Haney cumple el trámite ante Kambosos

Devin Haney dio un golpe de autoridad el pasado junio. Viajó a Melbourne para desafiar al campeón unificado (WBC, WBA, IBF y WBO) del ligero y dio un auténtico recital.Pasó por encima de Georges Kambosos. Haney era muy superior y la opción de una revancha no gustaba a nadie. No hubo color y se esperaba que en el segundo pleito ocurriese lo mismo. Pese a ello, estaba firmada y 113 días después volvieron a verse las caras. La película fue la misma, solo cambió que los dos acabaron cortados y que Haney encajó algún golpe. El resultado, por tanto, fue el mismo: victoria para "Dream" por decisión unánime (119-109, 118-110 y 118-110).

El pleito, viendo el primero, había llamado menos la atención. Los boxeadores lo sabían e intentaron caldear todo en el pesaje. Hicieron un vídeo viral, pero debían dar la palabra final en el ring. El combate fue algo mejor que el primero, pero no demasiado para cambiar el recuerdo. De inicio Kambosos salió con mucho ímpetu, presionó y Haney fue de menos a más. El estadounidense buscó cansar al australiano, por ese motivo se dedicó a cerrar un clinch tras otro. Tras cinco asaltos, Haney había utilizado esa estrategia un total de 25 veces. Desde el tercer asalto el monólogo del campeón fue total. No había manera de cambiar la dinámica. Con un porcentaje de acierto de golpes de poder superior al 40%, Kambosos veía cómo de nuevo una especie de "gota china" le iba castigando.

En el noveno todo se animó un poco. Haney se cortó en la ceja de manera leve, Kambosos empezó a sangrar por una herida en la misma zona y el australiano conectó una mano dura y clara. No le hizo nada a Haney, quien contemporizó de nuevo y dejó correr el tiempo. La paciencia la combinó con manos durísimas y es que el local se fue muy castigado para casa. A Kambosos le faltó mucho trabajo, como en la primera pelea y Haney, con algo menos de jab en algunos momentos, supo controlar la situación con gran maestría. Si quedaba alguna duda, el campeón es mucho mejor. Ahora será tiempo para regresar a Estados Unidos y buscar peleas de dinero. El abanico es grande para Devin Haney.