MUNDIAL DE BALONMANO

Así es Don Rodrigo Corrales, el emigrante gallego que rema a favor de los Hispanos

Apasionado del periodismo deportivo, la escritura y los idiomas, el de Cangas es un compañero ejemplar en el vestuario.

Rodrigo Corrales , en una acción del partido ante Suecia. /AFP / JONATHAN NACKSTRAND
Rodrigo Corrales , en una acción del partido ante Suecia. AFP / JONATHAN NACKSTRAND
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

"La clave son los mejillones de la ría". Carlos Pérez Rial 'Perucho', campeón olímpico de piragüismo en Pekín, siempre bromea en petit comité cuando se le pregunta por qué salen tantos campeones de la zona de Cangas y sus vecinas Aldán y Moaña. Rodrigo Corrales, el héroe del bronce de los Hispanos ante Suecia, es a sus 31 años uno de los iconos de la localidad pontevedresa. Los otros, los palistas David Cal, Teresa Portela y Rodrigo Germade y el futbolista Iago Aspas. Casi nada.

Como tantos otros emigrantes gallegos, se fue a los 15 años a Barcelona para hacer un máster en la vida. La inmensidad del universo culé, el trasatlántico del balonmano en España. Tras un bienio en Huesca, le esperaba el mundo: primero Polonia (Orlen Wisla), luego Francia (PSG) y desde 2020 en Hungría (Veszprém). En cada sitio se ha integrado a la perfección, en tiempo récord, y ha tratado de hacer suyos los idiomas y costumbres locales.

En Hungría es un ídolo porque Corrales, pese a que su nombre no ha sonado en este Mundial hasta este domingo, es un arquero como la Catedral de Santiago. En la Final Four de Colonia de 2022, la exigente afición magiar coreaba su nombre varias veces por partido. "Es que hay muchos porteros buenos, es una posición decisiva en el mundo del balonmano y estamos para esto", comenta con humildad a Relevo.

Gran conversador y apasionado de la escritura, le encanta el periodismo deportivo y se está formando para algún día trabajar en este ámbito. Jamás deja a un medio sin atender tras los partidos. Corrales es sencillez pura, como la mayoría de sus paisanos de la península del Morrazo, y uno de los jugadores más queridos en el vestuario. Por eso Kauldi Odriozola le está dando un cursillo acelerado de mus, para que también esté en las timbas de las vísperas, porque su concurso siempre aporta algo.

Él solo acude a la Selección de balonmano de España para ayudar, sea en la cancha o desde el banco. Y el que conoce a Corrales sabe que no lo dice con la boca pequeña. "Cuando sales al campo tienes que hacerlo bien por el grupo, por lo que representas". Porque la causa colectiva es mayor que la individual, esa es la eterna consigna de los Hispanos. "Gonzalo (Pérez de Vargas) es un portero muy importante en su club, y yo también. Se ha dado la situación de que en este Mundial, Gonzalo jugó en cuartos y semis, y lo ha hecho bien. No tiene que hacerlo mal para que salgan otros".

"En la portería no hay sitio para los dos a la vez. Gonzalo y yo, aparte de llevarnos muy bien, nos apoyamos e intentamos estar preparados", indica antes de recalcar una particularidad del balonmano: "Un portero puede cambiar el partido, juegue 5 minutos, 10 minutos, una parte, como hoy ha sido mi caso, o todo el encuentro. Para que esta selección llegue arriba tiene que haber muchos momentos de brillantez por parte de todos". Hoy le tocó a él ser el héroe. Se lo ha ganado a pulso. Es la proteína de los mejillones. Galicia calidade.