ITALIA

Cesc Fábregas, reencuentro con Buffon... pensando la retirada

Como y Parma se enfrentan en un duelo que tendrá a dos campeones del mundo sobre el césped.

Cesc Fàbregas marca el penalti en la Euro 2008. /
Cesc Fàbregas marca el penalti en la Euro 2008.
Matteo Moretto

Matteo Moretto

Cierre los ojos por un momento y retroceda a 2008, cuando un penalti cambió la historia reciente de España. Junto al balón, desde los once metros, el número 10: Cesc Fábregas. Frente a él, el campeón de la Azzurra, Gianluigi Buffon.

Cesc, glacial, marcó, desequilibrando la balanza del destino en favor de La Roja, que ganó con merecimiento aquella Eurocopa, lo que significó el primer trofeo para los selección ibérica desde 1964. Por su sobresaliente labor, Fàbregas fue incluido en el Equipo Ideal del Torneo, seleccionados por el Equipo Técnico de la UEFA.

El fino hilo que unía a Fàbregas con Italia continuaría en años posteriores. Por ejemplo en 2012, de nuevo durante la Eurocopa, la disputada en Ucrania y Polonia. En el minuto 64 del partido entre España e Italia, Cesc Fábregas, tras una asistencia de David Silva, batió a Gianluigi Buffon, marcando el gol del empate en el estreno de la competición.

Pues bien, ahora puede abrir de nuevo los ojos y volver al presente. Y se encontrará, por arte de magia, de nuevo a Fábregas contra Buffon, esta vez en la Serie B italiana, en un Como-Parma que tendrá un marcado sabor europeo. Fabregas, 36 años en mayo, Buffon, 45 en enero.

La temporada de Fábregas en el Como no está siendo una de las mejores de su carrera. Es más, quizás el español hubiera esperado un poco más tanto de la temporada, del club y, sobre todo, de sí mismo: 14 partidos jugados, 691 minutos en total y dos asistencias no es lo que hubiera imaginado a principios de año. El Como es actualmente undécimo, con 36 puntos, y debe preocuparse más por no descender que por otra cosa.

Fábregas, a día de hoy, no tiene claro si seguirá jugando al fútbol a final de temporada. Es una cuestión de motivación. El español se está planteando seriamente si dejarlo, y quizás iniciar una carrera como entrenador, que es un pensamiento cada vez más fuerte en su cabeza. Las próximas semanas serán sin duda decisivas. Primero, sin embargo, le toca desafiar a Buffon. Un reto interminable que es bueno para los románticos del fútbol y los jóvenes que sueñan con una carrera así.