Alex Aranburu, el rematador en ciernes de Movistar: "Por ahora, le cuesta mucho dar en la diana"
El guipuzcoano afronta este domingo su tercera participación en Lieja-Bastoña-Lieja como una de las principales bazas del conjunto telefónico.
Lieja. - Basta sentir un 'crack' para creer que todo está perdido; como si la condición física fuera un castillo de naipes que se derribara con un soplo de aire. Si bien es cierto que una lesión puede apartar al deportista del objetivo inmediato, no es menos real que no tiene por qué sacarle de su camino. Con trabajo y optimismo, todo suma; incluso la decepción de romperse la clavícula a las primeras de cambio en una temporada preparada al milímetro en busca del salto de calidad.
Alex Aranburu (1995, Ezquioga) había empezado el año bien; "incluso mejor de lo que esperaba", reconoce a Relevo. "Todo apuntaba a que estaría en plena forma para la Itzulia y las clásicas de las Ardenas. Sin embargo, la fractura de clavícula que sufrí en la Challenge de Mallorca nos rompió los planes". Casi un mes sin salir a la carretera ("hacía rodillo y gimnasio, pero eso sirve de poco en este ciclismo donde es necesario estar a tope para competir") y otro más en capilla, recuperando sensaciones con vistas a una Vuelta al País Vasco en la que consiguió acabar entre los cinco primeros de tres etapas, alzándose con la clasificación por Puntos.
"Sin encontrarse al 100%, estuvo en la disputa de todas las etapas que se marcó". Quien lo subraya es 'Txente' García Acosta, director deportivo del Movistar Team donde Aranburu lleva ya tres temporadas evolucionando. "En la primera decidimos que compitiera en las clásicas de pavé, y se le hizo pelota", reconoce el técnico navarro. "Por eso la temporada pasada cambiamos de objetivos y trazamos un calendario mirando al final de temporada, donde veíamos que podía sacar más partido de sus cualidades".
Funcionó. "Dio un cambio muy bueno", resume Txente. "Fue mi mejor temporada", colige Aranburu. "Tal vez desde fuera no se vea así, pero para mí fue mi mejor año en lo deportivo". 5º en la Vuelta a Alemania, 4º en el Gran Premio de Québec y 3º en Montreal, 3º en Gran Piemonte… y, sobre todo, competitivo y cerca de la victoria cada vez que se ponía un dorsal. "Me faltó ganar", reconoce el guipuzcoano. "Por ahora le cuesta mucho dar en la diana", asume 'Txente'. "Además, sufre cuando no gana. Le cuesta aceptar que siempre haya uno más rápido que él. Pero claro: está en un rol del ciclismo, de 'sprinter para arriba', que es muy desagradecido… Todo se decide en diez segundos en los que pasan muchas cosas. El día que acierte con la diana, explotará".
"Yo me veo como un rematador", se define Aranburu. "Noto progresión. Voy cogiendo experiencia en las carreras y confianza en mis cualidades. Ya sé cuál es mi sitio y año a año voy a estando un punto mejor. Sé que puedo ser competitivo en las etapas que acaban en un repecho, o en puertos cortos, en sprints reducidos como en Lieja…"
Este domingo afronta La Decana con un rol abierto, en el seno de un Movistar Team mermado por las lesiones en el cual Davide Formolo y él ejercerán de estiletes. "La Flecha Valona del miércoles fue un día para olvidar; sufrimos un montón", se duele. "Lieja ya me gustó el primer año que la corrí con Astana; aun trabajando, pude hacer buen puesto [21º]. Es muy dura, pero este tipo de kilometradas me van bien y los repechos son cortos. Es una carrera que me gusta y tengo ganas de afrontarla".
"Está cogiendo la onda", se anima Txente. "Está con ilusión y cada vez mejor. Sólo hay que tener paciencia con él". Cuando concluya su campaña en las Ardenas, afrontará el Tour de Romandía y la clásica de Frankfurt antes de tomarse un respiro con vistas al Tour de Francia. Hoy por hoy, está entre los nombres que maneja el seleccionador nacional Pascual Momparler para los Juegos Olímpicos. Su futuro en adelante está menos claro; según publicó GCN, la próxima temporada dejará Movistar Team para enrolarse en un equipo francés. "Ahora mismo estoy corriendo y ya veremos qué pasa", zanja sin entrar en detalles.