La profundidad a toda velocidad es el símbolo diferenciador del Atleti
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Este Atleti, en espera de rivales de más duro pelaje, no corre, vuela. El contrario que le deje desarrollar su juego de profundidad está muerto. Se llame como se llame y se coloque sobre el campo como se coloque. Simeone ha convencido a sus jugadores de que no hay camino más corto para llegar al gol que la línea recta. Nada de arabescos, ni de masticar el juego. Control y pase o conducción. Lo que toque en cada momento. Por las bandas, por pares: Molina-Giuliano y Galán-Lino. Por dentro, con De Paul y Julio Álvarez. Griezmann ejerce de lanzador cerca del área rival y Koke intenta poner el tapón en la suya. La titularidad del capitán contra el Getafe anuncia que en el Bernabéu el sábado jugará Barrios.
Jugar en profundidad además de eficaz es estético. Gusta. Entra por los ojos tanto como cuatro pases seguidos en el juego asociativo. Le gusta al aficionado rojiblanco que su equipo se despliegue a toda velocidad y explote el contraataque. Los más preparados saben incluso que, históricamente, los suyos, desde los tiempos de Marcel Domingo y Max Merkel, principios de los 70 del siglo pasado, y después con Luis Aragonés siempre apostaron por este estilo futbolístico que, simplemente, necesita jugadores que sepan interpretar sus roles.
Quien mejor lo entiende, sin duda, es Giuliano Simeone. De hecho, él solo sabe jugar en perpendicular. No le pidas que frene, ni le meta pausa a su vuelo sin motor. En esa banda sus compañeros de fatigas son Molina o Llorente. Otros dos galgos que necesitan un poco más distancia para llegar desde el lateral. En la otra banda, partidos como este contra el Getafe confirman que Javi Galán, además de haberse convertido en imprescindible, con quien mejor se entiende es con Lino. Entre los dos, además, si existe la pausa, la que pone el brasileño entre carrera y carrera.
Poca historia se puede sacar del partido como tal. El Getafe hizo acto de presencia por no caer en la incomparecencia, pero no pareció en ningún momento un equipo de Bordalás. El Atlético ya estaba en semifinales al cuarto de hora del partido por lo que a la hora de encuentro Simeone ya pudo comenzar a dar descansos pensando en el derbi. Hasta se permitió el gusto de cambiar de sistema y pasar a los tres centrales. Como si se hubiera comprometido consigo mismo a que en la mayor parte de los partidos que pueda utilizará sus dos modelos tácticos y así presumir de pizarra de dos caras. El momento de De Paul continúa siendo excelso. Es el Pedri del Atleti. El gran organizador que le falta al Madrid.