BIKEJORING

El ciclista que luce el maillot arcoíris como Pogacar gracias a un perro: "Él es el deportista profesional, tiene hasta fisio..."

César Castaño ganó el título el pasado octubre y presente el 'bikejoring' que pertenece a la Real Federación Española de Deportes de Invierno.

César Castaño, junto a su perro Vinner, en Italia, el pasado octubre, después de proclamarse campeón mundial./ @raseccast
César Castaño, junto a su perro Vinner, en Italia, el pasado octubre, después de proclamarse campeón mundial. @raseccast
Alberto Martínez

Alberto Martínez

España tiene un campeón mundial que vive en Vallirana (Barcelona) y que practica una modalidad que se engloba dentro de la Real Federación de Deportes de Invierno (RFEDI), aunque no lo hace sobre nieve ni tampoco es olímpica. Se utiliza una bicicleta y la ayuda de un perro, que es la parte principal del bikejoring, una variante del mushing -trineos tirados por perros- que en España cuenta con alrededor de 500 federados y que este viernes y sábado celebrará en Atapuerca (Burgos) su campeonato de España con 301 inscritos. Y entre ellos estará el maillot arcoiris, como Pogacar en ciclismo, que luce César Castaño (1995), título conseguido en octubre en Italia junto a su perro Vinner.

El 'bikejoring' mezcla la habilidad del ciclista y la resistencia del perro en un circuito entre seis y ocho kilómetros multifactoriales. "Hay autopistas, como este de Burgos, donde cuenta más la velocidad. Y otros, como el del Mundial, que parece que fuera a nuestra medida, donde se necesita más destreza. El primer tramo era una pendiente pronunciada con un 25% de desnivel. Y el ciclista era muy importante, porque tienes que quitarle carga al perro. Si le juntas la bajada, que era técnica, de destreza, de no frenar tanto y de muchas curvas... Nos adaptamos bien", cuenta Castaño, que ahora pretende además de seguir compitiendo intentar dar a conocer esta modalidad y darle información para el buen cuidado del perro, porque "debe estar en el centro de todo".

Acostumbrado al mundo de la bicicleta, este trabajador de banca y amante de los perros probó primero el canicross -correr con el perro- hasta que conoció el bikejoring y se enamoró. "Éramos muy novatos en este mundo. No conocíamos mucho, pero gente de confianza nos hablaban de los tipos perros. Y fui a buscarlo a Andalucía. Vinner es el Fórmula 1 de los perros porque tiene resistencia, velocidad... Y tú tienes que tener la cabeza. Son como los caballos y pueden morir, no tienen fin", explica el campeón mundial, que reconoce que el debate del bienestar animal siempre va a existir y hay "desinformación".

César Castaño, con el maillot arcoiris.
César Castaño, con el maillot arcoiris.

"Es difícil encontrar a alguien que altruistamente te explique. Es difícil juzgar, es hermético. En este deporte se busca el bienestar animal, el perro debe estar en el centro. Puede haber a alguien que no le guste, y otros que sí. Es un tema peliguado, he recibido bastantes haters, que me dicen cómo llevas el perro a ese extremo... Les invito a que vengan a ver un día a día, y vean las ganas, la motivación, cómo disfruta corriendo. Él nació para esto... si no le gustara, obviamente, no le haría correr", añade, mientras explica la difícil preparación que ha necesitado para conseguir este Mundial después de quedarse a las puertas en 2023.

«No podemos sobrecalentar al perro porque hay mucho riesgo...»

Esta temporada, Castaño y Vinner se sometieron a "una metodología nueva basada en intervalos y series". Habitualmente, la primera sesión del día se realizaba de seis a siete de la mañana, antes de comenzar el trabajo de 9:00 a 18:00, y por la tarde se efectuaba otra sesión. "Todo ello con días de descanso, descanso activo para hacer volumen. Él es el atleta, y vive como un profesional porque le supone un desgaste muscular igual que a nosotros. Le cuidamos la nutrición e incluso tiene fisio, antes del Mundial íbamos una vez cada tres semanas y le hacían punción seca, masajes...", cuenta con entusiasmo.

Esta modalidad está muy arraigada en los países nórdicos -Noruega y Finlandia- y en el Este, como en la República Checa o Polonia, donde se llegan a pagar grandes cantidades de dinero por tener los mejores perros y donde la cultura animal es otra. "Por el clima, tienen más facilidad. Pueden entrenar casi todo el año. Aquí en España hasta octubre o noviembre no empezamos, ya que no puede sobrecalentar al perro porque hay mucho riesgo", añade.

No pasaron ni 48 horas desde que quedó campeón mundial que Castaño ya recibió llamadas de dos patrocinadores para suministrarle material. Es una disciplina bajo el paraguas de las federaciones autonómicas y la española, pero que aún no cuenta con una estructura tan amplia como en otros países. Por eso, Castaño quiere iniciarse ahora con un proyecto en sus cuenta de Instagram para "concienciar a la comunidad mushing y abrirle esas puertas a la gente que quiere empezar. Eliminar la barrera de entrada. Tecnificarla con planes del entrenamiento para el humano y el perro". Y lo hace con un título mundial que le avala.