El traspaso de Luka Doncic saca a la luz el significado de la palabra lealtad en la NBA, con Kevin Durant y Matts Hummels entre los indignados
La salida del exmadridista de Dallas devuelve al foco el poder de las franquicias a la hora de decidir el futuro de los jugadores.

La historia de Luka Doncic con Dallas Mavericks parecía de amor eterno. Pero terminó con divorcio abrupto y sin previo aviso. Al menos para el jugador, que se enteró por un mensaje de voz y varias llamadas sin contestar de Nico Harrison, el mánager general de los Mavs y el personaje responsable de la inesperada salida del esloveno de un equipo al que había jurado fidelidad y lealtad.
Una palabra cuyo significado ha dado mucho que hablar en las últimas horas en la NBA y en el mundo del deporte, a horas de que se cierren los mercados del fútbol europeo y a días de que se eche la verja al mercado en la liga estadounidense. Para muchos, incluidos los aficionados de los Mavericks que ya piden la dimisión de Harrison y la venta del equipo por parte de los actuales dueños de la franquicia, la familia Adelson, el equipo ha dejado en la estacada al jugador sobre el que habían construido el futuro de la franquicia. Algo que han hipotecado por el corto plazo y por intentar buscar el anillo esta misma temporada.
Poco o nada le valió a Doncic el hecho de haber estado en el mejor quinteto de la NBA en cinco temporadas o haber llevado al equipo a la final de la NBA la pasada campaña. Dallas ha optado por un jugador interior más defensivo y ha cambiado por completo el rumbo de un proyecto en el que ex del Real Madrid se veía durante toda su carrera en la NBA. "Pensé que pasaría mi carrera aquí y tenía muchas ganas de traeros un campeonato", apuntaba en redes sociales el jugador horas después del traspaso.
La salida de Doncic ha devuelto a la mesa el viejo debate sobre si los jugadores son dueños de su destino en la NBA o si simplemente son "mercancía", como muchos de ellos han señalado. Sólo algunos como LeBron son dueños verdaderos de las decisiones sobre su carrera y pueden vetar un posible traspaso. El resto dependen de las franquicias, dueñas de los contratos, y que son los máximos responsables de los traspasos. Esta diferencia hizo saltar a Durant tras conocer el traspaso de Doncic, resaltando la palabra lealtad por encima del resto.
"Los jugadores están sujetos a un estándar diferente de lealtad y compromiso con un programa, pero las organizaciones no están sujetas a ese mismo estándar por parte del mundo exterior", señalaba el alero de los Suns, que se enteró del traspaso de Doncic en mitad del último partido del equipo de Phoenix. "Todos deberíamos estar sujetos a ese mismo estándar. Ahora cualquier equipo puede decir 'al carajo, voy a cambiar a algunos de mis jugadores si esto no funciona'".
Esa forma de funcionar del mercado NBA (en realidad en todo el deporte estadounidense), en la que el jugador apenas tiene voz a los deseos de las franquicias, son muy diferentes a los mecanismos que, por ejemplo imperan, en el mercado del fútbol, donde los jugadores sí tienen poder a la hora de decidir posibles traspasos o dónde quieren jugar. "Gracias a Dios no puedes ser traspasado de esta manera en el fútbol", recalcaba en X Matt Hummels, futbolista alemán de la Roma, sobre un traspaso en el que Doncic no tuvo nada que ver.
De hecho, el esloveno, se enteró a través de un mensaje de Nico Harrison. "Mi suposición es que probablemente no quiere hablar conmigo", señalaba el GM de los Mavs en la rueda de prensa en la que intentó explicar la extraña decisión de prescindir de su jugador franquicia durante las últimas siete temporadas. "La verdad es que sentimos que nos hemos adelantado a lo que va a ser un verano movidito. Luka estaba a un año de poder rescindir el contrato y sabemos que otros equipos han estado preparándose para ficharlo cuando llegue ese momento".
Una explicación que ha sido insuficiente tanto para Luka como para su padre, que no ha dudado en cargar contra la gerencia de los Mavs tras la salida de su hijo. Sobre todo por el secretismo que ha envuelto todo este movimiento. Un traspaso del que ni siquiera Jason Kidd, entrenador de la franquicia tejana, era consciente.
"Entiendo que llega un momento en el que no estás de acuerdo con cierta filosofía. No te gusta tal o cual jugador, todo bien, lo entiendo. Pero creo que precisamente este secretismo de algunas personas es, tal vez, incluso hipocresía. Me duele personalmente", ha dicho Sasa Doncic en una entrevista en Eslovenia. "Creo que Luka no se merece esto en absoluto. Dando por hecho que al menos, como sé, se ha sacrificado enormemente. Siento que esto es muy injusto por parte de algunas personas porque sé que Luka respetaba mucho a Dallas. Respetaba a toda la ciudad".
"Luka no se merece esto en absoluto. Dando por hecho que al menos, como sé, se ha sacrificado enormemente. Siento que esto es muy injusto"
No es la primera vez que se pone en tela de juicio el sistema de mercado de la NBA en el que los jugadores apenas tienen voz. Sólo los jugadores al final de su contrato, cuando son agentes libres, pueden decidir su futuro destino. Los demás, no. Están en manos de las franquicias que consideran que ya no son lo suficientemente rentables o eficientes deportivamente hablando, y ellos aceptan su destino.
"Es la parte más difícil de este negocio". Una palabra fundamental para entender la NBA y que puso sobre la mesa Steve Kerr, técnico de los Warriors, al ser preguntado por el traspaso de Doncic y sus circunstancias. "Cuando te apegas a la gente, pero luego la gente sigue adelante, ya sea un intercambio, agencia libre o despidos de entrenadores. Construyes estas relaciones que son realmente íntimas, porque has pasado mucho juntos y, de repente, la gente se va". Es el concepto lealtad, que tantos ríos de tinta ha hecho correr en una NBA en la que los jugadores conocen y aceptan las reglas de juego. Aunque a veces duela.