La cruda realidad del ciclismo pasa inadvertida a través de una broma en el pelotón: "En esta carrera, hospital o podio"
Sergio Martín, ciclista profesional que se quedó en una silla de ruedas por culpa de un accidente, cuenta cómo se lidia en el pelotón con el riesgo de acabar en una ambulancia.

Sergio Román Martín conoce a la perfección el discurso sobre el riesgo y la recompensa, una dinámica muy usada en el pelotón para entender cómo en cada etapa o entrenamiento los ciclistas se juegan el tipo para conseguir colocarse bien en un sprint, recortar y/o coger ventaja en un descenso o evitar cortarse en un abanico. A Sergio, como él mismo describe perfectamente en el último episodio de 'El Vestuario', le tocó la bola negra del billar: un accidente contra una furgoneta le dejó en una silla de ruedas mientras progresaba en su carrera, cortando de raíz su progresión en el pelotón profesional. Ahora rehace su vida poco a poco y verbaliza las consecuencias y también la mala suerte de jugársela en la carretera.
Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Sergio Martín en 'El Vestuario'
Oye ¿los ciclistas tenéis en la cabeza la idea de un accidente más que la que tienen otros deportistas? ¿Conviven con la idea de que un día esto les puede pasar o no?
De hecho, las carreras son un riesgo abismal. Pero no te das cuenta, o no te quieres dar cuenta, porque si piensas en el riesgo que vas a correr, frenas. Y si frenas, pierdes. Y no puedes frenar porque si no otro no va a frenar y te va a ganar. Y hay una curva, un golpe con otro tío en el pelotón, una carretera peligrosa, una bajada en la que te estás jugando una carrera, en la que si en ese momento piensas que te va a pasar algo como me ha pasado a mí, frenas y adiós la carrera. Adiós a un resultado, a un contrato mejor, a la satisfacción de haber ganado, a un pódium. Descorchar una botella de champán en un podio, adiós a todo eso. De hecho hay muchas veces que de broma decimos: "En esta carrera, hospital o podio". En mi caso ha sido hospital, más hospital de lo que tú tienes en la cabeza. Porque tú piensas: "bueno, es una caída, ya está, me rompo la clavícula, en dos semanas estoy otra vez o en un mes estoy como nuevo. Me hago una herida de unos raspones, ya está". Pero no piensas porque no te lo puedes permitir un hospital como el que me ha pasado a mí.
Yo tengo dos hijos. A mí me dicen mis hijos que se van a dedicar a un deporte: «Hospital o podio» y...
Es así. En el fútbol, donde se gana más dinero, también te pasan cosas, pero no tanto.
No sé cómo decirte, pero no es el deporte más tranquilo que uno pueda ejercer. Uno piensa en el sufrimiento ya propio del ciclismo, del esfuerzo, de los sacrificios físicos, del no comer, de todas estas cosas. Pero claro, pensar en que hospital o podio es una cosa fuerte.
Sí, lo es, pero toda en la vida tiene riesgos. Por ejemplo, yo ahora que he estado en el hospital con un montón de gente que tiene una lesión medular, veo que no a todo el mundo le ha pasado en la bici; de hecho te diría que solo al 5% de personas le ha pasado con la bici. A muchos les ha pasado con el coche, con la moto, en casa haciendo una mudanza o porque se ha caído por un barranco. La vida son riesgos. Sí que es verdad que hay un montón de situaciones en la vida en las que tú compras papeletas para que te pase algo. Pero te diría que la bici no es una forma de comprar tantas papeletas para que te pase algo tan grave. Sí que es fácil que te pase algo leve, como una caída y que te rompas el radio, pero lo que me ha pasado a mí no es común. Y creo que no estoy seguro de esto, pero diría que soy el único ciclista profesional que ha tenido un accidente tan grave que le ha provocado una lesión medular como la mía.
Pero claro, estaba pensando que en tu accidente ibas en una recta con la cabeza un poco agachada, había una furgoneta y te la comiste,¿no? Si no me equivoco es así. Claro, tú en tu carrera de ciclista has hecho 100.000 cosas más riesgosas para que te pasara algo así...
Para que me pasara algo sí, pero para que me pasara algo tan grave quizá no. Porque cuando tú vas en la bici tienes un campo de visión muy amplio. Si tú agachas la cabeza y no tienes ese campo de visión, estás yendo con el coche con un parche en los ojos. Y eso es mucho riesgo porque no ves. Si tú ves, tienes suficiente capacidad de reacción para que en el 99% de las veces no te pase nada. Que sea un coche se te cruza, frenas. Alguien se te pone delante, lo esquivas. Pero si no vas viendo, no. Y en mi caso fue el punto de buscar ese extra de rendimiento en el que vas apurando cada 1% de rendimiento. Porque al final yo iba en una bicicleta de contrarreloj, en la que tú vas con las manos aquí, vas acoplado y vas buscando la mayor aerodinámica posible. Un 1% más de aerodinámica era ir con la cabeza hacia abajo. Ese buscar ese 1% de mejora fue lo que provocó eso. Pero en el 90% de las ocasiones en las que vas con un amplio campo de visión en el que no hay ese riesgo, no es problema.
Es una metáfora de la vida bastante fuerte. Si lo bajas a cualquier otro ámbito, el cómo a veces buscamos un 1% más de lo que sea sin atender a las consecuencias que nos puede acarrear. Es una metáfora muy gráfica de la vida misma.
Sí, de que la vida es riesgo pero también es recompensa. Y yo te diría que he apostado mucho por ser ciclista. Ahí me he perdido muchas cosas, pero he tenido una recompensa muy alta. Dentro de ser ciclista tenía otros sueños como ser el mejor ciclista que mi genética y mi capacidad me permitieran. Y aposté mucho por todo eso. Tenía una posible recompensa que era llegar más alto y muchos riesgos. Uno de esos riesgos, que a lo mejor era un riesgo muy pequeño, era lo que me ha pasado. Yo he tenido la suerte de que me ha tocado la bola negra del billar y he vivido esa pérdida o esa parte mala de la vida. Pero bueno, es lo que me ha pasado. Es así.
¿Tú eres licenciado en Administración y Dirección de Empresas?
Graduado. Licenciado fuiste tú.
Ah, yo soy más viejo, ¿no? Yo me licencié en Periodismo. Bueno, pues tú eres el graduado de ADE. ¿Unas ideas de tu futuro van por ahí?
Bueno, está ahí. Yo siempre dije que mi sueño era ser director, no tener que trabajar de algo dedicado a lo que había estudiado, porque a mí me gustaba más la bici. Y veremos, a ver, sí que es un sector que me atrae, el marketing, ahora lo deportivo, incluso las finanzas, un poco. Hay temas que me gustan y que estoy ahora pues tratando de encauzar mi rutina y mi futuro.
O sea, ¿qué estás haciendo, por ejemplo?
Yo ahora estoy con el equipo y voy con el equipo a las carreras y estoy estableciendo qué es el punto de cara a la temporada que viene, que es la de 2025, donde yo puedo aportar más, donde yo puedo ser valorado y en algo en el que a mí también me motive. Porque no es tan fácil encontrar una cosa que te motive cuando tú desde tan pequeño has encontrado tu vocación. Yo tuve la suerte, si llama la suerte, de encontrar tu vocación o de trabajarla desde muy pequeño. Eso me ha hecho desarrollar todo lo bueno que tiene desde muy pequeño, saber qué es lo que quieres, pero cuando llega un punto en el que ya eso que quieres y que has conseguido no lo tienes, hay un vacío. Y ese vacío estoy ahora reconduciéndolo.
Claro, supongo que hay un riesgo grande en tu situación de pensar: «Me van a dar un puesto porque estoy así», o convivir con esta especie de cosa de la lástima de los demás. Supongo que eso es una cosa de la que uno quiere huir como del fuego
Sin duda, yo estoy haciendo lo posible por escapar de ese papel de víctima, porque yo entiendo que lo mío es muy visual y la gente que me conocía poco o los que no me conocían ven ahora un chico en una silla de ruedas y el primer mensaje que sale es: "Pobrecito, ¿estás bien, necesitas ayuda?" No necesito ayuda, estoy bien. Y dentro de los ámbitos, a lo mejor laboral, sí que puede ser un te concedo esto porque estás así, yo no quiero limosna, no quiero cubrirme del papel de víctima y de "pobrecito necesita esto". Lo que yo quiera o lo que yo crea que puedo conseguir lo voy a hacer por lo que soy, no por estar en una silla de ruedas.
Desde luego parece que hay puestos en el ciclismo en los que tú puedes desarrollarte y que además tienes la experiencia profesional más que fresca, conoces las cosas desde dentro y desde luego hay un montón de sitios en el ciclismo donde tú puedes hacer un papel muy bueno.
Los hay, la cosa es ahora tengo que buscar el equilibrio entre lo que hay, lo que quiero hacer yo y lo que se me da bien, porque a lo mejor también, sí, tú puedes hacer X y soy un inepto para eso y claro, también hay que ver un poco el camino en ese sentido. Pero bueno, estoy con situaciones en las que creo que puedo desarrollarme bien así, sí, sí.
¿Qué cosa has pasado mejor de lo que esperabas y qué cosa has pasado peor de lo que esperabas?
Esa es una pregunta que me tienes que haber dicho ayer para que la apuntara. No lo sé, por ejemplo, el trámite de un avión o del AVE es más sencillo de lo que parece. Viajar solo me refiero, que a lo mejor al principio da un poco más de miedo. Y eso es sencillo. ¿Qué he pasado peor? Quizás el contacto con otras personas. Hay gente que a mí no me gusta el discurso de lo que transmite. Yo lo que transmitía antes era que era un deportista profesional. Dentro del mundo del ciclismo, impartes respeto. Y ahora voy, sin yo quererlo, transmitiendo una sensación de van así a ruedas, pobrecito, cuando no es así. Voy así a ruedas, pero sigo siendo la misma persona. Y el tener que demostrar que sigo siendo la misma persona, por lo menos por dentro, ese esfuerzo extra no me ha gustado. Eso es una cosa como que ha sido más difícil o es más difícil de lo que yo pensaba.
En tu experiencia, ni los deportistas sois superhombres, ni los que estáis en silla de ruedas sois una gente a la que igual los que lo vemos desde fuera nos equivocamos en los dos juicios.
Al final, no sé, somos o tenemos percepciones en función a nuestra experiencia anterior. Y claro, si estamos viendo todos los días a los de Relevo, en este caso, que ensalzan a Vinicius, pues a lo mejor vemos a Vinicius y decimos: "Hostia, una estatua de oro para Vinicius", cuando es un tío normal que juega muy bien al fútbol, pero es un tío normal. Con la bici es igual, es un tío normal que va muy rápido en bici, pero que luego, a lo mejor, como persona, dices: "Madre mía". Y esto es al revés. Este es un tío normal que se ha roto la columna y ya está, no es un pobrecito que no puede subir unas escaleras o mírale que tal. Es una persona que tuvo un accidente y ya está. Y eso diría que es, a lo mejor, un mensaje que estaría bien como que, a medio plazo, se llevara el mundo, pero entiendo que no es fácil, es difícil.