El interruptor que no apagó a Isaac del Toro, el mexicano que romperá moldes en el UAE de Pogačar
Su alucinante victoria en el Tour del Porvenir es sólo una muestra del extraordinario talento del escalador de Baja California.
Se rompió el fémur en julio de 2022, durante un entrenamiento. En una curva, resbaló con un poco de grava y se propinó un golpe seco, violento, contra el quitamiedos. Así se quebró la palanca que une la cadera con la rodilla, una biela esencial en el mecanismo de cualquier ciclista. "Si me hubieras preguntado un día antes de romperme el fémur qué pasa cuando un ciclista se rompe el fémur, te habría dicho que ahí se acababa todo". Y sin embargo no fue el final, sino un reto más dentro de una vida deportiva de película cuyo clímax, hasta ahora, es una alucinante victoria en el prestigioso Tour del Porvenir que le ha granjeado un contrato con UAE Team Emirates.
Isaac del Toro (2003, Ensenada) estaba en la 'bota' italiana cuando sufrió el accidente que pudo haber frustrado sus sueños. Hasta allí había llegado gracias a A.R. Monex, un proyecto de capital mexicano asentado en San Marino y dirigido en Europa por una Piotr Ugrumov, aquel letón que retó a Miguel Indurain. Con ellos ha conocido el ciclismo de élite con el cual soñaba cuando, desde la Baja California, veía a Nairo Quintana y Chris Froome batirse en el Tour de Francia. La inspiración vino de su padre, ciclista "de domingo" que alentó a sus dos hijos para que pedalearan. Con 15 años, Isaac dejó el colegio y se concentró en la bicicleta. Una apuesta, todo o nada, que sólo funciona en un porcentaje ínfimo de los casos… y a él le ha permitido romper moldes.
Del Toro estuvo acompañado por una decena de compatriotas en su salto al vacío. Durante dos años, ya fuera como A.R. Monex o con la divisa de la selección nacional, los mexicanos llamaron la atención del panorama Sub-23 europeo. Un factor clave: el exotismo, porque México sólo ha registrado presencias muy esporádicas en la élite. Raúl Alcalá, Julio Alberto Pérez Cuapio, Ignacio Sarabia; electrones libres. Otro factor: la disparidad, porque al principio todos sufrían para acabar las carreras hasta qué, poco a poco, Del Toro empezó a destacarse; y luego Carlos García, y después José Ramón Muñiz…
UAE Team Emirates se acercó a Del Toro durante el invierno pasado, tras esa fractura de fémur que había venido precedida de una prometedora actuación en el durísimo Giro della Valle d'Aosta. "Ya le estuvimos siguiendo cuando competía en 'mountain bike'", se jacta Mauro Gianetti, mánager general del conjunto emiratí. "Matxin es un excelente ojeador y cuenta con una red de contactos extensísima para seguir a los mejores talentos del mundo. Supimos de él y le ayudamos, como a tantos otros, sin firmar ningún contrato ni nada".
Pequeños sustentos que para un joven talento significan lo más grande. "Si te fijas, Isaac ganó el Tour del Porvenir con una de nuestras bicis Colnago", explica Gianetti. "Y claro: cuando ganó Porvenir, muchísimos otros equipos aparecieron para intentar ficharle. Pero es que nosotros ya trabajábamos con él; incluso en lo táctico, Matxin le sugirió la estrategia para derrotar a Riccitello en el Porvenir. La relación venía de lejos y, claramente, eso ayuda para que él tome la decisión de venir con nosotros".
El Tour del Porvenir es la vuelta sub23 más prestigiosa del calendario mundial. En su palmarés figuran Tadej Pogačar (2018), Egan Bernal (2017), Nairo Quintana (2010) o, mirando más atrás, Laurent Fignon (1988), Miguel Indurain (1986) ó Greg Lemond (1982). La forma en que se las arregló Del Toro para suceder en el palmarés a Cian Uijtdebroeks bien puede entrar en la leyenda del ciclismo; todo dependerá de cómo se desarrolle la trayectoria del mexicano y de su rival, el italo-estadounidense Matthew Riccitello.
"Las primeras carreras en Europa fueron muy frustrantes", rememora Del Toro, "porque andaba muy bien y, en la última media hora, era como si apagaran el 'switch' [interruptor] y me venía abajo. También me caía mucho. No fue fácil". Para cuando afrontó Porvenir, Del Toro era otro ciclista: por méritos propios, a menudo sin compañeros, se había convertido en un 'coco' de la categoría Sub-23; especialmente, cuesta arriba. La relativa debilidad de su equipo le penalizó en la CRE: México fue 23ª de 27, y Del Toro se hundió al puesto 61 de la general.
Lo que siguió fue espectacular. Tras rozar el triunfo en una etapa quebrada, Del Toro se impuso en el monstruoso Col de la Loze para meterse de lleno en la general. La cronoescalada de Les Karellis y la etapa del Mont Cenis le colocaron a un minuto del líder Riccitello. En la jornada siguiente, el mexicano utilizó el mítico Col de l'Iseran, segundo puerto más alto de la historia del Tour de Francia con 2.750 metros en su cima, para destrozar a Riccitello y, de paso, la banca, la carrera y toda la categoría sub23 que hasta entonces había creído que su mayor prodigio era el noruego Johannes Staune-Mittet, futuro Visma | Lease a Bike.
"Traté de estar tranquilo siempre, centrado nada más en lo que estaba pasando y me afectaba a mí", narra Del Toro. "Estar fresco para pensar lo mejor posible y apretar todos los días y mantener al pelotón bajo presión en los momentos complicados, porque yo estaba solo igual que todos mis rivales. Ir a tope para que todo el mundo fuera a tope, hasta que se acabara la carrera. Nunca me había sentido así encima de la bicicleta, pero también estaba muy preocupado porque no sabía cuándo se me iba a bajar el 'switch'. Y se acabó, y gané, y fue una catarsis muy grande porque salió mejor de lo planeado".
La catarsis se tradujo en explosión. Concretamente, de su Whatsapp. "Empecé a recibir mensajes y llamadas de gente que no conocía, y la verdad es que era muy caótico. Honestamente, no podía ni pensar en entrenar". Pese al interés de los representantes más poderosos del 'mercato', Del Toro decidió elegir él mismo su futuro, con la única ayuda de su círculo más cercano. ¿Cuántas opciones tuvo? "Digamos que fui muy afortunado", ríe para no decir que le tentaron casi todos los equipos WorldTour.
Optó por UAE Team Emirates. Y fue en su concentración que Del Toro contó a los medios su historia y cautivó a sus compañeros, que encuentra en él "un gran ciclista y una gran persona". Durante los próximos tres años crecerá a la vera de Tadej Pogačar, Adam Yates, Juan Ayuso, Marc Soler, João Almeida… Sólo entrenar con ellos es un sueño para él. No tardará en trabajar para ellos en las mejores carreras del mundo, y quién sabe si algún día serán ellos quienes trabajen para él.