Los 2 minutos de exclusión en balonmano: su impacto en el juego y cuándo se sancionan
Es una sanción bastante habitual en este deporte y tiene una influencia importante en los partidos.
Si hay algo que distingue al balonmano es su dinámica, su ritmo vertiginoso. Es un deporte en el que son muy importantes la destreza técnica, la estrategia y el contacto físico. En ese contexto, hay una medida reglamentaria que puede alterar drásticamente el curso de un partido: la exclusión de 2 minutos, una de las sanciones más severas del balonmano, relacionada íntimamente con muchas de sus características principales y bastante frecuente en los encuentros.
Cuando en balonmano, por decisión de los jueces un jugador es excluido por 2 minutos, debe abandonar el terreno de juego y no puede ser sustituido por otro compañero. Esto significa que deja a su equipo en inferioridad numérica por ese lapso de tiempo, que parece breve pero en un partido de este deporte no lo es tanto.
La exclusión temporal es acumulativa. Si un jugador es excluido tres veces durante un mismo partido, recibirá automáticamente la tarjeta roja, lo que implica su expulsión definitiva sin posibilidad de retorno.
¿Cuándo se sanciona a un jugador con 2 minutos de exclusión?
La exclusión de 2 minutos se impone en situaciones donde la conducta del jugador excede los límites permitidos por el reglamento. Aunque el balonmano es un deporte de contacto, existe una clara distinción entre lo que se considera un contacto legal y una infracción merecedora de sanción.
Una de las causas más comunes de la exclusión es la comisión de faltas graves o reiteradas. Esto incluye empujones, golpes o bloqueos antirreglamentarios que pongan en peligro la integridad física de un adversario. En estos casos, los árbitros utilizan su criterio para evaluar la intención del jugador y el impacto de la acción.
También se sanciona el comportamiento antideportivo. Actitudes como la protesta exagerada, la simulación de faltas, o cualquier acción que se considere antideportiva pueden resultar en una exclusión de 2 minutos. Esta sanción no solo responde a conductas que afectan directamente el desarrollo del juego, sino también a aquellas que atentan contra el espíritu del deporte.
Las interferencias en los lanzamientos o reanudaciones de juego también suelen ser sancionadas con los 2 minutos de exclusión. Este tipo de obstaculizaciones se consideran tácticas desleales que buscan obtener una ventaja indebida, rompiendo el flujo normal del juego.
Las infracciones al entrar o salir del terreno de juego, que ocurren generalmente en situaciones de realización de cambios rápidos, donde la presión del partido puede llevar a cometer errores, pueden ser sancionadas con los dos minutos de exclusión, igual que las agresiones (a rivales o al árbitro), que de acuerdo a su magnitud pueden implicar directamente la tarjeta roja.
En definitiva, los 2 minutos de exclusión no solo representan una sanción para el jugador infractor, sino que tienen un impacto significativo en el desarrollo táctico y psicológico del partido. Para el equipo que sufre la exclusión, la clave está en reorganizar su defensa para minimizar los espacios y resistir la presión ofensiva que seguramente desatará el rival.