CICLISMO

Gianni Bugno y el poder de Banesto en el Tour de Francia: "Yo no podía tomar Coca Cola al final de la etapa"

El ciclista, que compartió generación con Indurain, atiende a Relevo para rememorar las gestas de su época y el estado actual del deporte.

Gianni Bugno, ciclista./ARCHIVO
Gianni Bugno, ciclista. ARCHIVO
Julio Ocampo

Julio Ocampo

Monza-. La cita es en Monza, donde prácticamente pasó toda su vida pese a nacer en un pequeño pueblo de la Suiza alemana: Brugg. Su madre abre la puerta y, mientras se dispone a preparar el café, llega Gianni Bugno (1964) con esa elegancia y esa pose hierática y fría que siempre le caracterizó. Han pasado muchos años de sus gestas en bicicleta tanto en grandes vueltas como en clásicas y carreras de un día.

Bugno, sobre Valverde.

La realidad es que nunca fue un especialista como no se cansa de remarcar, y es precisamente esa versatilidad lo que le hizo sublime en casi todo. Un icono total del ciclismo de los noventa, donde -quizás- no se pensaba ni se especulaba demasiado. Donde el talento siempre andaba reñido con las cadenas, la robótica, la especulación. Había estigmas muy oscuros sí, pero también un romanticismo infinito al servicio del talento virgen. Ese ciclismo era una postal.

¿No se ha aburrido un poco con el Giro de Italia?

Sí, los corredores han esperado a la última semana, la decisiva. Hubo mucha táctica por parte de los equipos, por eso la maglia rosa pasó de un ciclista a otro constantemente. Sólo en los últimos días vimos algo menos de especulación y más calidad individual.

Estaba leyendo la entrevista de Chiappucci en Sportweek (semanario de la Gazzetta dello Sport). Hablaba de sus míticos duelos y de su rivalidad futbolística: él de la Juventus; usted del Inter. ¿Por qué sigue llamando más la atención -incluso a los jóvenes- una entrevista suya, del Diablo o de Induráin que de Roglic o Evenepoel?

Los corredores del pasado estaban mucho más cerca de la gente de lo que puedan estar hoy. Eso es obvio. Para entrevistar una estrella hoy tienes que pasar por el equipo, el departamento de prensa… Es más complicado. Nosotros estábamos en permanente contacto con la gente, con los periodistas; hoy todo es un búnker. Muy hermético… Mucho más tras el Covid.

"Indurain fue el mejor ciclista de todos los tiempos"

Gianni Bugno exciclista

¿Usted cuando se enamoró del ciclismo?

Cuando veía el Giro pasar debajo de casa, por donde tú has entrado. Era un mundo desconocido para mí, pero me llamaba la atención. Fue cuando comencé a pedalear con una bici que me compraron mis padres.

Era aun amateur cuando participó en el Girino del 85.

Muchos recuerdos de una vida que ya no existe. Por eso se almacena ahí, en los recuerdos.

Italia vive del pasado. Es cierto que tiene vanguardias en la alta cocina y la moda, pero principalmente vive del pasado. En el deporte, en el arte, en la música… ¿No cree que así es difícil ver los avances de la sociedad?

Hablemos de ciclismo. La tecnología lo mejoró, claro. Hoy cualquier corredor tiene óptimas condiciones para su crecimiento porque cuenta con un amplio equipo de especialistas a su espalda. Esto hace que estén muy programados en todos los sentidos, comenzando por la metodología de entrenamientos.

Bugno, en el Tour. ARCHIVO
Bugno, en el Tour. ARCHIVO

A usted no le gustaba entrenarse.

A mí no me gustaba programar nada. Era instintivo. Me gustaba entrenar en las carreras. Exacto, las usaba para entrenarme y tener una óptima preparación. Hoy es más bien lo contrario.

Pello Ruiz Cabestany le entrevistó en Jot Down hace un año. Me sorprendió cuando usted hablaba del respeto. Del respeto que profesaba a Giuseppe Saronni o Francesco Moser -rivales otrora- cuando coincidió con ellos en su etapa final. ¿Hoy no es así?

Los jóvenes hoy son quienes mandan en el ciclismo porque son los mejores. Tienen poco más de veinte años. Antiguamente el respeto hacia los mayores que mencionas era porque te enseñaban, te transmitían algo. Hoy ese respeto ya no existe.

Usted era amigo de Moser y Bartali. ¿Qué le enseñaron?

La filosofía del ciclismo. La lucha, el esfuerzo para ganar. La primera vez que gané lo hice delante de Moser.

Bugno, sobre las diferencias entre ahora y el pasado.

Luis Ocaña dijo siempre de usted que alegraba a la vista su ciclismo. Decía que era estético en la bici. ¿Qué le provocan estas declaraciones?

Dichas de un grande como Ocaña te puedes imaginar. Ser considerado un corredor con estilo por una leyenda que siempre admiré… No te puedo negar que me encanta oír todo eso, claro. Ocaña fue un grande del ciclismo. Hizo historia, y ésta habla por él.

Hoy, salvo excepciones como Evenepoel o Pogacar, sólo hay especialistas. Usted no lo era. Quizás, una especie de Merckx en moderno. ¿No?

Eso suponía cosas buenas y malas, no te voy a engañar. No brillaba en casi nada, pero era regular en todo. Eso me permitió ganar en cualquier tipo de carrera o competición.

"Era imposible ganar a Indurain"

Gianni Bugno exciclista

Ganó dos campeonatos del mundo en carretera (1991-92), el Giro impoluto del 90, varias etapas en Tour y Vuelta… Además, la Milano-San Remo y Fiandre. Dejó su sello en las contrarreloj, en las llegadas al sprint y los puertos de montaña. Usted y Jalabert eran almas gemelas. ¿Su heredero, salvando las distancias, fue Valverde?

Fue un corredor completo. Ganó de todo, sí. Sin ser un especialista destacaba en cualquier superficie. Sí, quizás fue mi heredero. Cuando estaba delante sabía ganar, y además en cualquier carrera: de un día, de tres semanas… Yo marcaba la diferencia en las carreras después del kilómetro 200. Estuviera donde estuviera. A partir de ahí, era temible para los demás. Valverde no atacaba, pero metía miedo a todos. Al verle, le temían. Estoy convencido.

Italia y el ciclismo van unidos de la mano, pero sobre todo en el pasado. Para los que no lo sepan, el fascismo usó este deporte como propaganda (Coppi, Bartali o Alfredo Binda). La paradoja es que Mussolini era amante del futuro y las nuevas tendencias (Marinetti o Giorgio de Chirico en el arte). En ese sentido, este deporte significaba algo añejo. ¡Menuda contradicción! ¿Qué representa el ciclismo en Italia? ¿Una religión laica?

Disciplina. Además, permite a la gente poder admirar el territorio nacional. Es una propaganda del territorio, de la geografía italiana.

Usted comienza a correr en el 85 en el Atala. Con Moser va en el 88 (Chateau d'Ax). ¿Qué recuerda de aquel periodo?

El paso a ser profesional, imagínate. Fue la coronación de un sueño. A partir de ahí cambió todo para mí.

Bugno, en el podio. ARCHIVO
Bugno, en el podio. ARCHIVO

Pronto se toparía con Induráin. ¿Qué significó para usted y para el ciclismo en general?

Estamos hablando del mejor ciclista de nuestra época. Siempre le respeté y admiré, como todo el mundo del ciclismo. Era humilde, y todos le apreciaban. Fue un grande, poco más se puede añadir.

¿Fue el mejor de su generación solo o de los mejores de la historia?

En realidad, de todos los tiempos. Cinco Tours y dos Giros es para enmarcarlo para siempre.

Sin olvidar el mundial contrarreloj y el oro olímpico en Atlanta 96. También el récord de la hora. ¿Es verdad que usted abandonó las carreras de tres semanas frustrado por la dinastía tiránica de Miguel?

Sí, es cierto. Era demasiado bueno. Lo intenté, pero era inútil competir con él. Cuando estás delante de un especialista tan bueno es inútil estar ahí fosilizado porque es imposible ganarle.

Su gran gesta, sin embargo, fue en un Giro. Maglia rosa de principio a fin en 1990 con la bici de Moser. Algo al alcance de mitos como Binda, Girardengo y Merckx.

Para mí lo importante era tenerla pronto. Después, gracias a los compañeros de equipo, la conservé durante dos semanas. La última, la más difícil, me las apañé yo. Ahí no sólo entra en juego la condición física sino también la suerte. No es algo simple; se necesita mucha voluntad. Eso es más importante que la estrategia.

"La voluntad y la lucha para mí son más importantes que la estrategia"

Gianni Bugno exciclista

No creo que la suerte incida demasiado.

Voluntad y lucha son claves. Para mí son más importantes que la estrategia. También al papel importante del equipo. Cuando hablaba de fortuna me refería que todo esto pudiera coincidir.

El Giro del 88 fue el del las mil caídas, y el de la leyenda del Gavia, donde tuvo lugar una etapa heroica e irrepetible.

Me caí y me rompí el hombro. Desgraciadamente no pude hacer el Gavia. Después, una vez curado, gané una etapa en el Tour (Limoges, la primera en una gran vuelta).

Con la música de Mozart se curó.

Sí, me daba tranquilidad y equilibrio. La escuchaba en casa. Piensa que cuando me caí perdí los sentidos. Recuerdo que me montaron en una ambulancia, luego la operación… Me ayudó, fue clave, sin más.

Hoy día es piloto de helicópteros. Estudió matemáticas, filosofía… ¿Usted era el filósofo existencialista en la carretera e Induráin el matemático cínico y pragmático obsesionado con el reloj?

No sé juzgarme. Es verdad que soy muy reflexivo, aunque también instintivo. Pienso mucho cuando no estoy en la bici; en ella es mejor no pensar demasiado.

"Conconi revolucionó el sistema de los deportistas"

Gianni Bugno exciclista

Insistía en esto el Doctor Francesco Conconi: "Le gusta correr y correr, pero no entrenar". Con él estuvieron Pantani, Chiappucci, Berzin, Roche, Ugrumov o usted, entre otros. El famoso proceso doping de Ferrara sigue dejando lagunas oscuras y misteriosas, embadurnadas entre absoluciones, culpabilidades y prescripciones que en Italia venden como inocencias. ¿Qué opina de Conconi?

Fue un estudioso que revolucionó el sistema de los deportistas, de los ciclistas, sobre todo. Muchos, después, se aprovecharon de su filosofía.

¿Quién?

Mucha gente, pero él fue quien revolucionó todo en los entrenamientos, aunque yo no conseguía aplicarlo porque a mí me gustaba más correr que entrenar. Yo la condición física la encontraba corriendo y basta.

A ver si lo he entendido bien… Admiraba su metodología, pero no la ponía en práctica.

Entrenando no. Llegó en un periodo en el cual ya era profesional. Igual si hubiera sido antes, en mis inicios, todo habría sido diferente.

Chiappucci y Pantani, entre otros, en algunos controles presentaron índices alterados de hematocritos en la sangre y fueron apartados semanas por precaución. En algunos casos se evitaron potentes sanciones de la UCI. Usted, sin embargo, en un antidoping resultó positivo por cafeína. Tres meses de sanción ¿Qué sucedió en ese 1994?

Que la cafeína era una sustancia limitada. Bebí demasiados cafés y di positivo (Risas).

Faltaban años aún para los escándalos Festina y Operación Puerto. ¿Qué opinión le merecen? ¿Cómo piensa que los nuevos ciclistas soportan la presión y el estigma que recae en este deporte permanentemente?

El problema del doping es de todos los deportes. El ciclismo es quien ha pagado los platos rotos. Paradójicamente, el ciclismo ha hecho más que ninguna otra disciplina por erradicar este problema. Piensa que hoy en día los ciclistas pagan de su bolsillo para ser controlados. En otros deportes no sucede.

"El ciclismo es quien ha pagado los platos rotos del dopaje"

Gianni Bugno exciclista

¿Cuánto pagan?

Pagan una cuota de sus propios premios, sí. Aquí no hay omertà sino todo lo contrario.

Zeman ya lo denunció en el fútbol cuando dijo que éste tenía que salir de las farmacias.

Sí, lo recuerdo. No hay deportistas en otras disciplinas que paguen para ser controlados si se han dopado o no. Aquí sí. Lo hacen porque saben que esto es por el bien del ciclismo, del movimiento, y están poniendo su granito de arena para resolver el asunto. Las federaciones ciclistas están trabajando duro en esto. Mira, el antidoping nació en el 68-69, después evolucionó… Pero el doping siempre estará por delante, por eso hay que seguir trabajando.

Volvamos a sus gestas. En el 90 también gana la Milano-San Remo. ¿La recuerda bien? Ya hacía gala de lo que dijo Pello de usted: un tipo que, incluso destrozado, podía ser elegante.

Comenzó con mucho viento lateral, que condicionó la carrera. Nos encontramos pocos corredores en Genoa, prácticamente sólo los líderes de equipo. Ataqué sin especular, sin táctica, porque estaba solo. Fue una gran emoción, como también los campeonatos del mundo por defender la maglia italiana.

En aquellos tiempos usted era el mejor ciclista del mundo. ¿El más completo junto a Jalabert?

Quizás. Era muy bueno. Ganó donde quiera que fue. Hablamos de los mejores también de aquel periodo.

¿Sin Induráin habría logrado algún Tour?

Probablemente sí. Habría ganado algún Tour de Francia, pero estas especulaciones no sirven para nada. Fue así y ya está. Él era el mejor en la crono, y en aquellos tiempos el Tour las tenía muy largas y difíciles. Partía favorito.

Bugno, sobre Induráin.

¿Cree que no fue tan completo como usted? Se centraba a menudo -excesivamente- en la Grande Boucle.

Era matemático que él ganara el Tour. Lo sabía y lo aprovechaba. Al Banesto le interesaba esto más que ganar otras carreras. Quiero pensarlo así. Se concentraron sólo en eso, y bien que hicieron. Banesto fue muy importante para él, y viceversa. Conformaron una gran pareja. Yo, desgraciadamente, era Gatorade.

El sponsor del Tour era Coca-Cola. No me diga que cree en una mano negra.

No, pero era un conflicto de intereses. No creo que esto haya cambiado nada en mi carrera, pero quizás no ayudó. Repito que no condicionó los resultados deportivos, pero no podía tomar Coca-Cola al final de la etapa.

¿Usted por qué cambió tantas veces de escuadra, de sponsor?

Porque yo corría toda la temporada. Estaba interesado a todas las carreras.

Pruden, Perico, Aparicio, Rondón, Rodríguez Magro o Ramón González Arrieta. Hoy es difícil encontrar gregarios como los que tenía Induráin. ¿No cree?

Miguel era un símbolo que todos respetaban. Le quería todo el mundo, tanto dentro como fuera de su equipo.

Federico Martín Bahamontes una vez dijo que Induráin no atacaba, reventaba la crono y luego especulaba en la montaña. ¿Un discurso algo reductivo?

Era bueno subiendo la montaña. No le interesaba atacar en la subida, porque ya tenía la ventaja de la contrarreloj y tenía que protegerla. Sin más. Medía 1,85, con eso sólo podía defenderse en los puertos, y lo hacía muy bien.

"El problema del doping es de todos los deportes"

Gianni Bugno exciclista

En 2017, El Confidencial publicó una noticia sobre el positivo de Induráin (al parecer por uso de Ventolín) en un control del 1994. Al parecer, presentó valores anómalos de salbutamol, la misma sustancia de Armstrong. Hubo lío entre la UCI y la Federación Francesa. Aún no existía la Asociación Mundial Antidopaje (creada en 1999). Zulle, Pereiro, Rominger o Ullrich fueron exonerados por lo mismo. No así recientemente Ulissi o Trentin, que fueron sancionados dos años. ¿Es justo juzgar el pasado con leyes presentes?

No es justo. Pero si las reglas cambian… A mí me sucedió con la cafeína. Hoy mira, la cafeína la utilizan como sponsor. Habrá que preguntar a quienes cambian las reglas y no a mí.

Se le escapó el Tour del 91. Induráin ganó en Val Louron.

Estaban Fignon, Lemond y Perico Delgado. Eran ellos quienes le hacían la carrera. En la bajada del Tourmalet, Chiappucci e Indurain partieron fuerte, y yo me quedé con Lemond y Fignon atrás. Después, en llano, intentamos recuperar. A un cierto punto, me encontré en la subida del Val Louron solo. Les recorté algo más de un minuto, pero no conseguí ni la maglia ni ganar la etapa. Miguel, en los puertos, aguantaba muy bien también.

El espectáculo del ciclismo terminó allí, con vosotros. ¿Lo cree?

Representamos una época; ahora hay otra con otras estrellas. No cambia. Antes de nosotros también hubo otros, y otros… Y así sucesivamente. Ahora los cracks se ven muy pronto, con veinte años. No antes, ya en su madurez. Ayuso, por ejemplo, ya lo ha demostrado. Por no hablar de los Pogacar o Evenepoel.

Mario Cipollini es otro que siempre hablaba maravillas de aquel ciclismo.

Estamos ante el velocista italiano más importante de la historia. Ha mejorado el mundo del ciclismo, nos ha hecho mejores a todos. Siempre le admiré por su calidad y por su gran capacidad para comunicar.

¿Se acuerda en su primer Giro con Pedro Muñoz?

Sí. Ganó el premio de la montaña. Desgraciadamente esa maglia verde la perdí en la última etapa. Yo tuve una crisis. Era mi primer Giro y era inexperto.

"Jamás tuvimos psicólogos, nutricionistas o representantes"

Gianni Bugno exciclista

Usted se retiró en el 98. ¿Cómo gestionó sin haber tenido jamás un mental coach en sus equipos? Hubo algunos, como Ullrich, que tuvieron serios problemas.

Jamás tuvimos psicólogos, nutricionistas, representantes. Nos preparábamos solos. Para mí no fue difícil dejarlo porque ya sabía que quería pilotar helicópteros así que comencé a prepararme antes de abandonar la bici. Entiendo que sea duro dejar de correr y no saber qué hacer, por eso hay que pensarlo antes de que la tristeza aparezca.

Se me olvidaba preguntarle, antes de marcharme, por su ídolo. De la pléyade que ganaron cinco Tours: Induráin, Anquetil, Merckx o Hinault. No metemos Armstrong por razones obvias.

El Caníbal fue el más completo de todos. Es una persona muy humilde. Además, sé que me admiraba.

En España también lo hacemos deportivamente hablando. A usted, a Pantani, Cipollini y Chiappucci. Sin vosotros, quizás, ya no vemos el Giro con la ilusión de antes.

Me gusta oír esto. Hicimos cosas grandes para este deporte y tenemos que estar todos muy contentos.