Karl-Anthony Towns justifica el bombazo del verano en la NBA y los Knicks sacan pecho: "Somos la p... Nueva York"

En una noche solitaria de NBA, con apenas un partido, Raptors y Knicks regalaron un partido de intensidad alta, emociones fuerte y que se decidió en los últimos segundos. Un triple de Karl-Anthony Towns a falta de seis segundos sirvió de daga. Un tapón de OG Anunoby, exjugador de los Raptors a RJ Barrett, ex de los Knicks, en la jugada anterior, evitó el empate. Y los Knicks sobreviven (113-108) a un partido que fue una guerra, que les mantiene arriba en el Este. Y que pudo tener consecuencias catastróficas como tal.

Towns, que terminó el choque mostrando la camiseta de los Knicks y gritando "somos Nueva York, la p... Nueva York", metió 24, el mejor para los de Thibodeau, con 15 rebotes, 6 asistencias, 2 robos y 2 tapones. Hizo de todo, y todo bien, ayudado por Jalen Brunson y su doble-doble, 20 puntos y 11 asistencias y los 23 puntos de Mikal Bridges. En Toronto la mejor noticia fue el nivel de Ja'Kobe Walter, máximo de carrera con 19 puntos, y los 30 que volvió a meter en casa RJ Barrett. Lo ha hecho siete veces esta temporada, seis han llegado en Toronto. Se tuvo que poner el mono de referente porque otra vez, los Raptors perdieron a su mejor jugador, aunque no fue el único caído en combate.

En el tercer cuarto Scottie Barnes se tenía que retirar lesionado. Al ir a defender una penetración de Towns, el All Star de los Raptors caía con el tobillo encima del dominicano y la franquicia le diagnosticaba con un esguince en su pierna derecha. En la misma jugada salía cojeando Towns, que dos posesiones más tarde, pisaba a Davion Mitchell para retirarse al banquillo. Todavía en el mismo cuarto era Jalen Brunson, que pisaba el pie de un aficionado en primera fila y tenía que marcharse a vestuarios a ser revisado por los doctores. Tres estrellas en un cuarto lesionadas, aunque las dos de los Knicks pudieron volver. Fue sobrevivir a la guerra. 

En el tercer cuarto Scottie Barnes se tenía que retirar lesionado. Al ir a defender una penetración de Towns, el All Star de los Raptors caía con el tobillo encima del dominicano y la franquicia le diagnosticaba con un esguince en su pierna derecha. En la misma jugada salía cojeando Towns, que dos posesiones más tarde, pisaba a Davion Mitchell para retirarse al banquillo. Todavía en el mismo cuarto era Jalen Brunson, que pisaba el pie de un aficionado en primera fila y tenía que marcharse a vestuarios a ser revisado por los doctores. Tres estrellas en un cuarto lesionadas, aunque las dos de los Knicks pudieron volver. Fue sobrevivir a la guerra. 

Para entonces el partido estaba igualado. A cada triple de los Knicks respondía RJ Barrett o un rebote ofensivo de Jakob Poeltl y era el banquillo de New York, con más mono de trabajo que talento, el que evitaba que Toronto se fuera. Pero el final, los últimos minutos, se lo iban a jugar las estrellas. Un 3+1 de Jalen Brunson era respondido por Davion Mitchell. El triple de Bridges lo contrarrestaba RJ Barrett, siempre atacando la pintura, y cuando Towns puso a los Knicks dos arriba, fue el canadiense el que se la quiso jugar. Porque no había nadie más a su alrededor capaz. OG lo evitó y Big Bodega, el sobrenombre que se ha popularizado para Towns, ponía el clavo final. Primera victoria de KAT en Toronto en toda su carrera.

No era un partido cualquiera. Knicks y Raptors están tan relacionados como dos franquicias podrían estar, y luego algo más. El equipo de New York tiene a tres exjugadores con pasado en Canadá, Cam Payne, Precious Achiuwa y el más importante de todos, por fin de vuelta esta madrugada, OG Anunoby. A cambio de los dos últimos llegaron a Toronto RJ Barrett, hijo pródigo, y un Immanuel Quickley que sigue de baja. Hay más: Rick Brunson, el padre de Jalen, jugó en Toronto y ahora hace de asistente en los Knicks de su hijo. Todos ellos vieron su foto en la puerta del vestuario de visitantes con un cartel de bienvenida al Scotiabank Arena. 

La lista es tan larga, 35 jugadores, como exclusiva con nombres como Tracy McGrady, Chauncey Billups, Charles Oakley o José Manuel Calderón y Andrea Bargnani. Pero hay más entre ellos que simplemente compartir exjugadores. El año pasado los Knicks denunciaron a los Raptors por el supuesto robo de información privilegiada. Según la denuncia, el entrenador asistente Ikechukwu Azotam se llevó más de 3000 documentos confidenciales de la franquicia neoyorkina, incluyendo 3358 vídeos, informes de scouting, frecuencia de jugadas y un enlace a un software externo. Entre los denunciados estaba Darko Rajakovic, entrenador de los Raptors, o MLSE, la empresa que controla la franquicia entre otros. 

Desde entonces, las relaciones corporativas entre la franquicia canadiense y la neoyorkina está rota. Por eso, que consiguieran cerrar el traspaso de OG Anunoby fue una sorpresa en mitad de un juicio que nunca se llegó a celebrar. Está en la mesa del comisionado Adam Silver pendiente de resolución entre las dos partes implicadas. Los Raptors quedaron felices con la decisión del juez de considerarlo una disputa de la propia liga, mientras que los Knicks siguen buscando la vía legal. Aunque esta semana, con la llegada de los cuartos de final de la Copa NBA, New York y el Madison Square Garden tienen otras preocupaciones. Por ejemplo, los Hawks.