. Tengo un respeto máximo por Luis Enrique, pero desde mi punto de vista sí teníamos un equipo".
Una delantera histórica
Él sabe bien, como centrocampista, lo que suponía jugar en una plantilla con tres de los mejores jugadores del mundo en la zona ofensiva. Y también, claro, cuál era su rol en ese equipo. "Como centrocampista sabes, y yo lo he tenido claro en mi carrera y creo que me ha ido bien, que tenía que poner mis cualidades al servicio de los jugadores diferenciales del equipo. Me pasó en Manchester y en París, y yo creo que siempre he conseguido ser importante allí donde he ido por eso, porque he tenido claro que tenía que poner todo mi trabajo al servicio de ellos".
Recuerda como "un lujo" el hecho de haber podido compartir vestuario con estrellas de la talla de Neymar, Messi y Mbappé, pero también Rooney, Di María, Ibrahimovic, Pogba, Verrati… De hecho, prefiere ni hacer el 'juego' de formar el mejor once de excompañeros por la dificultad que entraña y por no dejar fuera a jugadores irrepetibles. "No me quedo con anécdotas, sino con el global de jugar con ellos. Con la humildad de Leo, que siempre lo voy a decir, o con Neymar, que es un tipo súper divertido. Con Kylian compartí menos por un tema de edad y de procedencia, porque él tenía sus amigos franceses, pero también tuvimos una relación de respeto y de cariño en el día a día. Me quedo con todo eso, con las experiencias que he vivido".
Aun así, recordando, en lo futbolístico se queda con lo que Messi le sorprendía cada día. "Un día me acuerdo que durante un entrenamiento no falló un solo pase ni en los reducidos ni en los rondos. Se los conté. No entró al rondo en todo el entrenamiento. Por eso es lo que es". Una anécdota más de una carrera repleta de experiencias con los mejores del mundo y que le permiten hablar con conocimiento de causa. También de un PSG que, ya sea por aquella rueda de prensa o por la ambición que reina en París, volverá a ser evaluado por su papel en esta nueva Champions.