LA VUELTA

El "puto amo" Gesink apuesta por Sepp Kuss: "Hasta la crono no estábamos seguros de sus opciones…"

El veterano gregario neerlandés, muy apreciado en el seno de Jumbo-Visma, confía en el estadounidense para ganar su cuarta Vuelta como hombre de equipo.

Robert Gesink, gregario de lujo de Sepp Kuss. /JUMBO-VISMA
Robert Gesink, gregario de lujo de Sepp Kuss. JUMBO-VISMA
Fran Reyes

Fran Reyes

Zaragoza. - En una rueda de prensa cualquiera preguntamos a Sepp Kuss, maillot rojo de líder de La Vuelta, por su compañero Robert Gesink. "Es una buena persona", comienza con su español fluido y titubeante. "Un gran compañero y casi mi vecino, porque él también vive en Andorra. Para mí es una inspiración porque tiene 36 años y todavía actúa como un juvenil. Siempre tiene ganas de correr; siempre está tirando, animando a los demás…" Se ríe, se interrumpe; sabe que la frase que va a decir se convertirá en titular. "Es el puto amo".

Robert Gesink (1986, Varsseveld) es uno de los pilares del Jumbo-Visma de Kuss, Roglic y Vingegaard; el Sergio Busquets de ese hipotético 'Barça de Guardiola' que aspira a construir el responsable deportivo del equipo, Merijn Zeeman. Forma parte de la estructura desde 2006, cuando teniendo 19 años se integró en el filial del entonces conocido como Rabobank. A lo largo de estas 18 campañas ha conocido todos los estatus: joven promesa, líder, verso libre, gregario. También todos los estadios del conjunto neerlandés: la opulencia de Rabobank, la carestía de Blanco, el esplendor de Jumbo. Una carrera profesional única, por prolija, que tocará a su fin en diciembre de 2024.

"Durante la mayor parte de mi vida deportiva me dediqué a conseguir resultados para mí mismo y me gustaba", recuerda en conversación con Relevo. "Solía ir a por las generales. Hice dos veces top10 en el Tour de Francia y otras tres en La Vuelta; y, aparte de aquel Tour (2010) en que fui 4º, siempre me moví por el 6º o 7º lugar. Podría haber hecho dos o tres 'grandes' más así y no hubiera cambiado nada en mi vida deportiva. Quería cambiar el chip e ir a por otras cosas, como ganar etapas. Funcionó: gané una en La Vuelta y quedé 2º en etapas de Giro y Tour".

Una vida deportiva cuyo punto de inflexión estuvo marcado por la llegada de un desconocido exesquiador esloveno. "Entonces llegó Primoz [Roglic] al equipo", continúa su relato "y cada vez rendía a más y más nivel. El equipo me propuso convertirme en su gregario y arrancó la segunda parte de mi vida deportiva. Tuve que adaptarme y aprender a disfrutar de este papel, porque durante años mi felicidad en el ciclismo estuvo ligada al resultado que conseguía en meta. Ahora soy capaz de sentirme satisfecho en base a los resultados de los demás. Es la quinta temporada que compito con esta mentalidad y me gusta".

Gesink ha sido un testigo privilegiado de la rápida y tremenda evolución del deporte de la bicicleta; y, en particular, de las grandes vueltas. "En los últimos diez años el ciclismo ha cambiado muchísimo. Jonas Vingegaard es capaz de mover los mismos vatios que yo, pero pesa 10 kilos menos. Los ciclistas ligeros no sólo no pierden tiempo en las cronos, sino que son capaces de ganarlas". Lejos de sentirse frustrado, se adapta con alegría. "Me gusta transmitir mi experiencia a los jóvenes y también ver triunfar a compañeros como Primoz. Disfruto de formar parte de uno de los equipos más potentes del mundo e ir a por todas con un grupo de ciclistas repletos de talento".

En esta Vuelta, Jumbo-Visma está ante la ocasión histórica de ganar las tres grandes vueltas en el mismo año; y, encima, con tres ciclistas diferentes. "Hasta ahora vamos muy bien. Ha sido una gran Vuelta y esperamos que vaya a mejor". ¿Apuestas por Sepp Kuss? "Antes de la contrarreloj no estábamos seguros de sus opciones", reconoce Gesink. "Sin embargo, siendo la crono su punto débil, en Valladolid fue capaz de mover más vatios que yo. También en los abanicos se mostró fortísimo, según me contaron mis compañeros. Ya hemos superado las etapas más complicadas para él. Puede pasar cualquier cosa, pero lo cierto es que Sepp es un escalador puro y queda mucha montaña por delante. En su equipo hay dos ganadores de grandes vueltas como Primoz y Jonas dispuestos a apoyarle en todo lo que puedan. Le deben muchísimo y ésta es la mejor ocasión posible para devolvérselo. Dentro del equipo, la confianza está creciendo".