Bebé se disfraza otra vez de salvador y deja sin dos puntos a la Real en el minuto 90
Mikel Oyarzabal, con un doblete, remontó el tanto inicial de Mumin, pero un latigazo del portugués desde fuera del área evitó el triunfo de los realistas
Sadiq Umar se quedó a escasos centímetros de haberse convertido en el héroe de la Real, pero su remate de cabeza, con todo a favor, no encontró portería. Traoré le había puesto un caramelo, pero el atacante hizo lo más difícil: mandarla fuera. Los gestos de desesperación del nigeriano sobre el verde eran ostensibles, dejando bien a las claras la oportunidad desperdiciada. El que no falló siete minutos antes fue Bebé, que, desde fuera del área, con un latigazo de los suyos, hizo estallar de alegría Vallecas. No era para menos. En el minuto 90 el marcador reflejaba un 1-2 a favor de la Real, pero el conjunto blanquiazul se quedó con la miel en los labios. El atacante luso, como la semana pasada, acudió al rescate de los suyos para salvar los muebles. Solo llevaba cinco minutos sobre el terreno de juego.
La Real acudió a Vallecas con la intención de romper la mala racha que venía protagonizando en sus visitas a Madrid. Sus últimas tres derrotas en Liga las había encajado en la capital. Una en el Bernabeú y las otras dos en el Metropolitano. Por lo menos, no se fue de vacío. Pese al bajón que supuso el tanto de Bebé, el partido de Vallecas confirma que Mikel Oyarzabal está de vuelta. Y esa es la mejor noticia para la familia blanquiazul. Después de arranque con muchas dudas, el '10' de la Real vuelve por sus fueros. Él mismo ha reconocido en infinidad de ocasiones que no estaba bien, que seguía trabajando para ser el Oyarzabal de antes de la lesión. Parece que lo ha conseguido. Dos goles suyos, el últimos desde el punto de penalti, sirvió para que la Real soñara con alzarse con los tres puntos después de que el Rayo se adelantara en el marcador con un tanto de Mumin. Bebé lo impidió al final.
Imanol Alguacil, plenamente consciente de la dificultad que siempre tiene asaltar Vallecas, pero también del cansancio acumulado por una plantilla que viene de hacer grandes esfuerzos y partidos, optó por alinear un once totalmente reconocible, con dos únicos cambios respecto al histórico triunfo en el Estadio Da Luz de Lisboa. El oriotarra, así las cosas, optó por dar descanso a dos de sus pilares como son Robin Le Normand y Mikel Merino para dar entrada a Pacheco y a Turrientes. El equipo no lo notó en exceso. De hecho, estuvo muy cerca de ponerse por delante en el marcador muy pronto. Lo evitó el larguero de la portería defendida por Dimitrievski. Un mal control de Lejeune lo aprovechó Kubo para adelantarse al defensor galo al que no le quedó otro remedio que llevarse por delante al nipón. Oyarzabal la tocó el corto y el zapatazo de Brais se estrelló contra el travesaño. Era el primer aviso del equipo blanquiazul.
Sin embargo, fue el Rayo el primero en encontrar el premio y lo hizo Mumim, que no todavía no sabía lo que era marcar con el Rayo en los 20 partidos que había jugado hasta la fecha. De hecho, no veía puerta desde febrero de 2020 cuando defendía los colores del Nordsjaelland danés. El central africano se aprovechó de un despeje de Remiro a una falta desde su casa de Lejeune para batirle con un tiro raso. La pelota se le introdujo por debajo de las piernas al portero de Cascante, que unos minutos antes ya tuvo que emplearse a fondo para desbaratar el intento de Álvaro. No hubo que esperar mucho para ver a la Real reaccionar.
Ander Barrenetxea sigue de dulce. Nunca antes se había visto una versión como la que está ofreciendo el realista actualmente. En la entidad blanquiazul tenían claro que el día que las lesiones le respetaran, iba a sacar a relucir todo el potencial que se le presuponía en categorías inferiores. Y así está siendo en una temporada, en lo personal, para enmarcar. El donostiarra ha dejado atrás todo el calvario de males sufrido en pasados campeonatos para convertirse en una referencia en el juego ofensivo del equipo dirigido por Imanol Alguacil. Barrenetxea se ha convertido en titular indiscutible y su equipo está sacando partido de su estado de forma. Cada vez que entra en contacto con el balón, peligro seguro. Se sacó de la chistera un pase magistral con la izquierda que no dudó en aprovecharlo Oyarzabal. Gol a piernas cambiadas. Barrene con la izquierda y el capitán, con la derecha.
La reacción de la Real no se quedó ahí. Un centro de Take Kubo, otra vez un quebradero de cabeza para los defensores rivales, golpeó en la mano del Pacha Espino. Busquets Ferrer no lo dudó. Penalti. Mikel Oyarzabal no perdonó. La remontada era un hecho. Parecía que la Real iba a romper su mala racha en Madrid, pero nada más lejos de la realidad. El Rayo puso toda la carne en el asador y Francisco sacó al terreno de juego todo su potencial ofensivo: Camello, Falcao, De Frutos y Bebé. Camello avisó en el 89,' pero Remiro, con una parada de lujo, evitó el tanto del Rayo. No perdonó, sin embargo, Bebé, que se ha convertido en el salvador de los suyos últimamente. Sadiq Umar tuvo la última, pero su cabezazo se marchó fuera. No se lo podía creer.
FICHA TÉCNICA
Rayo Vallecano: Dimitrievski, Balliu, Lejeune, Mumin, Espino (De Frutos, 79'), Ciss (Falcao, 79'), Unai (Camello, 70'), López, Isi, Trejo (Kike Pérez, 70'), Álvaro, Raúl de Tomas (Bebé, 85')
Real Sociedad: Remiro, Traoré, Zubeldia, Pacheco, Aihen, Zubimendi, Turrientes (Olasagasti, 79'), Brais, Barrenetxea (Momo Cho, 58'), Kubo (Sadiq, 79') y Oyarzabal (Zakharyan, 89')
Goles: 1-0: Mumin (32'); 1-1: Mikel Oyarzabal (41'); 1-2: Oyarzabal. De `penalti (68'); 2-2: Bebé (91')
Árbitro: Mateo Busquets Ferrer. Amarillas para Lejeune (12'), Álvaro (66'), Turrientes (71') y Zubeldia (73')