OPINIÓN

Casillas tiene un problema porque Piqué no va a estar todas las semanas para hacerle el programa

Iker Casillas, en su podcast con Gerard Piqué/Youtube
Iker Casillas, en su podcast con Gerard Piqué Youtube

Iker Casillas se ha lanzado esta semana al mundo de YouTube con un programa de entrevistas. Viendo el formato del primer episodio, con Gerard Piqué de invitado, uno diría que es más bien un podcast… solo que en vídeo, lo cual tiene bastante sentido porque a la gente le gusta ver a los famosos y no solo oírlos sin más. El que probablemente haya sido el mejor portero de la historia del fútbol español -si alguien se siente ofendido y prefiere a Iríbar, Zamora, Ramallets o cualquier otro, adelante- nunca ha destacado por ser demasiado locuaz fuera del campo. Más bien, lo contrario. Encontrarlo en este formato es cuando menos sorprendente.

Eso no quiere decir que salga mal parado. No en este primer capítulo. Seamos sinceros: el vídeo-podcast tiene carencias. Un aire algo decadente, impropio de una gran estrella. En los primeros nueve minutos, el propio Casillas ya hace publicidad de dos de sus patrocinadores -un negocio de compraventa de coches y un banco de inversión- y deja el "product placement" de otros dos -una marca de vinos y un grupo de alimentación especializado en bollería- en lo que parece una estrategia de marketing algo aleatoria.

Más allá del exceso a la hora de vender cosas, choca lo poco centrado del objetivo. ¿A quién va dirigida esa publicidad? ¿Se ha dedicado Casillas simplemente a aceptar las ofertas que le han llegado y a tirar para adelante? Es de esperar que, si en el futuro el programa va bien, consiga menos patrocinadores, pero más consistentes… y que no requieran que el campeón del mundo y de Europa mire a la cámara y cuente sus virtudes. Resulta poco convincente como actor. No debería prestarse a ello.

Piqué quiere hacerle al fútbol lo que le hizo a la Copa Davis

En cuanto al primer capítulo, hay que reconocer que se pasa un buen rato. El invitado, mediáticamente, es de primera categoría. La relación de amistad entre Piqué y Casillas se nota y eso hace que ninguno esté a la defensiva, sobre todo conforme va pasando el tiempo. Tampoco es que Piqué sea de los que necesita un gran grado de confianza para contar lo que piensa, pero, en fin, Casillas sabe lo que preguntar porque intuye que las respuestas tendrán enjundia y eso nos beneficia a todos.

Lo que más se destaca de su actuación como entrevistador -lo hace el propio entrevistado- es que deja hablar. Eso está bien cuando el otro dice cosas interesantes o, en general, cuando el otro tiene mucho interés en que la entrevista vaya bien. Ya le voy diciendo yo que no siempre pasa. Piqué dejó infinidad de titulares para su amigo, metiéndose en el tema de los árbitros, la prensa, el Madrid, el Barça, la selección… y, sobre todo, las reformas que él haría en el mundo del fútbol para que los jóvenes no se entretengan con el iPad en medio de los partidos.

Las propuestas, en general, eran disparatadas y venían a demostrar por qué Cosmos casi se carga definitivamente una Copa Davis que ya agonizaba. Siguen el patrón de "echemos a todos los aficionados a los que aún les gusta esto, llamémosles rancios y antiguos, y hagamos otra cosa para la que aún no tenemos público". En fin, es Gerard Piqué y no puede dejar de crear. Alguna vez dará con la tecla y será maravilloso.

Los silencios de Iker

Por lo demás, y volviendo a Casillas, la duda que me deja es si sus silencios son intencionados o no. Me explico: frente al perfil de entrevistador incisivo, que comprueba todas las respuestas e interrumpe cada dos por tres, yo también prefiero al que escucha y deja que el espectador saque sus conclusiones. El asunto es que para eso tienes que tener a un Piqué delante y esos no abundan en el mundo del deporte. Salvo que Casillas decida convertir su podcast en "El Hormiguero" y empiece a llevar a Revillas, Callejas y compañía, lo normal es que los exfutbolistas sean gente poco expresiva.

¿Encajará el ritmo pausado de Casillas en un medio por lo general acelerado y con un invitado más tranquilo? Supongo que Vicente del Bosque pasará tarde o temprano por ahí y lo averiguaremos. Mientras tanto, disfrutemos de este primer capítulo y deseemos lo mejor. Básicamente, porque son productos poco habituales y que necesitamos. Está bien que nuestros ídolos se nos acerquen y acerquen de paso a otros ídolos ajenos. Casillas forma parte de la "edad de oro del deporte español" y tiene muchas historias que contar. Cosas que, ya sabemos, nunca le contaría a un periodista.

Soñemos también con los invitados que pueden pasar por ese sillón y, especialmente, fabulemos con un reencuentro con José Mourinho. Eso sí que dispararía las audiencias. Pasados más de diez años de su sonado enfrentamiento, juntarse con el portugués sería un triunfo que, efectivamente, solo él puede lograr. Hágase y disfrutémoslo. Que corra el vino.