Fernando Alonso, Honda y un sinfín de ilusiones rotas: recordando los tres años más duros de su carrera

El futuro de Aston Martin se escribe en japonés. El equipo de Silverstone ha llegado a un acuerdo para ser la estructura oficial de Honda a partir de la temporada 2026, cuando entre en vigor la nueva normativa de motores para la Fórmula 1. El fabricante nipón no ha querido descartar la presencia de Fernando Alonso como piloto, pese a que su anterior etapa juntos fue una suma de falta de fiabilidad, malas decisiones y mucha frustración. ¿Qué paso de 2015 a 2017 y por qué Honda llegó a vetar al asturiano durante los años posteriores?

El regreso de la asociación McLaren-Honda -con la que el equipo británico fue campeón del mundo de constructores y de pilotos con Ayrton Senna y Alain Prost- llevó a Alonso a dejar atrás sus años en Ferrari para regresar al equipo del que salió tras una temporada de alta tensión en 2007. Pero las flores no volvieron a florecer en Woking y él no pudo emular a su ídolo brasileño.

Desde los primeros test juntos, una riada de problemas castigó al nuevo motor Honda V6 híbrido. Los japoneses quisieron entrar a competir contra los asentados Ferrari, Renault y Mercedes, que les llevaban tres temporadas completas de ventaja. Y su especial filosofía de trabajo requería de tiempo, algo que ni McLaren ni Alonso tenían.

Aunque los inconvenientes en las primeras pruebas -se les permitió rodar en los test post temporada del GP de Abu Dhabi- eran esperables, lo cierto es que la pretemporada de 2015 fue un auténtico calvario para Fernando Alonso y Jenson Button. De hecho, el asturiano sufrió un extraño accidente en la curva 3 a derechas en el segundo día de test en Barcelona (aquel año las pruebas se repartieron entre Jerez y Montmeló). Tuvo que ser evacuado en helicóptero, se perdió la primera carrera del año y las circunstancias del incidente nunca quedaron claras, aunque la versión oficial fue que una fuerte ráfaga de viento inesperada había empujado al MP4-30 contra el muro interior de la curva (la no oficial, que sufrió una electrocución).

Con el inicio de la acción real, la situación no mejoró, y en las primeras dos carreras solo en una ocasión (Button, 11º en Australia) un McLaren vio la meta. Durante aquella primera temporada, el increíble quinto puesto de Fernando Alonso en Hungría y el sexto del piloto inglés en Austin fueron las actuaciones más destacadas. Un total de 9 abandonos se debieron al motor Honda, así como cuatro problemas en clasificación durante las 19 carreras de la temporada. El equipo acabó penúltimo en la clasificación general y sus dos pilotos solo pudieron superar a los de Marussia, el farolillo rojo.

Fue aquel año, en el GP de Japón, en Suzuka, carrera de casa para Honda, cuando Fernando Alonso pronunció unas palabras que calaron hondo en el fabricante nipón. "Motor de GP2. Vergonzoso. Muy vergonzoso", pronunció el español en la radio del equipo cuando Max Verstappen, entonces en Toro Rosso, le pasó a mitad de carrera a final de recta.

La temporada 2016 mejoró la fiabilidad del propulsor Honda y se llegó a una "situación más normal", en palabras del bicampeón del mundo español. En la segunda mitad de año no hubo ningún abandono por problemas del motor y esto, unido a los dos quintos puestos de Alonso (Mónaco y EE UU) le permitió acabar 10º el Mundial. Eso sí, volvió a recordar el fatal 2015 cuando en los segundos libres del GP de Brasil tuvo que parar el coche por un fallo del sistema eléctrico del motor y regaló aquella famosa imagen tumbado en la hamaca de un comisario.

McLaren concluyó sexto en la general de constructores lejos del fondo de la parrilla y en la mejor de las tres temporadas del siglo XXI con Honda. Aun así, las opciones de luchar por algún podio nunca estuvieron encima de la mesa.

2017 era el año en el que todas las partes tenían depositadas sus esperanzas de levantar el vuelo. Pero el inicio de la pretemporada, con problemas en el motor de combustión interna y en el depósito de aceite, complicaron la vida a un equipo que volvía a lucir el naranja papaya que había dejado de lado tanto tiempo atrás. Solo completaron 1.900 km, frente a los 5.000 de Mercedes.

Los problemas se fueron sucediendo a lo largo del año y Alonso tuvo que sufrirlos incluso en su gran reto de las 500 millas de Indianápolis con el equipo Andretti Autosport y el motor Honda, fabricado en EE UU. Para ello se perdió el GP de Mónaco, pero a 21 vueltas del final, cuando luchaba por la victoria, su propulsor dijo 'basta', tras haber liderado 27 giros y rodar cuarto en ese momento.

En la F1, los resultados fueron los peores de las tres temporadas juntos. Los primeros puntos no llegaron hasta la octava carrera y la fiabilidad volvió a castigar a Alonso y a su compañero, Stoffel Vandoorne, durante todo el año. En el GP de Japón, los responsables de Honda reconocieron "sentirse avergonzados" por un problema subsanable, de haberse detectado anteriormente, que provocó una fuga de agua en los libres.

Alonso acabó 15º, por delante de Vandoorne, y McLaren no pudo pasar del penúltimo puesto en el Mundial tras sumar solo siete de 20 carreras en los puntos. No había vuelta atrás y Honda y el equipo de Woking separaron sus caminos para 2018, año en el que los japoneses suministrarían a Toro Rosso antes de dar el salto a Red Bull en 2019. McLaren aceptó los motores Renault, con los que volverían a ser sextos en el Mundial y Alonso a pelear por el top 10 final (acabó 11º), aunque solo puntuaría en una de las nueve últimas carreras del año y dejaría la F1 los dos años siguientes.

Honda logró su primer podio con el V6 híbrido en la primera cita del año y en el GP de Alemania Max Verstappen logró su segunda victoria con ellos tras la de Austria. En redes, Honda pareció lanzar un 'dardo' a Alonso -"Lo ha hecho de nuevo. Son dos victorias de GP2 en 2019"-, aunque lo rectificaron instantes después.

La respuesta del asturiano, embarcado en el Mundial de Resistencia y las 24h de Le Mans con Toyota fue positiva: "Han hecho una gran mejora. Estoy contento de ver a todos los chicos con los que sufrimos al comienzo del programa siendo más competitivos ahora. También lo estoy por Renault. Creo que ambos han dado un muy buen paso adelante y el deporte se beneficiará en los próximos años".

Durante aquella temporada, se llegó a rumorear que Alonso podría volver a la F1 con Red Bull, después del pobre rendimiento de Pierre Gasly, pero el Dr. Marko, asesor del equipo de las bebidas energéticas, llegó a soltar: "El entorno de Alonso nos ha hecho saber su disponibilidad. Pero para Honda, Alonso es algo imposible".

Un año más tarde, a comienzos de 2020, el bicampeón español reflexionó en una entrevista con F1 Racing: "Ahora Honda gana una carrera y recibo un montón de mensajes diciéndome: 'El motor de GP2 gana ahora, debería ser un día triste para ti'. Estoy muy contento, pero el motor que yo tenía no era el mismo que ganó en Brasil. Si un piloto top pasa hoy por el rendimiento que yo pasé, no puedo imaginar lo que diría. En 2015 siempre estaba luchando por pasar la Q1 y acumulé 575 lugares de penalización. Dije cosas que pensaba y que creía, porque creía que eran la verdad".

Lo mismo ocurrió de cara a las 500 millas de Indianápolis 2020, el tercer y, por ahora, último intento de Alonso. Honda Performance Development, la división estadounidense del fabricante, tiró atrás el acuerdo que el español y Andretti Autosport tenían, después de que la central japonesa bloquease la participación del asturiano con sus propulsores. Finalmente, corrió con McLaren Arrows SP y motor Chevrolet para quedar 23º.

Tres años después, con Fernando Alonso de nuevo luchando por podios en la F1 con regularidad, su nuevo equipo, Aston Martin, ha acordado ser la estructura oficial de Honda a partir de 2026. Sus representantes han elogiado al español y le han dejado abierta la puerta en el caso de que siga interesado en la F1 a tres años vista. ¿Volverán a juntarse sus caminos?