CICLISMO

Qué es el pedal stroke en ciclismo

Conducir una bicicleta no depende solo intuición y osadía. También requiere de técnicas específicas que ayudan a ahorrar esfuerzo y potenciar la eficacia.

Etapa del Tour de Francia. /EFE
Etapa del Tour de Francia. EFE
Alejandro Lingenti

Alejandro Lingenti

Optimizar el rendimiento sobre una bicicleta requiere de algunas nociones técnicas. Empezando por el pedaleo, el movimiento más básico, que puede redundar en ahorro de esfuerzo y mayor eficiencia: un factor que en las competiciones profesionales resulta determinante.

El pedal stroke es un concepto muy importante para el ciclismo, tanto deportivo como urbano. La técnica y el enfoque pueden variar de acuerdo a los gustos y a las estrategias deportivas, claro: algunos pueden preferir un pedal stroke más suave y continuo, y otros ciclistas inclinarse por maximizar la potencia en ciertas fases específicas del recorrido del pedal.

Qué es el pedal stroke

Durante la iniciación en el mundo de la bicicleta, lo primero que se busca es mantener el equilibrio. Una vez conseguido ese primer objetivo, se establece intuitivamente un patrón motor para pedalear que no siempre es necesariamente el más adecuado.

El pedal stroke no es otra cosa que el recorrido del pedal, que obviamente depende del ciclista y de su técnica. Un pedal stroke eficiente implica maximizar la fuerza aplicada durante todo el círculo de pedal, no solo al empujar hacia abajo. Y se logra involucrando los músculos tanto en la fase descendente (empuje hacia abajo) como en la ascendente (cuando se levanta el pie de vuelta).

Los principiantes tienden a centrarse en la fase descendente, que es la fase de fuerza (de los 0 grados a los 180 grados de la circunferencia que dibujan las bielas, o bien de las 12 a las 6 de las agujas del reloj, para ser todavía más claros). Pero la de recuperación (de los 180 grados a los 360 grados, o de las 6 a las 12 de las agujas del reloj) también es muy importante.

Etapa del Tour de Francia.  EFE
Etapa del Tour de Francia. EFE

Lo ideal es coordinar los dos movimientos que se enlazan durante la fase de fuerza del stroke: una extensión de cadera unida armónicamente con la extensión de las rodillas. Los glúteos y los cuádriceps, músculos muy potentes, son los que intervienen en este movimiento. La técnica de pedaleo más adecuada es la que facilita que estos músculos se contraigan para empujar los pedales en dirección perpendicular al suelo en el momento adecuado de la circunferencia que dibujan las bielas.

El pedal stroke óptimo es el que mejor enlaza las fases de fuerza de las dos piernas, combinando de manera fluida la extensión de cadera y extensión de rodilla. Es importante que el talón pueda recorrer la fase de fuerza en una posición neutra respecto de la tibia, dado que condiciona la musculatura que intervendrá para extender la cadera y la rodilla. Mantener el talón alto en la fase de empuje es clave.

Conseguir apoyos estables sobre la bicicleta también es fundamental. Con esa base bien consolidada, es más fácil aprovechar bien el esfuerzo físico y ser eficiente en en una dinámica que empuje siempre el pedal hacia abajo en un movimiento armónico y controlado.