Lo que Netflix cuenta de LaLiga: Depay con una mujer abanicándole la cara, Bellerín y la boloñesa de tofu y el Madrid, como siempre, trapa cerrada
Ocho episodios y un puñado de historias ven hoy la luz en el esperado documental de Netflix LaLiga: Más allá del gol. El carrusel de protagonistas es variado, pero no completo. Los aficionados de Almería, Granada, Alavés, Rayo, Las Palmas, Mallorca y Valencia no verán a nadie de sus equipos. Tendrán que esperar a la siguiente temporada. Tampoco los del Madrid, que siempre cierra las puertas a cualquier propuesta que venga desde el despacho de Tebas. Lógicamente, el producto final se resiente sin Bellingham, Vinicius, Florentino o Ancelotti.
Las mejores narrativas tienen que ver con Mendilibar y su adiós al Sevilla; Muniain y las últimas noches como jugador del Athletic; el temporadón del Girona a través de su líder, Míchel, y los vaivenes de Xavi dentro de la trituradora azulgrana, aunque su discurso no sorprenda porque ya lo verbalizó antes de irse del Barça. Sorprende Budimir aprendiendo a tirar al plato junto con David García. O el Tiburón Ferrán con su psicólogo tomando mate.
Escenas pintorescas, pero poco profundas. En líneas generales falta verdad para ser un behind the scenes. Está todo extremadamente medido, con un decorado pintón, pero sin tripas. Mucha cuota para llegar a todos, más cerca de los biopics de las plataformas para mayor gloria de su personaje que de un documental con valor informativo. Lo mejor, cómo el Sevilla muestra abiertamente las diferencias internas. Lástima que esa línea no se siga en otras historias. No debe ser fácil, tampoco, todo sea dicho.
En tanto metraje también hay planos o escenas llamativas. Aparece al principio de la serie Depay, vendiéndose como una estrella más allá del fútbol, en una grabación de lo que se intuye un videoclip. Son apenas dos instantes, en los que mientras ve el móvil, una mujer le está abanicando. Se deduce que tendrá que ver con que no sude antes de ponerse delante de la cámara, pero la imagen destila una aristocracia y una altivez que tiran para atrás.
Se contrapone con Héctor Bellerín, la normalidad convertida en futbolista, el jugador que va a entrenar en bici (marca Peugeot) y que reivindica esta manera de vivir: "No necesito venir en Lamborghini a entrenarme y no juzgo a quien lo haga. Pero son pequeños detalles que a mí me hacen sentir mejor". Aparece también en una tasca sevillana, cerrada para grabar con tranquilidad, en la que habla de su alimentación mientras se toma una caña: "Soy vegano desde hace seis años. A mí me desapareció la inflamación de los tobillos. Fue mi experiencia", cuenta, a la vez que recuerda cómo en su primer día en el Betis pidió una boloñesa de tofu "y ahora la ponen todos los días".
En definitiva, falta punch, sin conseguir subir el nivel de su antecesora Six Dreams (que emitió Amazon Prime). Una lástima, porque el campeonato alberga detrás del telón mucho más de lo que revela LaLiga: más allá del gol.