CICLISMO

Una noche en la Champions del ciclismo

Relevo vive en primera persona la manga parisina de la Liga de Campeones de pista, una competición en la que se ensayan las tecnologías que revolucionarán el deporte

La tercera manga de la UCI Track Champions League 2022 se disputó este sábado en París. /UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com
La tercera manga de la UCI Track Champions League 2022 se disputó este sábado en París. UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com
Fran Reyes

Fran Reyes

Hace una semana que Relevo visitó un templo del ciclismo en pista: el velódromo de Kuipke, sede de los icónicos e históricos Seis Días de Gante. "Cerveza y adrenalina máxima": el foso del velódromo, conocido como 'pelouse', atestado de aficionados que vitorean a hombres bala que, por el espíritu añejo del evento, podrían competir todavía con chichonera.

Este sábado, en cambio, estuvimos en el Vélodrome National de Saint-Quentin-en-Yvelines, una instalación futurista al sur de Versalles que acogerá las pruebas de ciclismo en pista durante los Juegos Olímpicos de París 2024, para vivir la tercera manga de la segunda edición de la UCI Track Champions League. El graderío está a tres cuartos de capacidad, notando que a la vez se disputa el Francia-Dinamarca del Mundial de fútbol. El público jalea y ovaciona con especial fruición a los franceses, como si estuviera en el Stadium 974 apoyando a los 'cocorico', mientras disfruta de un evento con música y luces de auténtica discoteca.

En los prolegómenos se proyectan vídeos sobre la pista, perfecta alegoría de este evento: revestir la madera (esencia, competición, tradición) con tecnología. En la 'pelouse', las zonas técnica y de calentamiento comparten espacio con diversos artificios de marketing y una zona VIP que ocupa casi un tercio de la instalación, plagada de invitados de tiros largos que se regalan copiosas cenas regadas con 'vin rouge'. El mismo deporte, otro rollo.

Un empujón a una disciplina en declive

La UCI Track Champions League nació el año pasado impulsada por Discovery Events, una de las ramas del conglomerado Warner Bros al que también pertenece Eurosport, en estrecha colaboración con la Unión Ciclista Internacional (UCI; federación internacional de ciclismo). En 2022 consta de cinco mangas, disputadas en fin de semanas consecutivos, en Mallorca, Berlín, París y Londres, donde se celebrará una doble cita conclusiva los próximos sábado y domingo. La vocación es revolucionar el ciclismo en pista, una disciplina completamente dependiente del movimiento olímpico para su viabilidad y supervivencia.

La colombiana Martha Bayona y la española Helena Casas se miden en la prueba de Velocidad Individual.  UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com
La colombiana Martha Bayona y la española Helena Casas se miden en la prueba de Velocidad Individual. UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com

"Ha aportado un nuevo concepto", explica Helena Casas (1988, Vila-seca), una de las 'pistards' más exitosas de la historia del ciclismo español y participante en la modalidad de Velocidad. "Es un formato atractivo, que engancha, con pruebas muy intensas y fáciles de seguir que además se suman con las luces, la música…" Su pareja competitiva durante muchos años, Tania Calvo (1992, Vitoria), ahora reconvertida a las carreras de fondo, se expresa en términos similares: "La dificultad del ciclismo en pista es que las pruebas resultan complicadas de entender, y eso hace perder la motivación al espectador", cuenta; "este programa de competición es más sencillo y dinámico, y eso engancha al espectador y aporta al ciclismo en pista la visibilidad que necesitábamos".

Todo en la UCI Track Champions League está pensado para cautivar la atención del espectador. Desde el nombre, para cuyo uso tuvieron que pedir permiso a la UEFA, hasta el esquema de competición, con pruebas del programa olímpico (Velocidad Individual y Keirin, para los velocistas; Scratch y Eliminación, para los fondistas) ligeramente retocadas o recortadas para mayor intensidad. "Un Scratch de 20 vueltas se puede hacer más duro que una Puntuación de 160", resopla Erik Martorell (1998, Barcelona), uno de los participantes más jóvenes del evento. "Son carreras hechas para el espectáculo".

A nivel competitivo, Martorell señala un aspecto en que esta Liga de Campeones se distingue de cualquier otro evento de ciclismo en pista: el ruido generado por el público y los efectos de sonido inherentes al espectáculo. "Si estás fuerte y vienes mentalizado, la atmósfera no te afecta. Si no estás tan en forma, es un añadido para sufrir más. Durante las carreras en sí estás concentrado y te puedes aislar del ruido, pero calentando genera mucho quebradero de cabeza". Ese ruido se expresa también en repercusión. "Yo no soy muy de redes, pero noto que cualquier publicación en la que hablo de la Champions consigue 200 'likes' en un rato". Y en las condiciones económicas: un ciclista que participa en esta serie de eventos toca, como mínimo, unos 3.000€ que puede incrementar mediante patrocinadores personales y primas ligadas a los resultados. Toda una ayuda dentro de una modalidad que malvive de becas y subvenciones.

Del metaverso a la telemetría

Prueba de Velocidad Individual. Tres sprinters, hércules musculados y explosivos equipados con futuristas cascos y bicicletas de flamante aerodinámica, se miden sobre tres vueltas en un concurso de astucia y vatios. El kazajo Sergey Ponomaryov arranca a traición y gana unos buenos metros de ventaja sobre sus dos rivales. Uno de ellos, el colombiano Kevin Quintero, logra con suspense culminar sobre la misma línea de meta una remontada que le permite avanzar de ronda. Bajo los sillines de ambos, de Ponomaryov y Quintero, destellan las luces rojas de dos dispositivos que hacen las veces de caja negra. De ellos mana el torrente de datos que desemboca, abreviado, en las pantallas LED que recubren la barandilla separando el peralte de la grada: 188 pulsaciones, 68 kilómetros por hora. Eso ha precisado el piloto andino para ganar. Eso nos cuentan cinco segundos después de cesar su esfuerzo.

Tres sprinters se miden en la prueba de Velocidad Individual.  UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com
Tres sprinters se miden en la prueba de Velocidad Individual. UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com

"Medimos en tiempo real potencia, cadencia, frecuencia cardíaca, velocidad y posición de los corredores", explica Alex Skelton, director de Sport Science Agency y responsable del proyecto de Análisis de Datos de Rendimiento arrancado en comandita por Discovery Sports y AWS, la marca de servicios en la nube de Amazon, antes de desglosar los centenares de dispositivos de captura y transmisión de datos repartidos por la pista e integrados en el equipamiento de los corredores. "Hoy por hoy estamos creando una base de datos que después tratar con 'machine learning' e inteligencia artificial", continúa. "Solo en Berlín recogimos 2,4 millones de elementos con los que trabajar". Y nos ofrece un ejemplo de para qué servirán, más allá de lo obvio. "AWS está procesándolos desde la perspectiva de la mecánica de fluidos computacional (CFD, por sus siglas en inglés), lo que nos permitirá calcular la resistencia aerodinámica a la que están expuestos los ciclistas y con ello la potencia exacta que necesitarán para derrotar a un rival o batir un récord".

El gran objetivo de esta recolección de datos (y de la UCI Track Champions League en su dimensión de experimento, quizá más trascendente que la competición en sí) no es de este mundo. "El metaverso va a permitir a las personas vivir el deporte de una manera completamente personalizada", esboza Skelton. "Cuando vienes al velódromo, disfrutas de una experiencia fantástica desde la grada. Cuando ves las carreras por televisión, tu experiencia está mediada por la producción televisiva. Con el advenimiento de la realidad aumentada y el metaverso, los aficionados podrán configurar su propia experiencia y elegir qué información quiere recibir".

Hoy por hoy, la aplicación oficial de esta Liga de Campeones de pista permite hacer vibrar el teléfono al compás del corazón de un ciclista determinado en plena competición y en tiempo real. Cómo se puede trasladar esto a modalidades como el ciclismo en carretera, en el cual la telemetría está hoy por hoy prohibida y el terreno de juego no es un recinto cerrado, es una incógnita. "En este entorno también hay desafíos técnicos, porque hay muchas interferencias en las señales", apunta Skelton. "Al aire libre podremos disponer del GPS y del 5G, que podría integrarse pronto en los dispositivos que capturan datos biométricos de los ciclistas para enviarlos directamente a la nube y permitir su análisis y difusión en tiempo real. Las normas respecto a la telemetría probablemente cambien". Y concluye con una predicción. "Los aficionados estarán cada vez más interesados por los datos, y los exigirán".

Aficionadas enardecidas aplauden a la campeona mundial Mathilde Gros.  UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com
Aficionadas enardecidas aplauden a la campeona mundial Mathilde Gros. UCI TCL - Alex Whitehead/SWpix.com

De vuelta a la tierra, el público presente en Saint-Quentin-en-Yvelines se emociona con Mathilde Gros. La francesa, varias veces campeona europea y mundial, es una antigua jugadora de baloncesto reconvertida en 'pistard' por mor de un test de esfuerzo alucinante que provocó que su centro de alto rendimiento le recomendara cambiar de deporte. Su familia presencia desde la grada, ondeando banderas de Francia, cómo se proclama ganadora de la competición de Velocidad Individual. Las emociones, puras y vibrantes, transmiten por ahora más que los datos. Ya veremos qué ocurre más adelante, cuando el futuro nos arrolle.