El salto de calidad del 'otro' Rodríguez en la Vuelta a España
En su sexta prueba de tres semanas, el almeriense Cristian Rodríguez exhibe sus piernas y el maillot de Arkéa-Samsic a base de escapadas.
Lekunberri. - Mientras Carlos Rodríguez regresa a la competición y consigue una bellísima victoria de etapa en el Tour of Britain, un segundo Rodríguez andaluz coge papeletas para ser una de las revelaciones de la Vuelta a España. Una fuga, y otra, y otra, para sacar partido de unas piernas que le convirtieron en una de las grandes apuestas de Arkéa-Samsic a la hora de asentarse en el UCI WorldTour.
Como juvenil, Cristian Rodríguez (1995, El Ejido) era uno de los grandes talentos del ciclismo español. Con chasis de escalador y una envergadura que le permitía defenderse en el llano, se formó como sub23 en las filas de Caja Rural-Seguros RGA antes de dar el salto a profesionales con el conjunto italiano Wilier-Southeast. Una oportunidad que llegó pronto para los estándares de la época (hace sólo siete años, 20 era una edad tierna para afrontar semejante reto) y le permitió disputar dos ediciones del Giro d'Italia.
Una vez hechos sus pinitos en el país transalpino, Rodríguez regresó a Caja para completar tres temporadas más de formación antes de fichar por un TotalEnergies que, necesitado de españoles, le reclutó y se encontró con un ciclista capaz de ganar carreras de segundo nivel (estrenó su palmarés en el Tour de Ruanda de hace dos años) y de seguir las ruedas de los mejores en el máximo. También Arkéa-Samsic se dio cuenta de su talento. Eso provocó que, a unos días del Tour de Francia 2022, los rectores de TotalEnergies le pusieran en una encrucijada: o renovaba, o no corría la Grande Boucle. Eligió cambiar de aires, tirando a la basura meses de preparación, en una de las decisiones más duras que puede tomar un deportista.
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— Team Arkéa Samsic (@Arkea_Samsic) August 31, 2023
Agua pasada. Esta temporada, el Tour de Francia no formó parte de los planes de Rodríguez en ningún momento, pese a que su gran nivel en las carreras del mes de junio (2º en la Route d'Occitanie, tras Michael Woods, y en el Giro dell'Appennino, tras Marc Hirschi) hiciera dudar a los directores de su equipo. Optaron por permitirle prepararse para una tercera participación en La Vuelta, donde compartiría jefatura de filas con el prometedor Kévin Vauquelin, centrado en la general mientras el almeriense iba a por las fugas.
Pese a pasar la Covid-19 en el Tour de l'Ain, a apenas dos semanas de la salida de Barcelona, Rodríguez está rindiendo a gran altura. Tanto camino de Javalambre como de Xorret de Catí formó parte de la fuga ganadora; este último día, de hecho, llegó a ser líder virtual de la general durante la etapa. En conversación con Relevo, dejó una declaración de intenciones: "Mis opciones de ganar una etapa pasan por una fuga, y es lo que voy a intentar: ni general, ni nada. Probar suerte en escapadas que se formen cuesta arriba. No vale de nada estar todo el día a rueda para hacer un top-15, llegando todos los días a dos minutos de los mejores".
El cambio de un estilo de competición más pasivo a otro más activo ha sentado bien a un Rodríguez que ha continuado rayando a gran nivel, combativo e incisivo, en las etapas de alta montaña de Pirineos y Navarra. En la jornada de Lekunberri volvió a entrar en la escapada buena, junto a un Remco Evenepoel a quien apenas era posible "darle un relevo". 14º de la general, lo que de confirmarse en Madrid sería su mejor resultado de siempre en estas lides, Rodríguez se pronuncia "muy satisfecho" de su Vuelta. "Estoy siendo bastante regular y me estoy encontrando todos los días bastante bien. Por ciertos motivos nunca había preparado La Vuelta como este año, y estoy muy contento de que me esté saliendo así". Un paso más en una progresión tan paulatina como incesante. Un salto de calidad.