Derrota, silencio y 'reset': Remco Evenepoel pierde la Vuelta en el Tourmalet
La etapa reina de la gran ronda española rompió las ilusiones del vigente campeón, víctima de "un mal día" y arrollado por un Jumbo-Visma superior.
En la cima del Tourmalet todo es silencio y lágrimas. El silencio pertenece a los perdedores del día: los principales, los Soudal-Quick Step que han visto su Vuelta derretirse al ritmo tórrido de las pedaladas de Remco Evenepoel en las calurosas rampas del Col d'Aubisque. Las lágrimas son de todos, de casi todos, y no son de decepción sino de fatiga extrema, ácido láctico que engendra llanto: cuando uno se esfuerza hasta el límite de sus posibilidades, los fantasmas despiertan y se materializan en los espacios claros de la mente después de acechar días, meses y años en los oscuros. En mitad del panorama sombrío, una alegría: son los Jumbo-Visma, que no están exhaustos sino extáticos porque han hecho lo que todos sabían que iban a hacer, y les ha salido mejor incluso de lo esperado.
Silencio entre las furgonetas de Soudal-Quick Step conforme van llegando sus corredores, media hora más tarde que los Jumbo triunfadores. ¿Qué se dice cuando no hay nada que decir? Simplemente palabras mudas; las que suenan, lo hacen 'sottovoce'. Directores que rehúsan hablar con un gesto que ruega empatía; ciclistas que conceden una entrevista y, acto seguido, solicitan educadamente a los medios que les dejen hablar a solas con un periodista. "Si no os importa, me gustaría conversar con él nada más". En los momentos más fríos, todos buscamos calor.
Se pronuncia Pieter Serry, rodador de quilates que apenas ha podido ver los toros desde la barrera. "Los Jumbo-Visma se han puesto a tope desde el inicio", narra con neutralidad, "y Remco ha pasado un mal momento. Nos hemos quedado todos con él y le hemos intentado llevar de vuelta al pelotón, pero no hemos podido". ¿Has hablado con él? "No. Prácticamente no nos hemos dicho nada". Qué se dice cuando no hay nada que decir. "Nos toca hacer un 'reset'. A partir de aquí, supongo que iremos a la caza de etapas". Metros más allá, se expresa James Knox. "Ha sido un día durísimo para nosotros. De repente Remco ha empezado a perder posiciones en el pelotón; Jumbo seguía tirando, y tirando… Han destrozado nuestras expectativas".
Evenepoel se marcha sin decir absolutamente nada. Ha cubierto su maillot blanco de mejor joven con la indumentaria oscura de campeón nacional belga. Como todos, se quiere ir de inmediato. La explicación llega una hora más tarde: es un párrafo atribuido al director deportivo Klaas Lodewyck en la nota de prensa de Soudal-Quick Step. "No hay mucho que decir. Remco no estaba enfermo, ni lesionado; sólo ha tenido un mal día. El ciclismo no es un videojuego: quienes lo hacemos somos humanos. Esta noche nos sentaremos, valoraremos como equipo qué ha pasado, y decidiremos qué hacer en el resto de la carrera". Luego cae un tuit del héroe caído.
When you try and give everything, there are no regrets. The tank was just empty today. Thank you to the team for the support and sticking with me until the end. Wolves never give up.💙 pic.twitter.com/EuERtVVDDk
— Remco Evenepoel (@EvenepoelRemco) September 8, 2023
En el silencio sólo se oye el fluir continuo de las decenas de arroyos que nacen en el Pic du Midi. A esta montaña pertenece el Tourmalet, una ascensión en la que han muerto y nacido tantísimas ilusiones a lo largo de la historia; un proceso sin fin de anochecer y amanecer. Todas eran muy trascendentes en su momento, hasta que el agua las enjugó y se las llevó corriente abajo hacia el Atlántico, el océano que nunca se acaba, la vida que nunca se detiene.