WNBA

Las Vegas Aces, en el ojo del huracán: entre el 'caso Hamby' y el incumplimiento del tope salarial

El actual campeón de la WNBA está siendo doblemente investigado por la "discriminación" a Dearica Hamby tras su embarazo y por presunta elusión del límite salarial con varias jugadoras.

Las Vegas Aces, en el ojo del huracán: entre el 'caso Hamby' y el incumplimiento del tope salarial
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Cuando hace unas semanas, la dos veces All-Star Dearica Hamby fue traspasada de Las Vegas Aces a Los Ángeles Sparks, la noticia estuvo más en lo extradeportivo que en el hecho en sí de que se fuera del equipo con el que solo unos meses atrás había ganado su primer anillo de la WNBA. Hamby había acusado a las Aces, club en el que llevaba ocho temporadas, de haberla discriminado por su embarazo, así como de haberle hecho promesas incumplidas. Y el club, lejos de desmentir las acusaciones, guardó silencio y evitó las preguntas sobre ello. Sin embargo esto no ha sido lo único que habría eludido el vigente campeón de liga. Las Aces han sido acusadas de sortear el tope salarial de la liga al haber realizado pagos bajo cuerda a jugadoras. Y ahora, la WNBA está investigando a la franquicia por ambas cuestiones.

Las Aces, el club que el pasado verano hizo historia por lograr su primer anillo, han estado en el punto de mira desde finales de enero. Y es que todo lo que debía ser modélico por parte del vigente campeón, se ha convertido en todo lo contrario en las últimas semanas. 

El 'caso Hamby'

A finales de enero, todo el baloncesto se volcó con Dearica Hamby, cuando esta denunció el trato "poco ético y poco profesional" que había recibido por parte del club al que llevaba ligada desde que saltó a la WNBA en 2015. La jugadora, que en junio de 2022 firmó una extensión por dos años de su contrato, anunció en septiembre que estaba embarazada. Y a raíz de ahí sufrió una oleada de acoso y manipulación, hasta el punto de ser acusada de haberse quedado embarazada a propósito y, por tanto, de "no cumplir" su parte del acuerdo porque nadie esperaba que se quedase embarazada durante ese tiempo. Aquella denuncia pública de la alero hizo que el sindicato de jugadoras de la WNBA decidieran investigar lo ocurrido, algo que también está haciendo la propia competición.

El pasado miércoles, las Aces emitieron un comunicado en el que reconocían que la WNBA estaba investigando los hechos denunciados por la ya exjugadora de Las Vegas. Sin embargo, el relato que defienden las vigentes campeonas del anillo es contradictorio y deja a la franquicia en una situación controvertida.

Por un lado, el comunicado recoge que habría sido esa misma jornada en la que se habría iniciado el proceso. Si bien, tal y como adelantó The Athletic, la investigación habría comenzado días antes. Pero, ¿por qué entonces emitir el comunicado cuando ya ha pasado tiempo? La respuesta es sencilla: para zanjar las preguntas de la prensa sobre el tema -el comunicado se cierra con "la organización no tendrá más comentarios en este momento"-, las cuales no recibían respuesta y estaban dejando en mal lugar a la franquicia.

Horas antes del comunicado, en el que se asegura la "colaboración" con la investigación, se celebró de forma telemática la presentación de la recién llegada Candace Parker y ella estuvo la cúpula de la franquicia al completo. Era la primera vez que la directiva comparecía desde que Hamby hizo su denuncia pública, por lo que, como era de esperar tras semanas de silencio, la presidenta de la franquicia, Nikki Fargas, fue preguntada sobre ello. Sin embargo, nada más acabar la pregunta realizada por Las Vegas Review-Journal, un portavoz de la franquicia intervino y aseguró que Fargas acababa de recibir una llamada telefónica y que tenía que abandonar la conferencia. En ese momento, el vídeo de la presidenta, que no había contestado aún, desapareció de la pantalla y no volvió a la presentación. Adiós a la respuesta y a la oportunidad de seguir preguntando sobre un tema en el que la polémica continúa y está siendo investigada… pero no es la única.

Bajo lupa por eludir el tope salarial

Solo unos días después de que la franquicia fuera señalada por esta práctica y por la oficialidad de la investigación sobre el caso Hamby, las Aces eran salpicadas por otra cuestión que ponía en entredicho su credibilidad: incumplimientos del tope salarial.

La realidad es que la franquicia de Las Vegas ha fichado a Candace Parker -dos veces MVP- y la destacada alero Alysha Clark. Sin embargo, las dos jugadoras provenientes de las Chicago Sky y las Washington Mystics, respectivamente, habrían firmado por un salario significativamente menor del que recibieron la pasada temporada, pero podrían haber recibido un contrato aparte con patrocinadores para elevar sus ingresos, algo que podría atentar contra las normas de la competición. Y esto estaría dentro de una serie de sospechas ya levantadas sobre las Aces que, tal y como adelantó The Next, estarían siendo investigadas por parte de la WNBA.

En concreto, la franquicia está siendo investigada por hacer ofertas de pagos encubiertos tanto a jugadoras actuales como a las agentes libres que el equipo ha fichado. Según la información publicada por The Next, el patrón que llevaba a cabo la franquicia siempre era el mismo: un alto cargo daba instrucciones al agente sobre una posible contratación, ya fuese de una agente libre o de una jugadora que negociaba una extensión. Después, el agente recibía una llamada con una oferta por una cantidad específica de una compañía particular ya preseleccionada. Y esto, precisamente, podría ser constitutivo de una elusión del tope salarial.

Según establece el convenio colectivo de la WNBA, se considera violación del mismo "que un equipo celebre un acuerdo o entendimiento con cualquier patrocinador o socio comercial o tercer bajo el cual pague, o acepte pagar, una compensación por los servicios de baloncesto a un jugador bajo el contrato del equipo. (...) Tal acuerdo con un patrocinador, socio comercial o tercero puede inferirse cuando: dicha compensación supera sustancialmente el valor justo de mercado de cualquier servicio que el jugador preste por dicho patrocinador o socio comercial o tercero". Y esto, precisamente, podría cuadrar de acuerdo con la reivindicación del propietario de Aces Mark Davis, que ya reivindicó "más dinero" para las jugadoras.

Una situación compleja para la WNBA

Esta situación hace que la WNBA, en caso de confirmarse esa elusión del tope salarial, se encuentre ante una dicotomía. Si impone una dura sanción, puede provocar que los inversores retiren su dinero y eso se traduzca en una devaluación de la competición. Pero, además, también supondría una imagen negativa tanto para la liga como para las jugadoras. En cambio, si impone una sanción blanda, otras franquicias podrían sumarse a la práctica ya que, a fin de cuentas, entenderían que sale "rentable" y se sumarían a esta controvertida prestación.

Así, la WNBA se encuentra ahora en proceso de dirimir cuál será la resolución y qué postura toma en caso de confirmarse los incumplimientos, ya que, aunque hay quienes insisten en cambiar el tope salarial -como el dueño de las Aces o el de las New York Liberty, por ejemplo-, está pactado que el mismo se extienda hasta 2027, fecha en la que habrá de renovarse el actual convenio.