BOXEO

Jesse Rodríguez, el boxeador del pasado nacido en el siglo XXI

El estadounidense, de 24 años, es campeón en dos divisiones. No rehúye los grandes nombres y busca cimentar un buen legado. Está invicto en 20 peleas.

Jesse Rodríguez./
Jesse Rodríguez.
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

A los 20 días de estrenar el siglo nació en San Antonio (Texas) Jesse Rodríguez (20-0, 13 KO). Su camino estaba destinado al boxeo y muy pronto lo empezó a practicar y despuntar. Con 15 y 16 años logró ser campeón de Estados Unidos de su categoría. Su talento era tal que con 17 años y dos meses le hicieron debutar como profesional. Había talento.

Tuvo una carrera en la que fue subiendo escalones hasta que con 14 peleas su vida cambió. Era 2022 y el destino le regaló su primera pelea titular ante un histórico del supermosca como Carlos Cuadras. Le ganó con holgura y se proclamó campeón mundial de una división superior a la suya. Era cierto que estaba destinado a grandes cosas. Sor Rungvisai, uno de los 'cocos' de la división, e Israel González fueron sus dos siguientes rivales. No rehuyó y fue a lo que le tocó.

Bam, como es apodado, decidió en ese punto que debía ir a su peso natural. Bajó al mosca. Ganó la faja WBO y en su siguiente pelea unificó coronas con Sunny Edwards, campeón IBF. Todo esto lo logró con 23 años. La precocidad siempre marcó su carrera. Había demostrado hacer casi lo que quería, pero tenía una deuda pendiente. Juan Francisco Estrada, uno de los grandes dominadores de los pesos bajos de los últimos años, estaba de vuelta y él quería ganarle. Se enfrentaron en junio y le noqueó en siete asaltos.

Jesse Rodríguez no parece un boxeador de su época en el ring. Fuera de él domina la escena y sabe conectar con su generación en redes sociales, pero en la manera de llevar su carrera es diferente. Va a por los mejores y en el ring siempre va a dar batalla. La guerra es donde mejor se mueve. Lo ha demostrado en todas sus peleas. Es consciente que situarse entre uno de los mejores boxeadores del mundo en un peso bajo requiere, precisamente, de valentía. Hay que ser vistoso y no pasar por encima de ningún reto. Por ello, y para seguir cumpliendo, este sábado volverá a la acción en Philadelphia para enfrentarse a Pedro Guevara (42-4-1, 22 KO). Quizá no tenga tanto nombre como sus dos últimos oponentes, pero es el dueño del Mundial WBC Interino del supermosca. Es el retador que le tocaba. No quiere dejar cabos sin atar.

Para el combate, Rodríguez es claro favorito. Ha ganado a los mejores de su división y de la categoría inferior. Ya sabe lo que es sufrir y tener que reponerse de los golpes que te mandan a la lona, pero eso es parte del juego. Su juego. Quiere ganar y convencer porque su único objetivo es entrar en el top 10 libra por libra. Talento y valentía tiene de sobra. Además, posee algo que encandila al público: pelea por el legado. En un tiempo en el que se cuida el invicto por encima de todo, un boxeador de la nueva generación irrumpe con valores de los púgiles de antaño. Jesse Bam Rodríguez, un veterano del siglo XXI.