BOXEO

Juan Yin Yan, el aspirante al Nacional que empezó a boxear por una fractura de codo

Juan Yin Yan se enfrenta este sábado a Baldo Mira en Marbella. En juego estará el Campeonato de España del peso supergallo.

Juan Yin Yan golpea a un oponente durante un combate./JL Martínez
Juan Yin Yan golpea a un oponente durante un combate. JL Martínez
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

Con 18 años, Juan Yin Yan (7-0-2, 0 KO) podía haber dejado su vida muy encauzada. Los estudios no se le daban bien y sus padres, que regentan un bazar y un restaurante, le ofrecieron quedarse con los negocios en los que él ya era uno más. "Era muy tentador, pero tener 18 años y el bolsillo lleno creía que no era algo bueno. Trabajando como ellos, mi tiempo libre sería de noche… y la noche con esa premisa es muy peligrosa. Entonces decidí que iba a comenzar a estudiar para vivir mis propias experiencias", cuenta el boxeador a Relevo.

Juan, nacido en Madrid, proviene de una familia china "muy tradicional". Sus padres llegaron a España con 22 años y precisamente, con esa edad fue con la que su vida cambió. Una vez tomó la decisión de estudiar, cursó un FP de grado medio de conducción de actividades deportivas en el medio natural. Le gustaba la naturaleza y el deporte estaba presente. Fanático del culturismo disfrutaba con las pesas y también con las disciplinas al aire libre. "Haciendo snow me fracturé el codo. El médico me dijo que quedaría bien, pero que no recuperaría más de un 80% de movilidad. A cabezota no me gana nadie. Trabajé con mi fisio muy duro y cuando me dio el alta se sorprendió porque había recuperado el 100%. Pese a ello, me advirtió que no podría practicar deportes en los que necesitase una extensión de codo. Eso me motivó a empezar a entrenar boxeo en el gimnasio de pesas al que iba. Era dos días por semana, pero sólo por demostrar que podía", admite.

El boxeo entró "por casualidad" en su vida, pero pronto la percepción cambió, aunque le costó dar el paso. "El entrenador me recomendó en dos meses ir a otro gimnasio porque "se me quedaba pequeño en el que estaba". Yo no quería, pero una de las veces que el entrenador me repetía que debía ir a otro gimnasio lo escuchó mi hermana. Ella me animó y juntos nos apuntamos. A los cuatro meses me pidieron ayudar a unos competidores y lo hice. En poco tiempo me di cuenta de que podía estar de tú a tú con ellos y mi hermana me insistió en competir. "Si en seis meses has logrado esto, por qué no pruebas", me dijo. En ese momento, iba a empezar TAFAD (FP de grado superior de Actividades Físicas y Deportivas), trabajaba con mis padres en la tienda y quería acabar de estudiar para montar un gimnasio de pesas y centrarme en entrenos personalizados. Al final, le hice caso y tras mi debut amateur me di cuenta que quería más", apunta.

Esa casualidad, diez años después, se ha convertido en una oportunidad por el Campeonato de España del peso supergallo. Yin Yan, pese a no tener una gran experiencia amateur (superó por poco la treintena de pleitos), siempre fue uno de los púgiles más observados en esa etapa. En 2018 debutó de profesional y debido a la pandemia vio cómo su progresión se cortaba. Tras la recuperación de la industria, Juan se encontró con otro problema. Baldo Mira llevaba desde mayo de 2021 esperando para disputar ese cinturón nacional frente al campeón, Álvaro Rodriguez. El madrileño ya había alzado la mano para pelear contra el ganador, pero debía esperar.

"Después de Navidad me avisaron qué Álvaro Rodríguez estaba valorando dejar vacante el cinturón. En ese momento empecé a prepararme por sí surgía la posibilidad y al final sucedió", revela. Así, este sábado viajará a Marbella para enfrentarse al local Baldo Mira (9-0, 2 KO). "Va a ser una pelea muy bonita para el espectador. Somos dos púgiles muy estilistas y creo que haremos disfrutar", prevé Yin Yan. Siendo el visitante, la tarea parece más difícil, pero eso no le preocupa al púgil. "No me importa. Si me dan perdedor, me han dado perdedor. Hago esto porque me gusta y apasiona el boxeo. Una decisión de unos jueces no depende de mí y por ello no le daré más vueltas porque es algo que no voy a poder cambiar", concluye. Su confianza es alta y juega con un factor a su favor: cuando en su vida todo indicaba que algo era poco probable, lo terminaba consiguiendo.